Eterno Retorno

Tuesday, January 31, 2012







El prado de los cuervos al amanecer. Pequeños rituales de la primera luz. Negras alas peinan flores amarillas.

Los antiguos adivinos leían el futuro en el vuelo de las aves. Tal vez por ello hay siempre algo inquietante en el vuelo de un pájaro oscuro. Los cuervos impregnan la mañana de intuiciones. Hay algo profético en sus alas; presagios como sombras en el horizonte. Los cuervos están ahí; centinelas de nuestro destino, depositarios del tornado de ideas que sacude mi cabeza en cada amanecer. Los cuervos, guardianes en su negro nido de almas, heraldos de la oscuridad que camina a la siniestra.

Aves de un enero disfrazado de primavera; de un cielo mentiroso; de una austeridad alegre. Tiempo de aguante y aferre, de piedra picada e ideas volantes. Tiempo de alucinante sobriedad, tiempo de encrucijada y parte aguas. Tiempo de arribar puntual cada mañana al prado ritual de los cuervos, esperando el surgir del Nevermore cantado a coro, por las mil y un voces que infestan mi alma.