Eterno Retorno

Tuesday, December 13, 2011


CORAZÓN TIGRE

Por Daniel Salinas Basave

Decir que una pasión es irracional huele a pleonasmo. Las pasiones no se basan en la razón, el análisis, la reflexión o el cálculo. Las pasiones son arrebatadoras, a menudo absurdas e inexplicables, emparentadas con la demencia y no con la cordura. En esta columna he hablado de Historia a lo largo de dos años desde el primer número de El Informador, algo que en mi caso tiene más de pasión que de ejercicio intelectual. Vivo la lectura y la escritura no como un método, sino como una adicción a lo Alonso Quijano, un vicio del que no es posible rehabilitarse. Pues bien, hoy voy a hablarles de otra pasión aún más irracional que la de contador de historias, si es que en la irracionalidad caben categorías. Una pasión que me ha arrancado demasiadas emociones a lo largo de más de un cuarto de siglo; que me ha hecho sufrir, enfurecerme, maldecir, pero que este domingo por la tarde me hizo derramar lágrimas de brutal emoción. Esa pasión se llama Tigres de la UANL. Sí, más de un incrédulo intelectual ha tratado de hacerme ver lo tonto y pueril que resulta elevar la afición por un equipo de futbol a la categoría de credo, pero este tipo de sentimientos no se explican como un ejercicio lógico. De entrada, debo comenzar por confesar una afición extrema por el futbol. La indiferencia absoluta que profeso hacia todos los demás deportes, se compensa con un interés desmedido hacia el balompié. Por ejemplo, el deporte estadounidense, tan atiborrado de numeritos, show y anuncios comerciales, me parece patético. Desconozco las más elementales reglas del beisbol y el box me aburre horriblemente. Toda mi atención está concentrada en un solo juego, pero aun dentro del futbol tengo dos categorías emocionales muy bien definidas: Tigres de la UANL y el resto del planeta. Como aficionado a este deporte puedo disfrutar inmensamente de un juego cualquiera, desde una cáscara de barrio hasta un Barcelona vs Real Madrid. En ese contexto el juego es hedonismo puro. Disfruto las buenas jugadas, los goles, los lances de los arqueros y me entretengo interpretando e imaginando formaciones y sistemas de juego. Con esa mentalidad sigo la liga inglesa, la argentina o los juegos de los Xoloitzcuintles, con la única finalidad de divertirme y pasar un buen rato, disfrutando del buen juego como quien disfruta de un buen vino o buen concierto. Con los Tigres todo es distinto. Mentiría si digo que los juegos de los Tigres los disfruto. Más bien los sufro. No los veo cómodamente sentado en un sillón con una botana y un puro. Los veo de pie, tragándome las uñas y apretando los puños. Es ilógico, lo sé. Es absurdo, sí, absolutamente, pero en esto no se manda. Tigres es Tigres. ¿Cuál es el origen de esta afición? Podría tratar de explicarlo hablando del origen de la Universidad de Nuevo León y de Alfonso Reyes. Hablar de mi abuelo Agustín Basave, fundador de la facultad de Filosofía y Letras, quien me llevaba al estadio Universitario cuando yo era chico junto con mi tío José Manuel y mi primo Héctor. Puedo hablar de que a unos metros de ese estadio hay un monumento a mi abuelo y que a unos pasos de ahí está la biblioteca de filosofía más grande del país, la que mi abuelo donó a su alma mater cuando murió, la misma biblioteca que cubría las paredes de la casa donde crecí. Visto en ese contexto hay una buena dosis de origen y orgullo familiar en la pasión Tigre, aunque también sospecho que hay cierta alineación de astros. Nací en el año chino del Tigre y en aquella primavera del 74, cuando vine al mundo al pie del Cerro de la Silla, el equipo de la UANL lograba su ascenso a la Primera División del futbol mexicano. Yo tenía dos meses y 22 días de edad cuando el Tigre jugó su primer partido en primera, paradójicamente contra la basura rayada. Juanito Ugalde anotó el primer gol Tigre. Cuando yo tenía un año de edad, en 1975, el equipo logró el primer título de futbol profesional para Nuevo León al ganar la extinta Copa México al América por 2-0. En 1978, con apenas cuatro años en el máximo circuito, Tigres ganó su primera liga venciendo a la UNAM por global de 3-1. El 7 de junio de 1982, Sergio Orduña anotó el penal ganador al portero atlantista Ricardo Lavolpe en una dramática tanda donde Mateo Bravo atajó tres disparos. Tigres ganaba su segundo título de liga. Yo tenía ocho años de edad y estaba en segundo de primaria. Pasarían 29 años y medio para poder llegar a esa helada tarde del domingo 11 de abril de 2011 y ver a Tigres volviendo a ganar una copa. El mundo era muy distinto en aquel 82. López Portillo gobernaba México, había Unión Soviética, Cortina de Hierro, dictaduras en Sudamérica, no existía internet y casi nadie sabíamos usar una computadora. En esas tres décadas pasé mil y un tardes en el estadio, muchas de ellas con frío y lluvia, viendo más derrotas que victorias, sufriendo un triste e injusto descenso a la segunda categoría del futbol y disfrutando un meteórico retorno. Vi, viví, sufrí, grité hasta que llegó la tarde del 11 de diciembre. Mi hermano Adrián y mi primero Héctor estaban en el estadio. Yo estaba en la paz hogareña de una tarde invernal tijuanense a lado de mi hijo Iker que dormía su siesta mientras Tigres y Santos saltaban al terreno de juego, Lucas Lobos fallaba un penal y los laguneros se ponían arriba. Iker ya había despertado cuando cayeron los tres goles felinos en la portería sur, la misma donde hace más de 25 años vi a Tomás Boy anotar de penal el primer gol de los Tigres que presencié en vivo. Y sólo entonces me di cuenta que estaba emocionado hasta las lágrimas y que por más que me pellizcara, no despertaba del sueño.

Sunday, December 11, 2011

A GANAAARRR!!!!!!!!!!!!TIGUEREES







Ejemplo es Nuevo León, en toda la nación
Su magia es el trabajo y la dedicación.

Unida nuestra gente, un gran estado construyó
con un sueño en la mente, ser siempre el mejor.

Queremos al Fútbol, es fuerza y convicción
ejemplo a nuestros hijos de la superación.

Estallará el Volcán, anota ya ese Gol

SOY TIGRE DE CORAZÓN

SOY TIGRE DE CORAZÓN

Nuestro equipo es ganador, con la garra de los Tigres
y aguerrido el corazón.

SOY TIGRE DE CORAZÓN

Con mi equipo siempre estoy,
es el alma de nuestro pueblo con coraje y con valor.

Jugar para ganar, no es sólo una ilusión
si sales a luchar, si das el corazón.

Escúchanos gritar, vibrando de emoción
no debes detenerte, anota ya un Gol.

Queremos al Fútbol es fuerza y convicción
ejemplo a nuestros hijos de la superación.

Estallará el Volcán, anota ya ese Gol

SOY TIGRE DE CORAZÓN

Nuestro equipo es ganador, con la garra de los Tigres
y aguerrido el corazón.

SOY TIGRE DE CORAZÓN

Con mi equipo siempre estoy,
es el alma de nuestro pueblo con coraje y con valor.

SOY TIGRE DE CORAZÓN

Nuestro equipo es ganador,
siempre sale a la cancha para ser el vencedor.

SOY TIGRE DE CORAZÓN

Con orgullo y con honor, vamos juntos por el triunfo,
el equipo y su afición.

A GANAR!...