Eterno Retorno

Wednesday, June 03, 2009

Con ansias aguardaba la salida de este disco, que por fin, gracias a mi amigo Hugo Fernández, está en mis manos y en mis oídos. Esta es la reseña que escribí para La Guía.


Heaven and Hell
The Devil You Know
Rhino

Por Daniel Salinas Basave

La pluma de William Blake consumó las bodas del Cielo y el Infierno en 1793. Más de dos siglos han transcurrido y los frutos profanos de este matrimonio aún siguen fascinándonos.
Heaven and Hell es el nombre de un disco emblemático de Black Sabbath, piedra angular en la historia del rock pesado. Aquella portada de los angelitos fumadores jugando al poker, marcó una encrucijada en la historia del rock y re definió su sonido, convirtiéndose en acto fundacional y fuente de inspiración del movimiento metalero europeo.
Pero para entender la trascendencia del álbum que hoy reseñamos, justo es dar un repaso a la historia y viajar 30 años al pasado en la máquina del tiempo. Estamos en 1978 y Black Sabbath acaba de grabar un intrascendente Never Say Die, reflejo inocultable de su decadencia. Un Ozzy Osbourne cegado por la nieve, ahoga en vómitos sus eternas noches blancas mientras la carrera de Sabbath se va sin remedio a al abismo. Cuando Tony Iommi decide darle una patada el trasero a mister Osbourne, ocurre el milagro que salvó al sábado negro: de la olla al final del arco iris brota un cantante chaparrito con cara de gnomo que había fascinado al mundo dando voz a la guitarra de Ritchie Blackmoore en esa mítica banda llamada Rainbow. Este hombre, llamado Ronnie James Dio, se convierte en el frontman de la banda de Birmingham y le cambia la esencia. Su tersa y educada voz levanta a Black Sabbath de la tumba y crea uno de los mejores discos en la historia del metal: Heaven and Hell, un álbum grabado por una alineación emblemática conformada por Iommi, Dio, Butler y Ward que compuso himnos eternos como Neon Knights, Children of The Sea (sin duda mi favorita), Die Young o la homónima Heaven and Hell
Un año después, ya con Appice en la bataca, la banda graba Mob Rules un buen álbum que sostiene el nivel, pero sin pasar a la historia como un fuera de serie. Un disco en vivo llamado LiveEvil termina por ser el legado póstumo de esta agrupación que consuma en 1983 su primera ruptura. Dio arranca con Holly Diver su carrera como solista mientras que Sabbath inicia un camino errático lleno de inestabilidad donde salvo por ese raro experimento con Ian Guillan llamado Born Again, casi todo fueron intrascendentes álbumes de un solitario Tony Iommi acompañado por ilustres desconocidos. En 1992, la alineación del Heaven and Hell tiene una repentina y fugaz resurrección y graba Dehumanizer un álbum que es sin duda lo mejor de Sabbath en los 90, si bien el equipo ni siquiera alcanza a terminar la gira reunido. En 1997 Black Sabbath emprende un tour de reunión con la alineación más antigua incluidos Ozzy Osbourne y Bill Ward y si bien no vuelven a grabar un disco, el grupo aparece como plato fuerte en un par de OzzFest. Todo parecía indicar que la historia de Sabbath quedaría en esporádicas reuniones de festivales veraniegos, hasta que en 2007 las cosas dan un giro inesperado: Sale a la venta el recopilatorio Sabbath: The Dio Years con tres canciones nuevas y ¡oh sorpresa!, se anuncia una gira con Iommi, Butler, Dio y Appice unidos bajo el nombre de su más emblemático álbum: Heaven and Hell. La gira tiene un buen recibimiento en el mundo metalero y muestra cuatro músicos en excelente forma, como pudimos comprobar el 27 de abril de 2007 en el Coors Amphiteatre de Chula Vista. Pensamos entonces que todo habría quedado en un tour de reunión y un disco en vivo, pero en 2009 la banda nos volvió a sorprender a todos al entregarnos, ahora sí, un nuevo álbum con diez temas recién compuestos, apenas salditos del horno para volver a saludar con apretón de mano al viejo diablo que tú y yo conocemos. Señores, con ustedes The Devil You Know

Ahora sí, volvamos al presente y vamos al grano. De entrada, hay que advertir que The Devil You Know no es precisamente un álbum revolucionario ni aporta grandes novedades. Si lo que quieres es escuchar un sonido nuevo o experimental, este disco no es lo que buscas. El Diablo que tú conoces sabe más por viejo que por Diablo y por ende se aferra a la antigua escuela, pues nos ha entregado una pieza de heavy-doom de lo más ortodoxo, de corte tradicional y respetuoso de los cánones. De entrada, en esa siempre engañosa y superficial primera escucha, creí estar ante un disco de Dio en solitario y no frente al nuevo trabajo de Black Sabbath. Vaya, es un álbum que tiene demasiada esencia de Dio y acaso el gnomo maldito haya sido su principal artífice, empezando por la portada, que tiene todo el sello de sus discos. Ya al escucharlo por tercera o cuarta ocasión, reconozco el inconfundible riff zurdo de Iommi diciendo presente desde la primera canción Atom and Evil, contagiando con su lenta densidad el espíritu del álbum. La voz de Dio perfecta, derrochando educación y elegancia a sus más de 60 años y el bajeo de Geezer Butler fungiendo su labor vertebral de contención, mientras que Vinny Appice desempeña un trabajo discreto tras la batería, si bien el álbum no lo exige demasiado. Un riff un tanto más caótico da entrada a Fear una segunda canción que mantiene el espíritu doom. El gran trancazo llega con la primera canción del álbum que sin duda pasará a la historia: Bible Black una rola in crescendo que tiene ese dulce arranque acústico que metamorfea en infernal densidad al más puro estilo de The Sing of the Sothern Cross. Además de ser el primer single promovido, la Biblia Negra sin duda dará de que hablar, pues tiene todos los elementos para subirse a un altar profano. Double the Pain sorprende por su medio tiempo tan bien trabajado mientras que Rock and Roll Angel no puede ser más Dio, empezando por el título tan rimbombante y su pasaje acústico. The Turn of The Screw tiene la fuerza que suele caracterizar a la que en los tiempos de los vinilos hubiera sido la primera canción de lado B. Eating The Cannibals es un breve oasis de rapidez en un álbum que se caracteriza por su lentitud, misma que vuelve por sus fueros en Follow The Tears. La penúltima, Neverwhere significa un intento de acelere hardrockero, para dar el cerrojazo con la fortísima Breaking Into Heaven, una de mis favoritas, aunque con el perdón de Iommi, el riff es calcado de una canción de Dio llamada Shame on The Night. ¿Autoplagio? A veces se vale.
Pues bien, luego de dar un paseo por Paraíso e Infierno, creo tener algunas conclusiones. De entrada, antes de emitir juicio alguno, preciso es advertir que esperé este álbum con ansias desesperadas y una enorme expectativa. Por supuesto no estoy decepcionado ni mucho menos pues The Devil You Know me agrada y bastante, pero preciso es admitir que no es ese disco demoledor que quedará tatuado en el alma. Vaya, las posibilidades compositivas del cuarteto son inmensas, pero se quedaron en un buen álbum de metal con dos o tres rolas que pueden llegar a ser emblemáticas. Eso sí, es quizá el trabajo más doom que ha creado este equipo, con una densidad de riffs que lo acercan mucho más a un Candlemass que al heavy rock ochentero. Con perdón de Miguel de Cervantes por la odiosa comparación, diré que The Devil You Know está al nivel o acaso está por encima de Mob Rules y Dehumanizer, pero no supera a Heaven and Hell ese álbum non plus ultra que ahora nombra a la agrupación. Tal parece que los cigarros fumados por los angelitos aún no se consumen y la baraja sigue arrojando ases de espadas. Si disfrutas el néctar metalero en su estado más puro, este disco te gustará. Es el Diablo que tú conoces, un viejo amigo y algunos, al más puro estilo de los Rolling, le tenemos profunda simpatía.