Eterno Retorno

Wednesday, September 03, 2008

En este preciso momento en mis oídos, el Death Magnetic de Metallica completito. No me pregunten cómo lo conseguí, pero falta un rato para que llegue oficialmente a las tiendas.
Aunque ya me habían pasado un par de rolas la semana pasada, ésta tarde es la primera vez que lo escucho completo. Aún no puedo emitir una opinión, pero de primera oída me gusta. Difícil, muy difícil decidir cuál será el disco del 2008. De entrada pensaría en Nostradamus de Judas Priest como el candidato natural, aunque el Scarecrow de Avantasia, Formation of Damnation de Testament y el nuevo Chrome Division me han agradado mucho también. Aún no escucho demasiado el Motörized de Motörhead, pero sin duda pelea los primeros puestos. Ayreon y Tiamat también son dignos candidatos. Disco revelación del año: Los australianos Airbourne con su Running Wild. Suenan tan o más AC/DC que Angus Young y Bon Scott en 1980. Y bueno, me da pena aceptarlo porque siempre los he considerado una banda fantoche propia de posers hollywoodenses, pero un disco que me gustó un chingo fue el Saints of Los Angeles de Mötley Crüe. Por dignidad y respeto al auténtico Metal no lo nombraría disco del año, pero la verdad es que lo he escuchado más de lo que yo mismo pensaba. Ideal para ir cheleando en el carro por la carretera en una noche de verano. Por lo pronto, chutaos esta reseña que escribí para La Guía.


Alice Cooper
Along Came a Spider

Por Daniel Salinas Basave

La telaraña desciende lentamente sobre nosotros y el arácnido que está presto a devorarnos es la retorcida y genial mente de un asesino serial. Con sus 60 añitos de edad recién cumplidos en este 2008, Mister Alice Cooper vuelve a darnos la solemne bienvenida a su pesadilla. El apacible golfista Vincent Furnier, huésped frecuente del campo de Torey Pines en La Jolla, demuestra que tras 44 años de carrera los demonios no han sido exorcizados de su alma.
Sería erróneo hablar de regreso o resurrección, pues la realidad es que Alice Cooper no se ha ido a ninguna parte. Tal vez no se ha mantenido en el último grito de la vanguardia, pero la verdad es que pocos músicos de su edad mantienen semejante constancia a la hora de grabar discos. Along Came a Spider es su disco número 29 y sería un grave error pensar que todo pertenece al pasado, pues el de la araña es el quinto álbum en lo que va del Siglo XXI. Su última producción había sido Dirty Diamonds en el 2005. Ya a principios de este año, Alice nos dio una grata probadita con la canción The Toy Master, incluida en la ópera rock Avantasia del alemán Tobias Sammet, un rolonón sin desperdicio.
Encerrar a Alice Cooper en la jaula de un género sería tanto como tratar de abrazar a un pez lleno de mantequilla. Su vocación camaleónica lo ha hecho coquetear lo mismo con el glam rock que con el heavy metal, el rock and roll, el rock psicodélico y en sus peores momentos con el pop descarado. Aunque ser el primero no garantiza ser el mejor, nadie le puede retirar a Alice la patria potestad como padre legítimo del horror rock. Pésele a quien le pese, su cara estuvo pintada antes que sus paisanos de Detroit Kiss subieran a escena y muchos años antes de que los músicos de black metal noruego aprendieran a tomar mamila. Sus teatros del horror ya causaban pesadillas antes que Mister King Diamond empezara a contar las historias de su abuela y sus casas de espantos fueron edificadas cuando Marilyn Manson escuchaba canciones de cuna. Along Came a Spider puede leerse como un homenaje a un señor clasicazo llamado Welcome to my Nightmare, que en 1975 significó la primera puesta en escena de la horror ópera cooperiana. Along Came a Spider representa también el retorno a los álbums conceptuales, en este caso con una historia de terror B sobre un asesino serial llamado “La Araña”, un tipo obsesionado por esta clase de arácnidos que se dedica a cazar mujeres en su propia y muy particular telaraña. Ocho mujeres muertas y ocho piernas cortadas envueltas en seda dan como resultado una enorme araña de piel femenina. Prepárense para enfrentarla. Una historia contada a lo largo de once temas que se mantienen sin demasiados contrastes en el tono de ese hard rock setentero. Cierto, en lo musical no hubo experimentaciones ni apuestas radicales por un cambio, aunque tampoco se puede hablar de autoplagio o descarada repetición. Se nota que Alice Copper le apostó a un álbum bien producido y con colaboradores de lujo. Con el “guitar hero” Slash partiendo plaza en Vengance is Mine y el señor Ozzy Osbourne haciéndole segunda en Wake the Dead, Alice empieza el álbum pisando fuerte. Para su fortuna, el baterista Eric Singer no lo deja abajo en ningún tema. Paradójicamente, uno de los puntos históricamente fuertes de este señor son sus baladas y en la araña no es la excepción. Killed by Love y Salvation son dos de los mejores temas del disco. Sin duda Along Came a Spider no será recordado como el mejor trabajo de Alice Cooper ni marcará una frontera o un parteaguas histórico, aunque en la lista de 29 álbums, la araña sin duda se coloca de media tabla para arriba. Para los seguidores históricos será un delicioso retorno al hard rock más ortodoxo y para los neófitos que piensen que el horror nació con Marilyn Manson, es una excelente oportunidad para conocer cara a cara al papá de los pollitos. Después de todo, la pesadilla no ha terminado.