Eterno Retorno

Monday, June 30, 2008

80 GB

Para acabar de hacer feliz nuestro noveno aniversario de bodas, Carolina me ha sorprendido una vez más con un regalazo.
Resulta que la semana pasada cayó en mis manos Nostradamus el nuevo disco de Judas Priest, pero sucede que a mi iPod 30 GB apenas le queda espacio disponible. Fue preciso borrar unas cuantas rolas para hacerle un lugarcito al excelente material del Padre Judas (un discazo fuera de serie dicho sea de paso) Así he andado penando los últimos meses, administrando un único miserable GB. Pues bien, ese penar con un triste rinconcito de iPod disponible ya es historia, pues gracias a mi esposa ahora lo que me sobran son GB. Carol me ha dado un nuevo iPod, pero este tiene 80. Nunca he sido algo parecido a un “geek”, pero con el iPod pierdo por goleada. Me confieso adicto y dependiente absoluto de ese aparato. Desde hace un año y medio simplemente no hay un solo día que salga de mi casa sin él. Bueno, ahora ya tengo un par. Ahora la disyuntiva está entre cargar a diario con la pareja o alternarlos cada día. Mi idea es hacer del primer iPod un territorio exclusivo para el Metal y dejar el segundo con un poco más de variedad y alternativa, pero es solo un proyecto. Por lo pronto, me encamino hacia mi primera década de matrimonio con más de diez mil canciones retumbando en mi cabeza.

Lunes

La condición lunesoza del lunes es irrenunciable. El lunes (al igual que yo) no puede renunciar a ser él mismo. El viernes tampoco. Aunque con ligeras variantes en el matiz de su rostro con respecto al lunes, el viernes no puede ocultarse a sí mismo. En cambio los otros días de la semana son un poco más hábiles a la hora de disfrazarse, pues se visten de seda y puedes creer que han superado a la mona. El jueves bien puede vestirse de martes, pero el lunes, en cambio sólo puede vestirse de lunes y nada nos queda por hacer sino aceptarlo y vivirlo como si fuera el último lunes de nuestras vidas.


Nopal

Una baraja de lotería se ha colado como separador de este libro (El Ángel Literario. Eduardo Halfon. Anagrama) Es El Nopal. Lo encontré la mañana del jueves caminando por Paseo de los Héroes, tirado en la banqueta, bajo una parada de camión frente a la Prepa Lázaro Cárdenas. El Nopal es la segunda baraja que encuentro tirada en las calles de Tijuana. Hace un tiempo encontré un Rey de Copas y quise creer en él como un símbolo de algo parecido a la buena suerte. El Rey de Copas yace reposando en alguna página de mi edición rosa de Lolita de Nabokov (haciéndole compañía a mi foto con el ex presidente Zedillo) Abrir los libros de mi biblioteca significa sumergirse en una caja de sorpresas. Yo no respeto a mis libros. Los rayo, les anoto teléfonos y los atiborro de chucherías que utilizo como separadores: boletos, flyers y porquería diversa. Además de subrayarlos sin piedad, en sus páginas desparramo alucinaje, happening prófugo, barato mata tiempo.

Funcionarios de la Procu

El discurso oficial sobre la seguridad pública en Tijuana es una oda a lo patéticamente predecible. Hace nueve años escuché esta misma canción sin que un solo acorde variara. Hace cinco años también la escuché y la semana pasada sonó de nuevo y esta mañana una vez más. Salazar Pimentel, Martínez Luna, Rommel Moreño, Capella mismo, matando a la mafia de risa y tedio. Los funcionarios encargados de la seguridad no requieren chalecos antibalas ni rifles AK-47- El aburrimiento es su arma. Exultan aburrimiento, sudan aburrimiento y desparraman aburrimiento a su paso. Son el patetismo encarnado, una ráfaga de tedio capaz de abatir un ejército de sicarios. Los reporteros somos devotos actores en el teatro de las redundancias y en Tijuana hasta las balas redundan y los charcos de sangre son lugares comunes.


Intuición de una tarde de jueves

Entonces intuiste la llegada de ese futuro, lejano o cercano, en que recordarías esta tarde.

Soñaste con una calle que no existe y sin embargo conoces de memoria, pues las has recorrido tantas veces en amaneceres oscuros, en ocasos prófugos.
Una calle, una ciudad y desde entonces presagias los fantasmas que poblarán todo esto cuando seamos olvido, cuando seamos espectro, recuerdo moribundo, Polvo de Noche.

Ole campeón
La Furia (según mis colegas de El País)

Hay muchos caminos que conducen a la gloria, pero pocas veces se alcanza la cima con tantos méritos como lo hizo ayer el ganador de la Eurocopa. La púrpura fue para el equipo que mejor ha jugado, el más goleador, el más estilista, el que eliminó al campeón del mundo, el que acabó con la maldición de San Paulino y en la traca final soportó con firmeza y menos músculo la embestida de Alemania, que no es cualquiera. España no sólo reconquistó un título 44 años después, sino que lo hizo con grandeza, de forma deslumbrante de principio a fin del torneo, hasta despertar la admiración unánime. Fue una gran España, la mejor de la historia, en una gran Eurocopa, lo que revaloriza el éxito. Y nada impide presagiar que sea el inicio de un ciclo. No quedan fantasmas, el pasado ya no cuenta y los optimismos contagian. Es lo que transmite esta estupenda cosecha de jugadores que, tras algunos nubarrones, tan bien ha sabido manejar finalmente Luis Aragonés, que devolvió a tiempo a los futbolistas todo su protagonismo. Todos juntos, procedentes de cualquier geografía, provocaron el éxtasis general en un país al que ya sólo le faltaba el fútbol para convertirse en la mayor multinacional del deporte, un sector que cada semana le ofrece motivos para presumir.