Eterno Retorno

Friday, May 09, 2008

Oscuridad de mayo. Amenaza no consumada de lluvia. Las llaves giran, medio millón de motores se encienden. Tijuana despierta, el engranaje gira, Sísifo y su piedra inician el ascenso a la cima y un planeta mallugado ejecuta hastiado su movimiento de rotación. La línea está ahí, larga, monstruosa, infinita. La línea es una cárcel con las puertas abiertas, podría cantar Calamaro si viniera por Tijuana.

Retorno, eterno retorno.



Sauce Ciego Mujer Dormida
Haruki Murakami
TusQuets

Por Daniel Salinas Basave

Según lo dice el propio Haruki Murakami, los cuentos de ``Sauce Ciego Mujer Dormida´´ han sido para él una suerte de terapia.
Lo del japonés, queda claro, es el arte de la novela y no precisamente la novela breve. ¿Qué pasa entonces cuando un consumado novelista apuesta por ``hacerle al cuento´´?
Imagino a Murakami (melómano al fin) como esos concertistas que tras derrochar todas sus energías en una complicada presentación en donde deben hacer gala de virtuosismo extremo, se relajan improvisando con su guitarra en un ``jamming´´. Murakami lo confiesa; la construcción de sus novelas lo absorbe, lo posee y una vez que la obra ha quedado lista, la única terapia posible es el cuento. De hecho, afirma el japonés, no es posible ponerse a construir una nueva novela sin antes haberse desintoxicado con unas cuantas narraciones breves a manera de relajación. Estas historias, pues, están ahí para conjurar la sobredosis novelística aunque Murakami no puede escapar de si mismo. Sea en una novela de más de 500 páginas como ``Kafka en la orilla´´ o en un cuento breve de hoja y media, Murakami será irremediablemente Murakami. El sello de la casa parece ser inocultable. Aunque Murakami se esté relajando con una escritura más suelta, todo hace indicar que sus obsesiones son irrenunciables. Ante todo, me quedo con esas mujeres enigmáticas que desaparecen sin más. Uno de los puntos más fuertes de Murakami son sin duda sus personajes femeninos. Los animales, el jazz, la cotidiana realidad que en un de repente se emborracha con gotitas de fantasía dicen presente en casi todas las narraciones. Claro, hay por supuesto alguna vena autobiográfica, un retrato de familia con la historia de su padre jazzista y una dosis de reflejo crítico de la sociedad japonesa. Sauce Ciego, Mujer Dormida, es una recopilación de 24 cuentos escritos en distintas etapas de la vida de Murakami, entre novela y novela. Ante la ausencia de un hilo conceptual que una las diversas historias, los cuentos bien pueden leerse en desorden. Mención aparte merecen “Los gatos antropófagos”, un cuento que además de ser el deja vu de la novela Sputnik mi amor, trasmite una sensación de desprendimiento extremo. “La chica del cumpleaños” con un enigma no resuelto, “El hombre de hielo” con su dosis de absurda fantasía o “Conito” donde aflora esa vena de humorismo blanco tan propia del narrador.
¿Cómo definir a Murakami? Da la impresión de que el autor se zafa de las garras del encasillamiento como un pez atiborrado de mantequilla.
Clichés como realismo mágico o surrealismo bien podrían asomar la nariz si tratáramos de describir el trabajo del japonés. En cualquier caso, Murakami no es un autor complicado y puede gustar a cualquiera. Lo mejor es no hacerse demasiadas preguntas y abrir este libro empezando por un cuento al azar. Ideal para tenerlo en el buró y leer un cuento cada noche.


Tal vez sólo por esta semana me de por poner en este espacio aspectos relativos a mi cobertura periodística. Después de un día agitado como hoy, esta es mi bitácora final del viernes.

Por aquello de que hoy es Día de las Madres, bien vale la pena empezar con un tono optimista y hacer lo posible por ver el vaso medio lleno a la hora de evaluar la reunión de Consejo de Seguridad Nacional.
De entrada se puede afirmar que el hecho de que el “gabinetazo” de seguridad se reúna en pleno en Tijuana es ya señal de que al Presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa le preocupa de sobremanera lo que pasa en nuestra ciudad. Vaya, como que no es cosa de todos los días en Tijuana ver sentados en la misma mesa al secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, al procurador general de la República Eduardo Medina Mora, al secretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna, al secretario de la Defensa Nacional Guillermo Galván Galván y al secretario de Marina Mariano Francisco Saynez Mendoza. De hecho fue la primera vez que el gabinete de seguridad sesionó en pleno fuera del Distrito Federal. La segunda vez, por cierto, fue ayer en la tarde en Chihuahua, pero a Tijuana le queda el honor, si es que de algo le sirve, de haber sido la primera. Siguiendo con esa vibra optimista, se puede afirmar que la presencia de los altos funcionarios es síntoma inequívoco de que Doña Fede no nos dejará desamparados y no bajará la guardia en la lucha contra el crimen organizado, por lo que se pueden esperar buenos resultados en un futuro inmediato.

Vaso medio vacío

Pero claro, en esta historia hay también un vaso medio o bastante vacío, máxime si tomamos en cuenta que las palabras que vinieron a decir Mouriño, Medina Mora y compañía, ya las hemos oído muchas veces por estos rumbos. Cierto, nunca se había reunido el gabinete de seguridad en pleno, pero lo cierto es que las conclusiones de la reunión sonaron a pan con lo mismo. La misma perorata de la coordinación, de no bajar la guardia, de depurar y profesionalizar las corporaciones. Vaya, son palabras que han de sonar terriblemente huecas para quienes están viviendo en estos momentos el horror del secuestro. Por ejemplo ¿en qué puede ayudar semejante demagogia a la familia Enríquez Nishikawa en medio de su dolor? Ya antes de que secuestraran a Celso Enríquez se habían pronunciado muchos discursos muy similares por no decir idénticos al de ayer y la verdad la ciudadanía no tiene argumentos sólidos para pensar que ahora sí va en serio. Por si fuera poco, la supuesta conferencia de prensa se limitó a un mensaje político, pues oportunidad de hacer preguntas no hubo. Así no tiene chiste.

El bunker perfecto

Como que ya se va haciendo costumbre esto de usar al Centro de Alto Rendimiento de la UABC como al sede de reuniones políticas de altos vuelos.
Como usted se podrá imaginar, la presencia de Juan Camilo Mouriño, Guillermo Galván Galván, Genaro García Luna y compañía, motivó la presencia de más de un militar armado en los alrededores del lugar.
Desde un tiempo para acá la presencia de soldados y tanquetas en los alrededores del Centro de Alto Rendimiento de la UABC se empieza a volver común, pues las instalaciones destinadas a los atletas bajacalifornianos son cada vez más solicitadas para albergar las visitas de los personajes encumbrados de la política.
Acaso sin planearlo, el ex Gobernador Eugenio Elorduy construyó el bunker perfecto, pues para efectos de logísticos en materia de seguridad, sus instalaciones resultan ideales para los militares.
Cerca del aeropuerto y con una sola ruta de acceso fácilmente custodiable, las instalaciones deportivas seguirán siendo la sede favorita para eventos de máxima seguridad.
Ahí se han llevado a cabo ya varias giras presidenciales, una conferencia con el ex vicepresidente norteamericano Al Gore y ayer la primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional que se celebra fuera del Distrito Federal.
Nomás con que no llegue el momento en que se les olvide que ese lugar fue construido para los deportistas y no para los funcionarios federales.

Desairado Peje

En algunos lugares del Centro y Sur del País Andrés Manuel López Obrador sigue levantando pasiones explotando su supuesta aura mesiánica entre masas que lo siguen ciegamente y sin jamás poner en duda sus dogmas. Pero lo que es aquí en Tijuana, al Peje nadie “lo pela”. Por estos rumbos el tabasqueño simplemente tiene sus bonos políticos considerablemente a la baja. Sólo unas 200 personas acudieron a su mitin, condenado de antemano a ser ignorado por la opinión pública, pues eligió justo el día en que sesionaba el Consejo de Seguridad Nacional para venir a Tijuana. Por lo que respecta al contenido de su discurso, fue exactamente el mismo que ha venido pronunciando. La única diferencia con lo que le sucede en el DF, es que aquí los aplausos fueron magros. (Si algo amo de Tijuana, es que aquí, a diferencia del Centro y Sur, sí ponemos en su justa dimensión a esa clase de pendejetes ridículos).