Eterno Retorno

Friday, July 06, 2007

Odio decir se los dije pero….SE LOS DIJE

Por Daniel Salinas
dsalinas@frontera.info
México DF (PH)

Los acuerdos internacionales fueron más fuertes que la legislación bajacaliforniana y el Tratado de San José exterminó de golpe y porrazo el candado de la “antichapulín” consagrado en el Artículo 42 dela Constitución de Baja California.
Las sospechas y los pronósticos se confirmaron, pues Jorge Hank Rhon recuperó su candidatura, aunque tal vez ni el más optimista de los militantes tricolores hubiera apostado por la unanimidad.
Cuando el magistrado presidente Flavio Galván Rivera pronunció las palabras finales, el voto unánime se consumaba y las tres semanas más intensas de la historia política reciente de Baja California acababan con un final feliz para Hank Rhon y los suyos.
"Se resuelve: primero, se revoca la sentencia impugnada, segundo, se confirma el acuerdo de registro de Jorge Hank Rhon como candidato a Gobernador del estado de Baja California", sentenció Galván, con lo que puso punto final a casi tres semanas de incertidumbre política y a una sesión de más de cuatro horas de ponencias y alegatos.
Para Jaime Xicotencatl Palafox, aspirante a la Alcaldía de Ensenada, Mercedes Maciel, candidata a la Gubernatura por PT-Convergencia Ortiz y Eligio Valencia Roque aspirante a regidor, también fue un día de fiesta.
La resolución aplicada a Hank Rhon les benefició por principio de coherencia jurídica y sus asuntos fueron despachados con rapidez, recuperando sus candidaturas con la misma unanimidad y sin tanto drama.
Pero no todo fueron sonrisas, pues una hora después de devolverle su candidatura a Hank, Jorge Astiazarán se caía como aspirante a la Alcaldía de Tijuana, confirmando lo que muchos anticipaban desde hace semanas, pues su condición de extranjero no fue aceptada.
Por segunda vez en menos de tres años, Hank Rhon obtuvo una decisión unánime de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En noviembre de 2004, los magistrados votaron en forma unánime por ratificarlo como Alcalde electo de Tijuana y rechazar la impugnación del PAN y ayer, Hank salió nuevamente sin un solo voto en contra y logró ser restituido, ahora sí en forma definitiva, como candidato a la Gubernatura de Baja California
El de ayer fue un día intenso como pocos, que amaneció soleado, atardeció con nubes y anocheció lloviendo, con esos aguaceros veraniegos que caen por la capital.
Las extremas medidas de seguridad dentro y fuera de la sala, no pudieron evitar el concierto de teléfonos celulares, pese a la obligación de apagarlos, ni pudieron impedir que decenas de personas se a pasaran entrado y saliendo del recinto oficial.
La sesión arrancó con 17 minutos de retraso, alas 14:17 tiempo de Tijuana y se prolongó por más de cinco horas.
Una sesión larga, densa, que arrancó más de un bostezo e incluso hizo dormir a más de un asistente pues las ponencias, ricas en jurisprudencias y citas, se alargaban por más de media hora.
Cuando Constancio Carrasco Daza se pronunció en su ponencia a favor de la candidatura de Hank Rhon, las sonrisas y los festejos entre los tricolores fueron inocultables.
El voto de Carrasco significaba el 4-0 y la victoria ya nadie se la arrebataba a los priistas, aunque faltaba coronarlo con la unanimidad.
Adán Carro Pérez, abogado del CEN, en permanente comunicación con el senador Fernando Castro Trento por medio de mensajes de celular, mostraba una sonrisa de oreja a oreja y Jaime Palafox, padre del candidato ensenadense, intuía ya que darían el mismo voto favorable a su hijo.
Mientras a casi tres mil kilómetros de distancia la Marea Roja tomaba las calles de Tijuana y Mexicali, los cerebros jurídicos del PRI se daban apretones de mano mientras decían “misión cumplida”.
Por su ausencia brillaron los abogados panistas y aunque no hubo festejos ni manifestaciones efusivas, un cruce de alegres miradas entre Adán Carro y Oscar Téllez, abogado de Hank, dijo más que mil palabras.
La Alianza para que Vivas Mejor volvía a tener candidato y en medio del mar de sonrisas y abrazos, nadie se acordó que en Tijuana perdieron a su candidato.

Thursday, July 05, 2007

Tenochtitlàn

Tras una ausencia de casi once años, vuelvo a la ciudad en la que alguna vez vivì. Sì señores, este dìa lo amanezco en la Gran Tenochtitlàn. He venido, pues preciso es que estè presente cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaciòn le restituya su candidatura a Jorge Hank Rhon o bien le de un soberano batazo que lo mande a freir espàrragos a su humilde casa. Amanezco en un cèntrico hotel a donde lleguè ayer al filo de la media noche. Me espera un dìa largo. Me cuesta trabajo creer que alguna vez vivì aquì. Me cuesta màs trabajo creer que alguna vez lleguè a contemplar pasar toda mi existencia en esta ciudad. 1988-1992 No se si fueron cuatro años que marcaron mi vida para siempre, pero en la historia de lo que fue y lo que pudo haber sido, tengo la certeza de que fui màs feliz de lo que hubiera sido siendo un preparatoriano en Monterrey. A veces parece que fue ayer, pero al caminar de nuevo por estas calles me doy cuenta de la eternidad que me separa de mi adolescencia defeña. Parece una broma, pero en esos dìas hasta el acento chilnago se me habìa pegado. Hoy me siento màs forastero que nunca, un norteñote recièn llegado a la capital con cara y acento de 3 mil kilòmetros de distancia.
Pero bueno, a lo que nos ocupa: Varias decenas de personas me piden que de un pronòstico sobre lo que sucederà en el Tepjf. Pues bueno, les darè gusto; Esto es un pronòstico realista, no un deseo o una filiaciòn. Mi ùnico deseo es que haya noticias suficientes para llenar un montòn de primeras planas, pero mi pronòstico, de acuerdo a lo que he visto, es que el Tribunal le devolverà su candidatura a Hank Rhon. El hijo del Profe retomarà su campaña màs fuerte que nunca y ganarà las elecciones y, nos guste o no, serà el pròximo gobernador de Baja California. Todo este zipizape de la revocaciòn de la candidatura fue un montaje perfecto, una jugada maestra de maquiavlos consumados, lèase Castro Trenti- Manlio. Una juagada que le permitiò a Hank jugar a ser vìcitma de un sistema y subir hartos puntos. Mientras tanto, el PAN bajacaliforniano sigue durmiendo y no veo para cuàndo les suene el despertador. No me vengan a joder con que apoyo a tal o cual. Yo ni siquiera votarè y mi ùnica filiaciòn es con la nota de ocho. Pero de acuerdo a lo que he visto, mis pronòsticos apuntan para allà. Antes de 48 horas Hank volerà a ser oficialmente candidato y yo estarè ahì para escuchar la sentencia. Seguiremos informando.

Monday, July 02, 2007

En una partida de ajedrez, el universo de movimientos imaginados pero no realizados, forma parte de la estructura del juego y es tan trascendente como aquellas jugadas que se concretan en el tablero. La teoría, bien se ha dicho, es plenamente aplicable a algunos libros, cuyo néctar se encuentra depositado en el corazón de las palabras no escritas.

Ya podrás decirles en tu pueblo que has logrado exprimir alguna gota de la ubre plástica de la gran ciudad, gotas que se evaporan en tu búsqueda incesante de olvido y escape. No sabes por qué, pero piensas en tus hermanos, fundidos ahora en la tierra que trabajaron cada día de su existencia, materia siempre viva aún en su muerte, diluyéndose en las entrañas de larvas y zopilotes. Hermanos, tierra, marionetas del temporal, juguetes de los dioses de la selva. Aquí no hay sol a sol pues ni siquiera existe el aire y has olvidado lo que puede sentir tu pie descalzo al hundirse en el lodo o al quemarse al contacto de los terrones resquebrajados. Por momentos desearías mirar al cielo y angustiarte ante la amenaza de tormenta o sentir un escalofrío ante la serpiente que se arrastra entre tus pantorrillas, pero aquí los monstruos no tienen la sangre caliente. Sólo existe la máquina y el ojo siempre al acecho de un supervisor sin rostro.

Aguardiente

Y ahí están junto a ti cinco sombras anónimas hermanadas por una botella de plástico que circula entre sus labios y de pronto ya está muerto el frío de la noche y esa peste perpetua a sudor y amoniaco, es sólo aroma humano que recuerda el hambre de carne. El aguardiente riega el germen de las falsas esperanzas y de un momento a otro están frente ti los mismos palacios que construiste hace años. El oro vuelve a ser posible y palpable y el horizonte enseña otra vez las torres de un edén abundante y prodigioso. Las palabras fluyen y el paraíso parece estar cada vez más cerca mientras madrugada y alcohol se consumen y sin saber por qué, deseas que la oscuridad se perpetúe sobre el callejón y no surja el Sol enemigo que volverá a arrojar luz sobre tu desgracia, dormida en las tinieblas y arrullada por el aguardiente.


Inspirado por un teporocho

Cuando pasaban varios días sin que le llevaras nada, el cantinero te empezaba a hacer mala cara hasta que llegaba el día en que de plano no te fiaba y entonces te ponías como loco a prometer las perlas de la Virgen para que te regalara aunque fuera un traguito, porque tú querías estar adentro de la cantina, ese era tu lugar, el único en el que podías mantenerte vivo, porque con todo y lo teporocho que siempre fuiste hasta eso le hacías el feo a andar tomando en la calle. Entonces sí, llegaban los días en que andabas como anima en pena pidiendo caridad en las esquinas con tu botella envuelta en papel periódico y así te la pasabas hasta que atracabas o mendigabas algo o lograbas que tu amá se compadeciera de ti y te diera un dinerito para irte a buscar trabajo a la ciudad. Eso sí era pasearte por el paraíso, cuando el pedo te duraba varios días y podías seguir pagando. Era en esos instantes tan felices cuando llegabas a permitirte pensar en algo diferente a una botella, algo que te importaba mucho menos pero también te podía volver loco; las mujeres, aunque el plural habrá quedado sólo en tus fantasías chaqueteras y lo adecuado sería decir la mujer, pues la única que te pudiste coger en toda tu pinche vida fue a la Rafaela, la puta del pueblo, ya si no y me cae que hasta a ella le has de haber dado asco, nada más porque siempre te pedía la feria por adelantado y yo creo que hasta te cobraba el doble que a los demás, cómo no, si aparte de soportar tu olor a borracho tenía que aguantarse que la agarraras a madrazos. Nunca te lo pregunté, pero yo estoy seguro que jamás en tu vida te la cogiste sobrio. Tenías que estar hasta tu madre de pedo y todavía con monedas suficientes para que te animaras a caerle. Así te ha de haber costado para que te aguantara tanto tiempo, porque nada más empezaron a ver que ibas seguido a su cuartucho y los demás clientes dejaron de ir a visitarla, no fueran a agarrar tus piojos, de por sí que estaba bien pinche gorda la Rafaela y luego encima contaminada de tus chancros. Hasta que la dejaste panzona, o eso te dijo ella, pero ha de haber sido cierto porque dicen que el chilpayate ese era el más pinche jodido de todos los que tenía.

Morir en el golfo
Héctor Aguilar Camín
Cal y arena

Por Daniel Salinas Basave

La relectura es un vicio incurable que obedece a extraños e incomprensibles caprichos. Sería fácil caer en la trampa de pensar que sólo se releen aquellos libros imborrables que calaron hondo y dejaron huella. “Morir en el golfo” de Héctor Aguilar Camín no es una obra fuera de serie ni alcanzaría un lugar en la extensa lista de ejemplares que me llevaría a esa improbable isla desierta de la que todos hablan. Pero algo debe haber tenido ese libro que fue capaz de atraparme de nuevo, más de diez años después de su primera lectura. Una tarde de domingo, husmeando en los libreros del pintor Francisco Cabello, di con el ejemplar de quinta edición en “Cal y arena” y así como no queriendo mucho la cosa, metí diente y en cuestión de minutos ya estaba enfrascado en deliciosa relectura. Luego entonces, algo tendrá el libro que fue capaz de atraparme de nuevo, pese a la desconfianza natural que me inspira Aguilar Camín. Las malas lenguas dicen que “Morir en el golfo” fue una novela por encargo patrocinada por un mecenas llamado Carlos Salinas de Gortari. Si no fue encargada, por lo menos sí fue explotada por el salinismo para exponer los excesos del sindicalismo petrolero. La cruzada salinista contra Joaquín Hernández Galicia “La Quina” requería algo más que armas y buena prensa, por lo que una novela en donde los malos sean los líderes petroleros no cae nada mal. Recuerdo que Mario Bellatin comentó en un taller que uno de los más grandes clichés de la narrativa mexicana es su afán por retratar épocas y entornos políticos específicos. En mi opinión, esos clichés que tan bien se le dan a las plumas nacionales, acaban por salvar e incluso inmortalizar algunas novelas. A falta de atmósfera y personajes con fuerza y luz propia como para ser huérfanos de contextos e independientes de circunstancias específicas, “Morir en el golfo” trasciende por la forma en que retrata una época. Si alguien quiere profundizar en el auge petrolero de los 70 e impregnarse de la atmósfera que rodeó al sexenio de José López Portillo, leer “Morir en el golfo” es una opción más que recomendable. Una época huérfana de creaciones rescatables en todos los ámbitos artísticos, tiene una novela que la retrata a la perfección. Vaya, casi me atrevería a decir, guardando toda obvia proporción, que si “La región más transparente” de Carlos Fuentes es la novela que retrató la época de Miguel Alemán y el aburguesamiento de la Revolución, “Morir en el golfo” es la obra del lópezportillismo. En sus páginas está todopoderoso sindicato de Pemex, el alucine de administrar la riqueza, la “orgía” petrolera interrumpida de golpe y porrazo por la cruda de la crisis, las relaciones “incestuosas” entre prensa y poder. Ahí están fugaces apariciones de “La Quina” y un disfrazo Fernando Gutiérrez Barrios, llamado únicamente el “contacto de Bucareli”. La historia tiene como eje un triángulo amoroso entre un político, un periodista y una mujer que por supuesto es bella, todos bajo la sombra de un líder petrolero que a sangre y fuego se apodera de Poza Rica Veracruz y regiones aledañas De los personajes, ni duda cabe, me quedo con Lázaro Pizarro, el líder redentor que bebe leche búlgara y funda imperios sindicales en la selva veracruzana. El triangulo amoroso entre Rojano, Anabella y El Negro es de plano malogrado, aunque si hay que escoger a alguien, nos quedamos con la chica y no sólo por bella, sino por representar con igual pasión su rol de esposa adúltera y viuda fiel.
Por fortuna, Aguilar Camín no cayó en la tentación de los buenos y los malos. Al final Pizarro puede ser el mártir popular, Anabella y Rojano los burgueses arribistas y “El Negro”, narrador en primera persona, el cuarto poder al servicio de intereses particulares. Pero al final de cuentas me quedo con ese sexenio desperdiciado como el mejor personaje.