Eterno Retorno

Tuesday, December 06, 2005

Cada vez me queda más claro que desempeño un oficio en franco e inevitable proceso de extinción. Tal vez yo no esté vivo para presenciarlo, pero se que el periodismo escrito, al menos como hoy lo conocemos, acabará por perecer. Los diarios poco a poco nos iremos transformando en una antigüedad, hasta que seremos simple recuerdo, curiosidad y evocación de una época romántica perdida para siempre

En el muy improbable caso de que yo tenga descendencia, imagino a mis bisnietos hablando de su bisabuelo que vivió a finales del Siglo XX y a principios del XXI y que se dedicaba al periodismo. Imagínate, se pasaba la vida escribiendo cosas para un papel que salía todos los días y era vendido en la calle. Hablarán de mi oficio como yo hablo hoy de algún antepasado que laboraba de carbonero en un tren o como telegrafista o como sereno o farolero de un barrio. Dice el New York Times que su última edición impresa saldará en el año 2018. No se si creerles, pero años más, años menos, acabaremos por extinguirnos sepultados bajo las ruinas de una sociedad que se muere de aburrimiento.


Después de mucho tiempo, vuelvo a leer a mi colega o ex colega de oficio Burgues, que por fortuna decidió resucitar su blog. Pensé que había dejado de escribir para siempre y es por ello que celebro el reencontrarlo en la blogósfera, escribiendo ahora desde su autoexilio texano. Comprendo perfectamente los dilemas del clima. Fue precisamente por el espantoso clima regio, que es el mismo de Texas, por lo que me autoexilié de Monterrey para vivir en una ciudad, que a mi juicio tiene el clima perfecto como es Tijuana. Sin embargo, más allá de eso, lo que llama la atención de leer las crónicas de Burgués, es el hecho de leer la historia de alguien que después de muchos años ha dejado el periodismo. No me imagino lo que ha de sentirse, después de tantas tardes tundiendo tecla. Debe ser una sensación de lo más extraña. Por lo demás, rescato algo por demás interesante y que me dio mucha risa, pues a mi me ha pasado a menudo y tiene que ver con el poder conspirativo que a menudo quieren adjudicarnos a quienes a esto nos dedicamos.

Y es que sepan ustedes que a menudo los políticos imaginan oscuras conspiraciones en las redacciones, en donde movidos por sucios e inconfesables intereses, los periodistas maquinamos suprimir la elocuente e inmortal frase de un funcionario cuando lo único que sucedió es que tenías un espacio para 200 míseras palabras en donde tenías que empaquetar otros mil detalles o simplemente entró un anuncio o una esquela de última hora y a volar con la nota. El 95% de los peores y más críticos dilemas que enfrenta cada tarde un editor nada tienen que ver con ideologías o preferencias políticas, ni con filias ni con fobias. Los verdaderos dilemas de un editor tienen que ver con cabezas que no cuadran en el espacio, con anuncios vendidos o cancelados de última hora, con falta o exceso de páginas limpias, con diseñadores que se largan a comer y se avientan una sobremesa de tres horas, con fotos de archivo que no aparecen, con reporteros lentos o platicadores que no entregan a tiempo. ¿El PRI y el PAN? Por favor, a la hora del cierre valen lo mismo: Tres caracteres cada uno.

Monday, December 05, 2005

Empiezo a creer que a lo mejor la Virgen de Guadalupe sí se apareció en el Tepeyac, que el Mar Rojo se abrió ante el paso de los hebreos, que los peces y los panes se multiplicaron, que el agua se convirtió en vino. Sí, ¿Por qué no voy a creerlo? Los MILAGROS existen. Sí, existen. TIGRES apaleó 4-1 a las aguiluchas en el Azteca ¿Por qué no creer entonces que se puede caminar sobre las aguas del océano o calmar las tempestades?


Voy a ser sincero. Luego de lo visto el jueves por la noche mi ánimo y mi fe yacían seis metros bajo tierra en alguna oscura tumba. Yo se que un buen aficionado diría que debe creer en su equipo hasta que el árbitro pite el final del partido de vuelta, pero yo había perdido toda la fe. Mi deseo más optimista, era que el equipo fuera al Azteca a cerrar con dignidad, que ganara el partido al menos por un gol aunque no pasara. No pedía más. Incrédulo yo, diría: No puedo exigir milagros. Ni modo. Hay que exigir sólo lo posible. Con un ánimo funerario en lo futbolístico encaré el partido y debo confesar que aún me cuesta trabajo despertar del sueño Ya me di uno, dos, tres pellizcos. Ya me arrojé agua fría en la cara. No, no estoy dormido. Cada que alguien me felicita en la calle me recuerda que es cierto, que Tigres está en semifinales, que desplumaron al petulante superlíder. En el futbol como en la vida misma existen en algún lugar del Universo rayitos de esperanza que te ayudan a creer en lo imposible. Nunca antes había sentido tanta solidaridad futbolística. México está lleno de personas que hacen del odio al América un sacramento. Por ello hoy en día todos aman a mis Tigres. Uno de los grandes placeres orgásmicos de millones de mexicanos, es ver perder a las aguiluchas de Televisa y hoy mis Tigres les dieron ese placer. Por lo que a mí respecta, el América ni me va ni me viene, es un equipo más y me es tan indiferente como Cruz Azul, Pumas o cualquier equipo chilango. Lo que no me es indiferente es que era el superlíder y arrastraba una campaña barredora con la que Tigres acabó de golpe y porrazo.


Y sí señores, el América me es indiferente como equipo. Desgraciadamente las rayas no me son indiferentes y allá nos aguardan para jugar el Clásico. Sí señores, en el CLASICO con mayúsculas, el único Clásico de Clásicos que existe en México, el único con todos los ingredientes. Y miren señores, el Clásico se cuece aparte. Es un punto y aparte en el Universo, un planeta diferente donde la lógica no rige. Me da gusto que de a las mierdozas rayas como favoritas. Me da gusto que su piojoso entrenador le tenga tanto miedo al Divino Gaitán y de instrucciones de anularlo. Ellos son favoritos. Lo se, lo admito. Me da gusto. El único lenguaje que entiendo es el que se habla en la cancha. Por ahora, sólo me resta decirles, los Milagros existen, ARRIBA LOS TIGRES.