Eterno Retorno

Saturday, July 16, 2005

Sao Paulo es el digno campeón de América. En mi colección tengo esa hermosa y sobria camiseta, blanca con las franjas horizontales rojinegras. Uno de los diseños que más me gustan.
La típica mentalidad del aficionado mediocre, es desearle lo peor al cuadro que elimina de una competencia al equipo de sus amores. Sao Paulo le arrebató a Tigres el sueño de ser el Señor de América con un par de contundentes latigazos de su portero Rogeiro Ceni. Ni modo. Fue una victoria justa. Prefiero decir que mi equipo fue eliminado por el campeón que por un equipo que se quedó en el camino. Al final, el único equipo que pudo vencer a los Tigres en toda la Copa Libertadores, fue el mismísimo campeón. Y la única derrota que sumaron los paulistas en todo el certamen fue en San Nicolás de los Garza, pues no se les olvide que Tigres, a diferencia de Chivas, se despidió ganando, aunque el 2 a 1 no le alcanzó. Ese consuelo me queda. Ni duda cabe que los paulistas fueron el mejor equipo de América. Hace mucho no veía una final de Libertadores que acabara con contundente 4 a 0. Eso merece que este sábado me ponga la camiseta del Sao Paulo. Me gustan las camisetas con franjas horizontales. Sólo los grandes equipos merecen llevarlas.

El Futbol a Sol y sombra

Eduardo Galeano
Siglo XXI de España Editores

Por Daniel Salinas Basave


El futbol es poesía, eso que ni duda cabe. El problema es que pocas plumas y lectores se han enterado de ello.
Y conste que con poesía no me refiero a la rimbomante crónica deportiva con sus toques versallescos, sus zambombazos romperedes y las balas quemantes con destino al nido de las arañas que deleitan nuestros fines de semana. No. Con poesía me refiero a la pluma del uruguayo Eduardo Galeano, un tipo que para escribir sobre futbol, derrocha la misma elegancia que sus compatriotas Francescoli y Obdulio Varela tuvieron para tratar la pelota.
Hay quienes piensan que el matrimonio entre futbol y literatura está condenado al fracaso. Yo en cambio soy de la idea de que es el matrimonio perfecto. Ahí está Jorge Valdano que no me dejará mentir, quien se ha dedicado a buscar bajo las piedras los mejores cuentos futboleros paridos en la lengua de Cervantes. Aunque no se puede decir que haya ejemplares para atiborrar bibliotecas, lo cierto es que existe una buena literatura sobre el deporte de las patadas. Sin embargo, me atrevo a decir que dentro de ese microcosmos, ningún libro como el de Edurado Galeano, El futbol a Sol y sombra, un ejemplar de esos que suelo tener el buró para cada noche abrir aleatoriamente una página y deleitarme.
Se supone que Galeano escribe prosa pero no hay párrafo en que no se le escape una ráfaga de poesía.
Convicciones políticas aparte, leer a Galeano es un placer. Vaya, el tipo escribe endemoniadamente bien. Si uno se prepara mentalmente para fumarse sus dosis de romántico izquierdismo trasnochado, leer a este señor es un deleite.
Como buen uruguayo, a Galeano le gusta el futbol. También sus compatriotas Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti han creado páginas inolvidables de cuentos futboleros. Tal parece que los ríoplatenses orientales lo llevan en la sangre.
El libro de Galeano podría ser descrito como una pieza de biografía filosofal del futbol. Sí, es la hisotria del deporte, pero también la historia de la humanidad en el Siglo XX. Es un poema dedicado a los grandes como Garrincha, Puskas, Cruyff, Di Stefano, Maradona, pero también un poema al aficionado, al estadio, al balón.
Y claro, siendo Galeano, sería imposible que no fuera éste un libro de denuncia. El futbol como arma perfecta para las conspiraciones de dictadores como Mussolini y Videla, el futbol como producto para la voraz especulación capitalista y el lavado de dinero.
La pelota de trapo que rueda entre los hoyos de las favelas brasileñas y las barriadas de Buenos Aires por puro, simple y llano gozo, se transforma por obra y gracia de la todo podersa FIFA en el imán de millones de dólares y el jugador un esclavo de directivos y firmas patrocinadoras. Una historia del futbol de negros contra blancos, de pobres contra ricos, de Sur contra Norte. Sí, el socialismo de Galeano cae en lo romántico pero razón no le falta. Tampoco maestría para manejar la pluma como Zico manejaba la pelota, ni capacidad para disfrutar inmensamente el futbol. Si usted está inmerso en esta pasión incomparable llamada futbol, este libro será hedonismo puro. Y si usted gusta de la buena literatura, pero piensa que el futbol es un burdo producto de masas, este libro le enseñará lo mucho de poesía que hay en el deporte más hermoso del Universo.

Thursday, July 14, 2005

Vive Le Revolution

A la historia le encantan los símbolos. La historia de occidente elevada a una perpetua liturgia, un idilio en el que la humanidad es capaz de cambiar su destino en un día. De acuerdo con una corriente historiográfica ya bastante anticuada y pasada de moda, la edad contemporánea de la historia humana comienza el 14 de julio de 1789 y se mantiene hasta nuestros días. ¿Pero qué carajos pasó el 14 de julio que fuera tan importante para cambiar el destino de la humanidad? Sí, claro, la toma de la Bastilla en París. Pero, ¿acaso la toma de un viejo edificio por una turba de desarrapados puede transformar el rumbo de Occidente?
Claro, si nos clavamos en los idílicos cuadros de Delacroix veremos a heroicas damas francesas de pecho desnudo y cabello al aire, agitando las banderas azul, blanco y rojo mientras entonan La Marsellesa y avanzan sobre La Bastilla a concretar la caída del Antiguo Régimen absolutista. Muy bonito imaginar a un pueblo oprimido que de pronto se levanta en armas e irrumpe temerario sobre la siniestra prisión, símbolo de la opresión y el despotismo y libera a los presos políticos que salen a las calles a exigir la cabeza del rey. Hermoso el cuadro de Delacroix. Hermoso el símbolo de la caída de la monarquía.
Sin embargo, el 14 de julio de 1789 pasaron cosas harto distintas. Un horda de harapientos procedentes de las barriadas comenzó a saquear comercios y en su furor, asaltó La Bastilla pensando que ahí habría suficiente carbón, mismo que escaseaba. Esta horda no pensaba liberar presos políticos ni tenía el mínimo interés en ello. Por lo demás, en la Bastilla no había ninguno ese día. Cierto es que en la Bastilla estuvo algún día recluido Voltaire y el enigmático Hombre de la Máscara de Hierro. También es cierto que hasta una semana antes, estuvo en la bastilla el mismísimo Donatien Alphonse, el Divino Marqués de Sade, pero lo cierto es que el 14 de julio, había apenas siete presos en la Bastilla, ladronzuelos, locos y violadores, pero no revolucionarios ni pensadores ilustrados. Por lo demás, ese día no le cortaron la cabeza a ningún rey ni cayó el antiguo régimen, pues Luis XVI, al volver a Versalles luego de una cacería, apuntó en su diario: Nada. Igualito que Porfirio Díaz, que el 20 de Noviembre de 1910 ni por enterado se dio de que en el Norte de México había estallado algo que con el tiempo sería llamado Revolución. Pero ¿qué sería de la Historia sin sus bellos símbolos?

Wednesday, July 13, 2005

De Alephs y absurdos

Cada persona que haya leído el cuento de Borges, se habrá imaginado el Aleph de alguna manera específica y sin duda muy particular.
Dada la descripción, uno podría fácilmente sucumbir a la tentación de imaginarlo como una especie de punto luminoso entre las paredes de una habitación oscura, una suerte de bóveda celeste o bola de cristal con estructura de kaleidoscopio. En su última novela, El cantor de tangos, Tomás Eloy Martínez se mofa deliciosamente de la obsesión de algunos turistas por ver el Aleph y nos propone la imagen de un timador que cobra a los incautos por acceder a la visión en el sótano oscuro. Sin embargo, en lo personal me cuesta imaginar una visión de un todo dentro de los límites de una habitación cerrada. Creo que para acceder al Aleph es necesario cambiar la perspectiva de la visión humana. Lo más parecido al Aleph que he llegado a concebir, sería bajo la óptica de un gigante para quien el planeta o, por qué no el universo entero, sea como una pelotita y los seres humanos unas hormigas minúsculas que corren presurosas y desbocadas de un lado a otro. Imaginen simplemente, al momento en que caminan por una calle, a todos los seres humanos que van caminando por calles del mundo en ese preciso instante e imaginen por un momento que puedan verlas a todas al mismo tiempo. Imaginen todas las personas que en este momento están muriendo, todas las que están naciendo, cogiendo, comiendo, durmiendo. Imaginen que podamos verlos a todos en una misma imagen, en un mismo campo visual como quien contempla un hormiguero. ¿Se verá la humanidad inmensamente ridícula? ¿Será esta especie de Aleph la prueba fehaciente del insoportable absurdo?

Teniente Guerrero

Esta semana que pasó, muchos ilustres tijuanenses de gorda cartera y casa en San Diego, se acordaron o acaso se enteraron, de que en esta ciudad existe un parque en el Centro que se llama Teniente Guerrero. Un parque, cuyos diarios personajes son ancianos, marías, niños pobres y homosexuales, se llenó de políticos, empresarios y un sin fin de arribistas que arrastraron sus zapatos por una alfombra roja escarlata y deleitaron sus oídos con piezas de Verdi interpretadas por la Orquesta de la Policía del Estado Italiano. Pagaron 300 dolaritos por un plato de mouse de salmón, filete en salsa de tomatillo, ensalada de lechugas enanas y una buena dosis de Cetto reserva especial (que honestamente no es nada del otro mundo)
Pagaron 300 dolaritos por salir en todas las secciones de Sociales y hubieran estado dispuestos a pagar mil dólares de ser necesario con tal de que todo mundo diga, mira, ese es el jet set tijuanense, ellos pertenecen a él y son los dichosos invitados a la cena del señor Hank Rhon.
Ni falta hace decir que para colocar la alfombra roja y las mesas de manteles largos, fue preciso correr a los ancianos, a las marías, a los niños pobres y a los homosexuales, no fuera a ser que se los toparan de frente las ilustrísimas personas y su desarrapada presencia afeara la pulcritud de la velada. Quienes tuvieron derecho a entrar al parque la noche del domingo, fueron las personas que jamás en la vida lo visitan. Seamos realistas; una doña de la Chapultepec, de la Hipódromo de Playas no suele pasar sus fines de semana en el Teniente Guerrero. Vaya, me atrevo a decir que muchos de los que fueron a la cena, pese a ser habitantes de esta ciudad, no lo habían visitado nunca en sus vidas. Imaginen una doña de la Hipódromo ¿Cuándo carajos se meterá a esas callejuelas atiborradas de baches llamadas Centro? Para miles de tijuanenses la única ruta posible es de la Chapu a la Línea y de ahí a Fashion Valley o a Horton Plaza. Eso que llaman Centro, que ni siquiera es el centro geográfico de Tijuana, sino el Noroeste (en términos estrictamente cardinales, el centro actual de Tijuana vendría siendo el Parque Morelos o la 5 y 10), es una zona que no suele ser frecuentada por el jet set de esta ciudad

El Parque Teniente Miguel Guerrero es como de otra parte. Vaya, no se si me comprendan, pero no tiene una esencia muy fronteriza.
Cuando estoy en el Teniente Guerrero tiendo a alucinar que estoy en el parque una pequeña ciudad centroamericana. Las estructuras arquitectónicas viejas y salitrosas como su quiosco y su biblioteca, las palmeras, los infaltables ancianos jugando al ajedrez y la gran concentración de pobladores venidos de estados sureños, le dan al Teniente Guerrero una atmósfera de otro lugar y de otro tiempo. Su leyenda sobre niños que se prostituyen y venden una dosis de sexo oral tras los arbustos es de todos conocida. Coincido con mi colega Lomelí en que acaso alguno de los ilustres invitados a la cena de gala, haya ido en alguna ocasión a buscar un orgasmo furtivo en la boca de un niño de la calle. En serio, no me extrañaría en lo absoluto una historia así.
También son célebres los clubes de ajedrez y he visto ancianos que permanecen frente al tablero desde que amanece hasta que anochece.
Por cierto que desde que se anunció la celebración del concierto de gala, el tema del Parque Teniente Guerrero ha puesto de manifiesto una vez más el desconocimiento sobre historia de la ciudad que priva incluso en los círculos sociales que en teoría deberían estar más enterados.
Y es que cierto locutor de radio, sostenía que el parque debía su nombre a Vicente Guerrero, caudillo de la insurgencia y segundo presidente de México en 1829.
Grave error. El parque más viejo de Tijuana debe su nombre a Miguel Guerrero, militar sonorense que fue herido mientras defendía a Tijuana de la invasión filibustera de 1911.
Miguel Guerrero, quien era conocido en el Ejército Constitucionalista bajo el mote de ?El Tigre de Tijuana? murió en 1915 mientras combatía a los villistas en San Miguel el Alto y sus restos yacen sepultados en el Monumento a 1911 en el Bulevar Agua Caliente. Un poquito de historia nomás. Por lo demás, el jet set tijuanense suele ser como una bestia que metamorfea cada cierto tiempo. Hoy lo más cool, lo más inn, lo tope de lo tope y el último grito de la moda es tomarse la foto con Jorge Hank Rhon
Hace un año, las buenas conciencias de la ciudad no presumían su amistad. Hoy se pelean por sentarse junto a él. El jet set, señoras y señoras, es muy cambiante, máxime en una ciudad de fortunas rápidas y ascensos fugaces como esta Tijuana nuestra.

Tuesday, July 12, 2005

¿Regular los blogs? Vaya soberana estupidez

El suplemento El Ángel de Reforma se ha dado por enterado de que existen los blogs y se permite dedicarles su portada. Vaya, de una u otra forma el fenómeno se va trepando poco a poco a las barbas de los intelectualoides que se dicen serios y hoy en día cada revista o suplemento cultural siente que si quiere estar en el último grito de la vanguardia, debe dedicar algún artículo analítico sobre el fenómeno de la blogósfera.
Yo llegué tarde a la blogósfera de la misma forma que llegué tarde a las computadoras y al mundo del internet. Yo comencé con mi blog en el 2002 y entonces ya había gente que tenía algunos años en esto. Sin embargo, hace dos años y medio nadie hablaba de blogs. Es más, puedo afirmar que Frontera fue el primer medio impreso mexicano en donde leí un artículo sobre el tema, publicado en 2002 en la sección Mosaico mucho antes de que en El Ángel descubrieran el fenómeno. En aquel entonces nadie sabía mucho de los blogs y sin embargo en el último año todo mundo habla de ellos. Vaya, hasta los funcionarios municipales y los personajes de la grilla política saben de esto. Tal vez en cinco años el blog se vuelva un producto de consumo tan masivo, que ya sea impensable no tener uno, algo así como no contar con una cuenta de correo electrónico. En tus documentos oficiales o en tus solicitudes de empleo o tarjeta de banco, además de poner tu dirección, tu teléfono y tus datos, deberás poner tu blog para que todo mundo pueda leerte.

La blogósfera cambia y aún así sigo pensando que habitamos actualmente en la prehistoria del blog. Lo único que me preocupa de sobremanera, es que este asunto vaya a perder su toque espontáneo y su absoluta vocación libertaria. El blog aún es anarquista. Ojalá lo siga siendo toda la vida. Me asusta la palabra regulación que insinúa El Ángel. El día que haya regulaciones o códigos en la blogósfera le habrás partido la madre bien y bonito a este fenómeno cuyo encanto radica en la espontaneidad y no en otra cosa.
Sí, es cierto, la falta de regulación trae consigo que leas millones de blogs patéticos. Riesgos que se corren. No he visto que hasta ahora alguien haya tenido que leer un blog bajo amenaza de muerte. Quien entra a un blog es porque quiere. Que si la difamación, que si los intereses políticos, que si la utilidad. Creo que la blogósfera es un mundo aparte que en todo caso, debe apostar por regirse por códigos no escritos de conducta, como se ha manejado hasta ahora. Un blog no debe aspirar a ser útil para existir ni a perseguir una finalidad benéfica.
El artículo de El Ángel me parece demasiado limitado y pobre en sus apreciaciones.
Según el artículo, la principal desventaja de los creadores de blogs, es que muchos bloggers no son independientes, sino que son lacayos de intereses políticos específicos y, por lo tanto, no son confiables.Para Sussman, la tarea para los editores de los medios tradicionales es ver qué bloggers, a lo largo del tiempo, son confiables y cuáles están promoviendo causas específicas con desinformación y mentiras.
En la medida en que sean voces justas e independientes, los bloggers tienen mucho que aportar, dice.

No creo que un blog deba aspirar a perseguir una causa justa o políticamente correcta para aspirar a existir.
Diría en todo caso que a lo único que debe aspirar un blog es a no aburrir, pero uno es libre de ser todo lo aburrido que quiera o pueda. Los blogs por fortuna no son periódicos que deban regirse por códigos de ética o compromisos con la verdad. Triste sería la blogósfera sin sus compulsivas mentiras, sus personajes creados y sus esgrimas de pastelazos. El día que la blogósfera conozca las reglas, yo me largaré de aquí.