Eterno Retorno

Friday, April 22, 2005

Pasos de Gutenberg

Vida con mi viuda
José Agustín
Joaquín Mortiz

Por Daniel Salinas Basave

Para resumir en una sola expresión Vida con mi viuda, la nueva creación de un autor tan coloquial como José Agustín, sólo se me ocurre una coloquial expresión regiomontana: Se la bañó.
El que mucho abarca poco aprieta sería la bitácora ideal si tuviera que resumir este libro en un dicho popular.
Soy lector de José Agustín desde la adolescencia y en lo absoluto me siento unido al coro de voces que aseguran la pluma de este narrador se agotó en La tumba y De perfil.
Obras como Luz externa, Se está haciendo tarde, Ciudades desiertas o inclusive la noventera Dos horas de sol, son novelas inteligentes, ágiles y sumamente originales.
Ello sin olvidar la bien lograda la trilogía de la Tragicomedia Mexicana, que hasta Enrique Krauze, con todo el dolor de su gigantesco ego, tuvo que citar en la bibliografía de su Presidencia imperial.
Sin embargo, Vida con mi viuda simplemente no se logró. Me da la impresión de que José Agustín quiso apostar por una novela mayor, extrema, algo que incluyera un licuado de todas sus obsesiones y al final falló. El autor se acabó por ahogar en su novela, se enredó en su propia telaraña y evidenció hierros argumentales que jamás cometió cuando era un veinteañero que acudía al taller del maestro Arreola allá por los años sesenta.
Eso sí, José Agustín es obsesivamente fiel a si mismo. Su estructura narrativa, sus juegos de palabras, su pasión por el rock, el cine, las drogas, el esoterismo y la astrología son las mismas de toda la vida.
El problema, precisamente, es que trató de empaquetarlas a todas en el mismo costal y el resultado fue una mezcla infumable.
Vida con mi viuda acaba por tener casi la estructura de un cómic y las escenas típicas de un ?churro? hollywoodense.
Mi maestro Rafael Ramírez Heredia me decía que un autor debe ante todo hacer que el lector crea en su personaje y aunque sea el ente más fantasioso del universo, debe resultar una personalidad creíble.
Pues bien, José Agustín no me pudo vender con éxito la idea de ni una sola de las criaturas que aparecen en Vida con mi viuda.
A grandes rasgos, la historia trata de un cineasta underground que un día, sin saber por qué, se encuentra con su doble, quien inexplicablemente muere en sus brazos.
El cineasta en cuestión, decide tomar la identidad de su doble y hacer que la gente crea que él es el muerto. Hasta ahí vamos bien con la ficción pura, que tiene como marco de referencia una ciudad semi apocalíptica del estilo (kilómetros de distancia guardados) del País de las últimas cosas de Paul Auster.
Lo que sí de plano cuesta trabajo tragarse, es la historia de las super sexis brujas zapotecas a las que uno se imagina al más puro estilo Salma Hayek en una mala película.
También acaban por hartar las forzadas escenas eróticas que protagoniza el hipersexuado personaje en cada una de las páginas y resultan muy poco originales las descripciones de una secta de encapuchados que ninguna diferencia guardan con los de ?Eyes wide shut?.
Pero bueno, tampoco es una novela para tirarse a la basura. Después de todo, los churros a veces divierten y este me hizo reír bastante y aunque puede que más de un adolescente contemporáneo se emocione con ella, sin duda Vida con mi viuda quedará para la historia como una de las peores novelas de su autor.

Wednesday, April 20, 2005

Un par de botellas de Bibayoff, apetecible vino que fabrican los rusos de Ensenada aguardan en casa. Carajo, agua se me hace la boca de imaginar. Es un vino artesanal, fabricado con métodos ancestrales, lo cual se nota en el abundante sedimento que queda en la botella. Vale la pena decantarlo y dejarlo que respire un poco antes de dar el primer trago. Las botellas me las ha comprado Carolina en la Gran Cava. Un Santa Rita y un tempranillo italiano (cuyo nombre he olvidado) completarán la faena en caso de solicitar refuerzos. Un libro llamado El Ángel Caído, de Massimo Centini, es mi autoregalo. Se trata de un ensayo sobre el Diablo en la religión, la historia, el arte y el folclore. Un disquito de Steel Attak, Predator of the Empire, banda sueca de heavy-speed metal, hace las delicias auditivas. Los años pasan y yo sigo víctima de mis mismas aficiones. Si a los 14 años de edad me hubieran regalado un libro del Diablo y un disco de heavy metal hubiera sido feliz como lo soy ahora. Bueno, digamos que en la adolescencia no era aficionado al vino, sino a la cerveza, pero fuera de eso, nada ha cambiado en mí. No se si a los 45 años de edad me vaya a seguir dando por escuchar hevay metal y leer compulsivamente libros de mitología, historia y demás. Ojalá mi organismo siga disfrutando entonces las visitas del espíritu de la vid. Deseaba comprar Scarlett Diva, la película de Asia Argento, pero a la hora de la hora desistí. No me gusta el cine ni tengo paciencia para sentarme frente a una pantalla a chutarme películas. Además, en caso de adquirirla, la vería una vez y ya. No le encuentro mucho sentido a eso de comprar películas, para ser honesto. Vaya, me gusta Asia Argento, pero no me gusta el cine. Grave dilema.
Tal vez uno de los propósitos de mi nueva edad sea el minimizar mis adquisiciones discográficas y bibliófilas. Basta ya. No hay más sitio en casa y cuando adquieres demasiados, sucede como con los extranjeros del futbol mexicano: Sólo uno de cada 10 vale la pena. Pero para qué carajos hago promesas que nunca cumpliré. He tenido sueños extraños, muy extraños. De algunos de ellos hubiera querido no despertar.
El tiempo corre más rápido que yo, más rápido que mi capacidad de asimilarlo. ¿Habrá posibilidad humana de sepultar el concepto del tiempo y fundirse en las delicias del presente perdido?

Tuesday, April 19, 2005

Historia del cumpleañosVirginia Woolf me dejó pensando: ¿Cómo recordar lo que hiciste en un día X en la vida? ¿Como reconstruirlo? Un día ocupa en algún momento la absoluta universalidad del presente y con extrema facilidad se vuelve olvido. Pero nuestra cultura de consumo nos ha enseñado a maximizar el día en que cumplimos 365 días más en este Mundo. E indagando un poco en mi mente, me doy cuenta que recuerdo lo que he hecho en casi todos los abriles 21 de la historia. No importa si fueron reventones memorables o días de extrema tranquilidad. Uno, quiera o no, tiene extrema conciencia de su cumpleaños. Aquí una pequeña bitácora histórica

-21 abril 1988- Una tregua de felicidad en medio de una difícil primavera. 41 días antes había sido expulsado del Liceo Anglo Francés. Festejé en el patio de la casa en turno (en ese entonces ubicada en Avenida Vasconcelos) con los fresiamigochos de la escuela de donde recién me habían corrido. Ya era entonces un adolescente problema y nada me hacía parecer un prototípico catorceañero regio.

21 de abril de 1989- Cinco meses antes me había ido a radicar a la Gran Tenochtitlán con mi familia. La idea me era repugnante. Luego entonces, mi regalo fue poder ir a Monterrey a celebrar con los chicos fresas del Liceo. Por la mañana me hice el primer hoyo de arete de mi vida que causó un escándalo en la familia. Por la noche fiesta en el jardín de casa de mi abuelo. Mi amigo Jordi se agarró a putazos con el novio en turno de mi prima. El viaje tan solo sirvió para sumar más puntos negros en mi ya de por sí oscura reputación.

21 de abril de 1990- Un año después, ya era feliz en la Gran Tenochtitlán. Pasé el día con mi amigo Carlos Macías y por la noche una pedilla adolescente en casa de Gaby Menéndez que fue rematada con un antológico camino a casa en la madrugada.

21 abril 1991- Primavera del amor la de 1991. Una semana antes había empezado de novio con Carime. El día anterior Eskorbuto en Tlalnepantla. Mi camiseta de Suicidal Tendencies quedó en girones luego de slam con Cerebros destruidos. Al otro día a comer huitlacoche y carne tártara al Tras Lomita de Cuajimalpa. Un cumpleaños feliz.

21de abril 1992- Sex, drugs, rock and roll. El primer semestre del 92 ha sido la época más atascada de mi vida. Nunca antes ni después emulé tanto a Sid Vicios como en esos meses. Luego entonces mi fiesta debía ser un ritual de atasque. Trabajaba entonces en discos Zorba Interlomas (mi primer trabajo en nómina) Fiesta en mi casa de Lomas del Olivo con los compañebrios del trabajo. Acabé peleando con mi amigo Federico por una putilla intrascendente. Mucho alcohol, mucha porquería, mucho metal, mucho sexo. Eso fueron mis dulces 18. 21 de

abril 1993- Guerra fría y recesión en mi retorno a Monterrey. Mi propósito de quedarme en México a estudiar en la UNAM había fracasado por falta de fondos. Me resignaba a volver a una aburrida y provinciana regiolandia. Un cumpleaños austero e insustancial, sobrio como pocos. Nada para recordar. Un 0-0 total.

21 de abril 1994- Examen final de Procesal Civil. Una sobredósis de café negro y catovit me mantuvo sin pegar un ojo la noche anterior. Por la tarde al examen que pasé sin problemas.

21 de abril 1995- Tengo idea que por la mañana acompañé a mis padres a un Club Hípico donde bebí unas cervezas. Por la noche en la alberca de casa de Patricia. Bebidas preparadas del Chez, unos tenis nuevos y mucho calor.

21 de abril 1996- La última fiesta en grande. El día coincidió con mi último examen de la carrera. Una sana fiesta políticamente correcta en el Deportivo Cemex con todos los recién graduados abogangsters. Aunque usted no lo crea, en ese entonces era amigo de mis compañebrios de escuela (siete años después no se nada de sus vidas) Incumplí mi promesa de cortarme el pelo al terminar la carrera y recibí cantidad de regalos. Dulces recuerdos de un gran año.

21 de abril 1997- Otra vez de regreso en Monterrey tras una temporada en Nueva Inglaterra y un ya emblemático mochilazo a Europa. Por la madrugada un ritual baño en las aguas azufrosas de Icamole. Los místicos y aleatorios meses en que mis días transcurrían a lado de Jopy y Del Bosque. Por la noche una sencilla fiesta en casa y el primer orgasmo después de un ayuno de meses.

21 de abril 1998- Tener dinero en la tarjeta y cero responsabilidades, puede derivar en un pandemonio de excesos. No fue el caso de de este sano cumpleaños en que todo quedó en una sencilla cena nocturna. Por lo demás, fue significativo por ser el último cumpleaños que pasaría en la casa de mis padres y en la ciudad que me vio nacer. Mi hermano me regaló la camisa del Boca.

21 de abril 1999- La Ciudad de la Luz iluminó mi cuarto de siglo. Carolina y yo aterrizamos en París en la mañana del 21 de abril. Dos días antes me había despedido para siempre de Monterrey. Tiempo de cambios y decisiones. La Torre Eifel marcaba una cuenta regresiva de 455 días para llegar al cambio de milenio. Por la noche al Barrio Latino. Mucho vino y queso brie. Primer cumpleaños a lado de Carolina que por cierto me regaló la camiseta del Arsenal.

21 de abril 2000- Escapamos en improvisado y matadísimo viaje a San Francisco. Todo sea por celebrar de forma original. Caldo de almejas, panes deliciosos y un hotel de chinos un tanto tenebroso. Paseo por el Castro y Golden Gate Park, un vestido chino para Carolina y un paseo en bote a Alcatraz. También, de pilón, un corte de pelo.

21 de abril 2001- Primer cumpleaños que celebré en Tijuana. Ese día amanecí en San Diego a donde acudí a participar como ponente en un panel sobre narcotráfico con huéspedes colombianos de lujo. De regreso a casa por la noche, un pozole y buenos tragos de Jack Daniels. Carolina me regaló la camisa de Lazio Roma.

21 de abril 2002- Una carne asada en la playa en pleno medio día de domingo. Deliciosas Heineken y mucha arena en los píes. Carolina me regaló la camisa de Leeds United.

21 de abril 2003- La noche anterior como un borracho de cantina cantando Piporro y Chavela Vargas en casa de mis suegros en Rosarito. Pese a mi notorio estado, me empeñé en volver manejando a Tijuana en la madrugada (confieso que nunca antes había manejado tan hasta la madre) Por la mañana a desayunar caldo de pescado al Terrazas Vallarta. Nueva rocola. A nadie más que a mi se me ocurre amenizar una palapa marisquera con música de Black Sabbath y Scorpions. Tres coronitas fueron mi primera bebida de los 29.Por la tarde a la playa el Vigía. Friazo absoluto y perritos juguetones. Carolina me regaló la nueva camisa del mejor equipo del mundo: Tigres Vengan los 30, no les tengo miedo-

21 de abril 2004- Una botella de Mezcal Gusano Rojo tocó fondo y el gusanito le dio la bienvenida a los 30. Nada más que agregar. Todo lo demás lo olvidé.

De la misma forma que no me gusta prejuiciar a un autor por su condición de hombre o mujer, tampoco me gusta clasificarlos por nacionalidad. Lo determinante en todo caso, es el idioma en que escriben. Del Kundera checo al Kundera francés hay un abismo. No se si algún día hubo un Conrad polaco o un Nabokov ruso. Pore ello a veces olvidó que el autor de Lolita y el de Humillados y ofendidos nacieron en el mismo país. Se imaginan si Dostoievski hubiera escrito en inglés? Hay algo del espíritu eslavo en Lolita? Dos formas de ser ruso.Todos los días se aprende algo nuevo- Uno supone que un escritor austriaco nació en Austria. Pero Thomas Bernhard nació en Holanda concretamente un 9 de febrero de 1931- ¿Influye demasiado el lugar exacto en que un creador sale del vientre de su madre? Julio Cortazar es un escritor argentino que nació en Bélgica y murió en Francia. Descansa junto a Carol en Montparnasse. Por si fuera poco, su novela cumbre se desarrolla en París. Carlos Fuentes es un escritor mexicano que nació en Panamá, creció en Estados Unidos y Chile y siendo ya un veinteañero descubrió que el México del alemanismo era un manjar de posibilidades literarias. Su vida transcurre entre Londres y un sin fin de universidades gringas. Si se trata de hacer apuestas, apuesto que morirá fuera de México, aunque sin duda lo enterrarán con la típica pompa priista.Borges es absolutamente universal pero no puede con su argentinez. A veces podría parecer un erudito británico. Su trabajo ensayístico es el de un Thomas de Quincey del Río de la Plata. No hay que olvidar que aprendió a leer en inglés y su primer lectura del Quijote fue en la lengua de Shakespeare. Pero por momentos, Borges ronda los linderos de lo gauchesco. Un oscilar entre Hamlet y Martín Fierro.


El domingo, como palabra o lugar común, va asociado a la retórica futbolera. Sin embargo, los mejores partidos suelen jugarse entre semana.Nada como un buen Miércoles Europeo. Un oasis de arte y emoción en medio de la alta mar de entre semana. Un Miércoles Europeo siempre tiene algo de heroico. En el pasado había que desafiar escuela. Hoy en día trabajo. Abandonar, aulas, juntas, entrevistas, saberse escabullir del mundo responsable para penetrar en el universo de un juego mágico.

Tedio total

Cada que pienso en el circo político que se avecina en 2006 me invade un tedio y un desgano insoportable. Cuando caigo en la cuenta de lo poco que falta para la degradante pantomima electoral que se nos viene encima, no puedo menos que sentir lástima por México, por sus ciudadanos, por mí. ¿Quién necesita todo esto? Todo vestigio de euforia política ha muerto en mí. Hace 11 y 17 años años, allá por 1994 y 1988, me emocionaba con el seguimiento de cada uno de los actos del Gran Teatro Nacional. El EZLN, los magnicidios, el fraude electoral, las manifestaciones, la grilla. Los años de transición presidencial se me hacían divertidos, le rompían la monotonía a las noticias y me hacían imaginar una gran sacudida social que cambiaría de una buena vez por todas a este país. Bien se ve que me he convertido en un adulto. Hoy con solo imaginar la cantidad de tinta, saliva y cinta que se gastará en el seguimiento de una parodia absurda, ridícula e inútil, no puedo menos que deprimirme. Lo único que nuestra economía se afecte lo menos posible, que nos dejen trabajar en paz y que México salga avante a pesar de la ambición carnicera de sus políticos.
Nada bueno puede aguardarnos. No cabe duda que los extremos y los radicalismos han vuelto a la palestra. El ala más corrupta y dinosauria del PRI con Madrazo a la cabeza es la que se perfila como gran ganadora, mientras que el ala más conservadora, mojigata e intolerante del PAN es nuestra otra opción. Putísima madre, que país. Con decirles que estos días he estado empezando a pensar un poco más seriamente en lo de mover los trámites para ver si alcanzo la nacionalidad española.

Bienvenida Inquisición

Y si de radicalismos hablamos, qué decir de la Iglesia Católica. Definitivamente esa cosa que llaman extrema derecha se ha puesto muy de moda últimamente. Si alguna esperanza albergaba de que la Iglesia Católica pudiera soñar con cierto progreso después de la muerte del ultra conservador polaco, llega Ratzinger a sentarse en el trono de Pedro. Bienvenido inquisidor. Anda, restaura las hogueras que habemos miles de herejes sueltos por ahí. Muchas almas descarriladas que adoran a la diosa razón y abjuran de la palabra de Cristo. Anda Ratzinger, somos muchos. Hay por ahí aborrecibles mujeres que osan creer que pueden disponer de su cuerpo para no traer al mundo al producto de una violación. Hombres miserables que se creen con el derecho de ponerse un plástico sobre su pene para no traer más pordioseros al planeta. Anda Ratzinger, hay mujeres que todavía se atreven a creer que pueden ser sacerdotisas y que una fémina puede aspirar al trono de Pedro. Condénalas Pontífice, diles que las mujeres deben eterna obediencia y que según la Biblia son el origen del pecado. Vamos Ratzinger, hay seres que han decidido que les gusta coger con alguien de su mismo sexo. Quémalos de inmediato por degenerados. No dejes que los demonios de la razón y el perpetuo cuestionamiento infesten las virginales mentes de los corderillos de dios. Vamos sucesor de Pedro, borra todas esos intentos de resurrección de cultos paganos. Habemos muchos herejes en el mundo. Vas a tener trabajo con nosotros. Pon a tus huestes fanáticas a perseguirnos. Ellos lo harán gustosos.
Ya en serio ¿Qué carajos le pasa a este mundo? La humanidad se polariza. Tal parece que a falta de Guerra Fría, ante la muerte de los ismos y frente a la ridiculización de los credos políticos, sólo nos resta aferrarnos a los fundamentalismos religiosos. Nuestro siempre tirano dios monoteísta se regocija en su trono. En la humana tierra tiene a los más radicales príncipes dispuestos a aplicar a sangre y fuego su voluntad. Que felicidad. El Islam es más fanático y terrorista que nunca. El fundamentalismo protestante, con Bush como predicador estrella, gira a hacia sus vertientes más apocalípticas y si alguien pudo pensar que esta era la oportunidad de oro para que la Iglesia Católica se reivindicara como la pastora de una política humanista, apegada a la realidad, viene Ratzinger a callarnos el hocico.
Había optado por mantenerme al margen de estos temas y simplemente me guardé mis opiniones en torno al circo papal. Soy ateo, no creo en la existencia de ningún dios ni nada que se le parezca y por ende consideré que era más sano mantenerse al margen. Pero hay un pequeño problema: Dios no existe, cierto, pero las iglesias, por desgracia para la humanidad, sí. Vaya que existen y son omnipresentes las condenadas. Existen y hacen daño, mucho daño. Por eso me cuesta trabajo no expresarme. Yo se que si un tsunami o un meteorito o un hoyo negro no nos borra del Universo antes, llegará el día en que la humanidad superará en forma definitiva el concepto Dios. No me cabe la menor duda. Se que llegará el día en que los seres humanos se reirán de los conceptos de deidad que tenemos hoy. Dios no sólo morirá en el sentido nietzschiano de la palabra. Será superado y olvidado. Se que algún día pasará al museo de lo obsoleto y nos reiremos de él como hoy nos reímos de la concepción cósmica de la Edad Media o de las supersticiones de la antigüedad. El problema es que me tocó nacer en una época en la que la humanidad aún es víctima de esa patraña monoteísta que inventaron los hebreos y que tan bien copiaron cristianos y musulmanes y debo cargarla a mis espaldas. No me molesta que la gente crea en un dios mientras me deje a mí no creer y no intente predicar. Pero sí me molesta de sobremanera que le impidan a una mujer abortar, que promuevan la sobrepoblación mundial, la miseria, el sida, la discriminación y la intolerancia amparados en el eterno amor de su dios. Y ya mejor ahí la dejo, porque luego me pongo a hablar de la influencia de la Iglesia en la política, de sus crímenes sexuales, del miedo y la ignorancia que siembran en las mentes humanas y aquí no acabamos nunca. Cada que pienso en esto tiendo a deprimirme, porque aunque quiera mantenerme al margen, resulta que los representantes de dios en la tierra afectan al mundo en que vivo. Mejor pensaré en otra cosa antes de sucumbir a un ataque de rabia. Dios NO existe. La Iglesia, por desgracia, SÍ.