Eterno Retorno

Friday, March 18, 2005

Esta Primavera no se decide a existir

Cada vez tengo sueños más raros

El Mar está agitado

Me he vuelto supersticioso

No extraño los malos hábitos ni los vicios

Nunca había soñado con un personaje creado por mí. He soñado con Amber Aravena parada en medio del puente de la 20 de Noviembre, mirando hacia el Este.

De pronto, tuve deseos de releer El túnel de Sábato

Marzo no le presta su espíritu a nadie

Casi todos los grandes finales dramáticos de etapas de mi vida se han producido en Marzo


DIO

Siempre he sentido una especial debilidad por los discos en vivo, máxime cuando se trata de grabaciones de conciertos de giras a las que acudí. De una u otra forma, la alineación, el orden de las canciones y la mística del álbum, me hace rememorar grandes momentos. Ejemplos de ello son el álbum Deadly Lullabies de Kin Diamond, que recoge la gira del Puppet Mastre, cuyo segundo concierto fue en San Diego en octubre de 2003, o el de Rush en Río, que recoge el último concierto de la gira del Vapor Trails, cuya presentación en Chula Vista es uno de los mejores conciertos que he acudido en mi vida entera.
Ahora en mis manos y mis oídos, recién salidito de la Ciruela Eléctrica, el Evil or Divine de DIO, un concierto de la gira del Killing The Dragon a la cual acudí. De la gira de Killing The Dragon vi un par de conciertos: Uno en el que DIO compartió el escenario con Scorpions y Deep Purple en Chula Vista y otro más en el que compartió el escenario del Sports Arena con los mismísimos Iron Maiden (favor de ponerse de píe cuando uno menciona ese concierto por favor)
Ya se que tengo hartos discos de DIO, incluidos varios conciertos en donde vienen rolas que he escuchado infinidad de veces a lo largo de mi existencia. Pero el concierto del Killing The Dragon trae consigo una carga espiritual única. Siempre he sido un fiel seguidor de DIO. Aunque ya se que la esencia del espíritu de Black Sabbath, después de la guitarra de Iommi es la voz de Ozzy y que los primeros ocho álbumes son los más representativos de la banda, yo cometo el sacrilegio de afirmar que mis discos favoritos de todo Sabbath, son los que cuatro que tienen a DIO en la voz. Ya no digamos a Rainbow. El primer Rainbow es un documento imprescindible si es que alguien aspira a disfrutar eso que llaman rock. La carrera de DIO en solitario tiene altibajos, pero la realidad es que un disco suyo siempre suele caerme bien.
Como complemento y a 70 pesitos, me he hecho del disco de Force of Evil, una banda danesa integrada casi en su totalidad por músicos de Mercyful Fate y King Diamond, liderada por el mítico guitarrista Hank Shermann (conste que no Rhon) Pese a que por su nombre uno podría creer que se trata de una banda orientada al Black Metal, la realidad es que suena al más puro estilacho del New Wave of British Heavy Metal, con riffs medio doom y sabbatianos. Un disco que cae bien por inesperado.

Porque usted no lo pidió, yo insisto en recetar Pasos de Gutenberg

Iván El Terrible
Henri Troyat
Editorial Vergara

Por Daniel Salinas

Si de leer biografías se trata, debo confesar que siempre he sentido una especial fascinación por las de los déspotas y tiranos.
Esos hombres de estado, soberanos todo poderosos o caudillos de masas capaces de llevar el delirio y la extravagancia hasta los confines de la demencia, siempre me han atraído.
En esta ocasión el elegido es Iván El Terrible, el despiadado primer zar de todas las Rusias, un tirano capaz de aterrorizar a los tártaros, suecos y polacos, lo mismo que al pueblo ruso y hasta a su misma familia.
Había escuchado hablar mucho del biógrafo moscovita Henri Troyat, autor de célebres biografías de algunos de los personajes más representativos de Rusia, sin embargo hasta ahora he tenido la oportunidad de leerlo.
Sin las caer en el libertinaje extremo de la biografía novelada, pero lejos del rigor académico de quien sigue paso a paso los dictados de la historiografía, Troyat nos presenta un retrato del zar ruso que aterra y conmueve.
Por una parte, encontramos en Iván a un hombre místico hasta el delirio y la psicosis, temeroso de Dios, víctima de afanes mesiánicos y redentores.
Pero al mismo tiempo, encontramos un tirano impulsivo capaz de asesinar a su propio hijo y de sembrar el terror entre su pueblo con tal de mantenerse en el poder.
El biógrafo no escatima en mostrarnos el lado cruel del zar Iván IV, su proclividad a los impulsos sádicos y la embriaguez que parecía producirle el sufrimiento humano.
Sin embargo, también se preocupa de exponer y narrar de manera muy puntual el entorno hostil y traicionero que rodeó a Iván cuando era un niño huérfano que fue moldeando su personalidad paranoica y delirante.
Además, también nos presenta un panorama muy completo de la Rusia del Siglo XVI y sus costumbres, oscilantes en una fe delirante en la Iglesia Ortodoxa, en plena convivencia con costumbres paganas y tradiciones bárbaras.
Una nación mucho más cercana social y culturalmente a Oriente que a Occidente ajena aún a los afanes europeizantes que traería un siglo más tarde Pedro El Grande.
Henri Troyat, que no es más que un seudónimo de Lev Tarassov, nació en Moscú en 1911, aunque a los nueva años de edad salió exiliado con su familia a París huyendo de la Revolución Bolchevique.
Confieso que luego de leer esta biografía, me quedan muchas ganas de ir en busca de los libros que Troyat dedicó a la zarina Catalina La Grande y a Stalin.
Aunque no nada más de los tiranos se ha ocupado este señor, pues según se, también ha escrito biografías de Dostoievski y Tolstoi, máximas plumas de su país.
Por lo que a este libro respecta, creo que no sólo ha sido un gran acercamiento a la historia del génesis de la nación rusa, sino una confrontación descarnada con la dualidad del alma humana y sus más abominables extremos.

Wednesday, March 16, 2005

Fauna de Palacio

Podría elaborar un bestiario al puro estilo de Arreola o Cortázar sobre la fauna más pintoresca que pulula por Palacio Municipal. A lo largo de todos los años que llevo acudiendo regularmente a ese inmueble, hay tipos a los que veo casi a diario y que en teoría no tienen oficio ni beneficio, aunque sin duda algo logran exprimir de las ubres públicas, pues pasan la vida metidos ahí. Corruptos lidersuchos sociales de poca monta, eternos denunciantes ante Sindicatura, promotores de quién sabe que causas, pasquineros cazadores de indignos chayotes miserables, argüenderas doñas de colonia popular expertas en vacunar los presupuestos de los regidores, fotógrafos matusalénicos con cámaras paleolíticas haciendo antesala en las oficinas de los funcionarios, eternos comisarios sindicales que duermen la mano en el diván de su plaza de burócrata. Esa es la fauna de Palacio Municipal. Muy a menudo, por no decir a diario, alguno de estos seres se acerca a mí para ofrecerme un cigarro y pedirme un favor. Oye, fíjate que traigo un asuntito en Sindicatura, que me retiraron mi permiso de vendedor ambulante, que a mi hijo lo golpearon unos policías, que el Alcalde me prometió chamba y no me ha cumplido ¿No me podrías echar la mano con una notita?
Que karma el mío. Nada me genera más tedio que tratar de quitármelos diplomáticamente de encima y mandarlos sutilmente a chingar a sus madres. El 95% de las cosas que me platican no me sirven de un carajo ni tienen el más mínimo valor noticioso, pero ah como me quitan tiempo.


Mi incurable vicio

En lugar de invertir mi dinero en un nuevo celular, sigo sucumbiendo a mi vicio de comprar libros compulsivamente. Ahora he comprado una Enciclopedia Ilustrada de la Mitología Universal. Un bonito libro sin duda, bastante grande que no salió tan caro (275 pesos)
Bellas ilustraciones e información de lo más diversa es la que se puede encontrar en este ejemplar que aborda lo mismo la mitología sumeria, hitita, egipcia, griega por supuesto, celta, nórdica, caribeña y centro y sudamericana.
¿Alguien puede rehabilitarme de este maligno vicio?

Discos y libros

En estos momentos escucho un disquito de los italianos Rhapsody, concretamente el Power of The Dragon Flame. Toda una odisea medieval de elfos, dragones, caballeros y reyes.
Del nuevo disco de Judas Priest, la rola Judas is Rising se ha transformado en el himno de estos días
Las más Macarbras de las Vidas de Eskorbuto ha renacido mi pasión por la deliciosa decadencia de estos bilbaínos y se convierte en Soundtrack de Primavera.
Hoy por la mañana me di una escapada de Palacio a la Biblioteca Benito Juárez y me puse a releer La región más transparente. Puedes pensar lo que quieran de Carlos Fuentes, pero aunque lo odies, deberás reconocer que esa es una señora novelona.

Rodolfo Cruz

Hoy fue cumpleaños de mi amigo Rodolfo Cruz. Lo llamé a México DF para felicitarlo. Cuando hablas con los amigos de la adolescencia caes en la cuenta de lo que significa el paso de los años. Al Rudy lo conocí a los 15 años, es decir, exactamente a la mitad de mi existencia. La vida parece tener demasiada prisa por irse corriendo a quién sabe donde. Lo cierto es que sólo cuando hablas con la gente del pasado te das cuenta del océano de tiempo que te separa de ciertas épocas. Por el Rodolfo yo comencé a escuchar punk y hard core (antes yo sólo escuchaba heavy metal clásico y aún no descubría los placeres de los ritmos punketos) y a acudir a las tocadas de bandas como Massacre 68, Atóxxxico, por no hablar de las ya míticas apariciones de La Polla Records y Eskorbuto al inicio de los 90. El Rudy hizo algo que yo siempre hubiera querido hacer: Estudiar Historia. Bueno, digamos que yo estudio historia todos los días como autodidacta, pero jamás acudí a una universidad y para el caso la carrera que estudié jamás me dado por aplicarla y en mi vida laboral más que estudios se requiere malicia y sentido común que estudios. Con el Rodolfo conocí también las costas oaxaqueñas en el ya lejano 91, cuando yo iba a morir ahogado en Zicatela. Y sí, ya se que suena como cliché, pero me parece que fue ayer.

Títulos nobiliarios

Por cierto, la otra vez, concretamente el domingo, dentro de las páginas de un libro ( de José Agustín by the way), me encontré con mi cédula profesional que me acredita como Licenciado en Ciencias Jurídicas. Tanto que se rompe la madre la gente por conseguir ese papelucho enmicado y yo la tenía arrumbada dentro de un librajo que hacía años no abría. En verdad había olvidado dónde la tenía e incluso había olvidado que la tenía. Y pensar que hay gente que le da suprema importancia al hecho de ser licenciado. Ja, como si se tratara de un estúpido título nobiliario. Uno de los complejos más estúpidos dentro de la galería de estupideces de la clase media mexicana eso de referirse a la gente como Licenciado, Ingeniero, Arquitecto. Tradición servil. Cuando alguien me dice licenciado Salinas hasta me da risa y tiendo a pensar que me están bromeando. Y sin embargo, desde hace más de ocho años que soy oficialmente un licenciado cuya cédula está debidamente registrada. Que risa. Mucha gente piensa que malgasto mi vida en este negocio de los medios de comunicación. Que ya estaría cagando la lana si me dedicara a la abogacía. Carajo, como si un título fuera mágico para abrirte las puertas y traerte fortunas. Conozco muchos abogados desempleados o muertos de hambre y yo en esto del siempre matado e ingrato periodismo no se puede decir que sea precisamente un pobre.


Billete de dos dólares

Me he vuelto supersticioso. Bueno, en realidad siempre lo he sido para ser honesto. Ya se que es una contradicción en alguien que se proclama ateo, pero así es esta vida de absurda. La cuestión es que desde hace más de cuatro años yo cargaba en la cartera un billete de dos dólares. Ese billete me lo dio de cambio el taxista que me llevó desde San Ysidro al Aeropuerto de San Diego en septiembre de 2001, justo cuando me marchaba a Nueva York a recoger los periodísticos escombros de las torres gemelas. Lo interpreté como una señal de buena suerte para el difícil viaje que me aguardaba y decidí conservarlo. Desde entonces había conservado ese billete. Dicen que es bueno para la buena fortuna económica. Y bueno, nunca he sido rico ni mucho menos, pero la realidad es que hace mucho tiempo que mi situación económica es cómoda y no he pasado apuros de ningún tipo. Pues bien, al momento en que escribo esto, mi billete de dos dólares está en manos de una persona que no es precisamente pobre y no necesita fortuna económica, pues ya nació chapoteando en dinero. Me refiero al alcalde Jorge Hank Rhon. Resulta que por una situación que es larga de explicar, yo le enseñé el billete en la mañana y él inmediatamente lo tomó en sus manos, se persignó y se lo guardó. Primero pensé que se trataba de una broma y que me lo regresaría. Pero los minutos pasaron y después el Alcalde se metió a su oficina y mi billete se quedó en sus manos. Ahora me siento desprotegido. Perdí mi ojo de venado, cantaré como Caifán. Últimamente todo lo interpreto como una señal.

Tuesday, March 15, 2005

Una plegaria por los Conejos

Los conejos murieron el sábado. Puedo afirmar que hacía demasiado tiempo que no me sentía tan triste. Creo que desde mi infancia no experimentaba semejante melancolía. Los sentimientos humanos son a menudo indescifrables, impredecibles, absurdos tal vez. Hay sentimientos sobre los que no se manda. A menudo soy en extremo insensible ante el dolor humano. El sufrimiento y la desgracia raramente me conmueven. Soy absolutamente indiferente ante los llantos plañideros de funerales o ante las historias trágicas de conocidos y amigos. Nada me produce el ver cadáveres recién masacrados e incluso me considero fuerte ante mis propias adversidades. Sin embargo, la suerte de uno pequeños conejos silvestres me hizo mirar de frente al rostro de la tristeza. Recordé entonces el pasaje de El Zorro en la novela El Principito. Se que en los alrededores de mi casa debe haber cientos de conejos y todos los días deben nacen y mueren muchos de estos lagomorfos. Sin embargo, el destino puso en el camino de Carolina a tres bebés conejitos abandonados en medio de una vereda. ¿Qué hacían allí? ¿Por qué los abandonó su madre? No lo sabemos. Sin embargo el cuidado de esos conejitos se convirtió de un momento a otro en nuestra prioridad absoluta. Creímos que en verdad podrían sobrevivir. Que alimentándolos con leche nido en biberón sería suficiente para que pudieran crecer. Sabíamos que menos del 10% de los conejos recién nacidos separados de su madre tienen posibilidades de sobrevivir. Máxime tratándose de conejos silvestres. Sin embargo, nos aferramos a la esperanza. La vida se transformó entonces en un suspiro, un soplo de levedad, una llama moribunda en el viento helado. Un pequeño cuerpo con menos de cuatro días de nacido moría en la palma de mi mano y me pareció la escena más desgarradora de mi existencia. Los sepultamos en el monte. En su tumba pusimos algunas piedras, flores silvestres. Descansan en paz.

Pata de perro

Durante años fui un pata de perro que a meados marcó territorio en todas las centrales camioneras del País. El poco dinero nunca fue obstáculo que me impidiera viajar. Con presupuestos miserables me las arreglaba para recorrer México en camiones, aventones o como mi pagano Dios me diera a entender. Era un auténtico canchero del jet de la paradera. Nada como subir a un autobús de Transportes del Norte, ADO u Ómnibus de México para internarte en la carretera. En el verano de 1988 cuando a los 14 años me fui en compañía de mi amigo Jordi Ferrer a viajar desde Monterrey a Chiapas, inauguré una larga cadena de paseos mochileros que me llevaron a recorrer prácticamente todos los estados del país. Salvo la península de Yucatán (en efecto señores, nunca he estado en Cancún ni me interesa gran cosa estar) he estado en todas las regiones del país. Desde la sierra de Chihuahua, hasta las selvas chiapanecas, desde los desiertos potosinos a las playas oaxaqueñas, desde los puertos petroleros del Golfo, a las coloniales calles del Bajío. No puedo quejarme. He sabido disfrutar este país.
Sin embargo, eso se ha acabado. Mis viajes por México fueron cosa del Siglo XX. De pronto miro atrás y me doy cuenta que hace ya bastantes años que no viajo por el país. México se ha vuelto para mí un desconocido. Vivo en la ciudad donde empieza la Patria, pero yo me conformo con quedarme en el principio.
En los últimos seis años de mi vida sólo he estado en la Península de Baja California y en Nuevo León. Únicamente. Es extraño, pues en estos seis años hemos realizado tres viajes intercontinentales, varios al interior de Estados Unidos y uno más Cuba, sin embargo yo me he olvidado del resto de México. Mis paseos más lejanos por el País se reducen a Tecate y Ensenada.
En febrero de de 1999 hicimos un viaje relámpago a Guanajuato y esa fue mi última estancia en el Centro-Sur de México. Desde entonces no he vuelto a viajar al interior de mi País. En todo lo que va del Siglo XXI no he pisado otro estado mexicano aparte de Baja California, Nuevo León y Baja California Sur. Hace más de ocho años que no voy al Distrito Federal y les juro que si no voy en los próximos 50 años no me preocupa en lo más mínimo. Ya viví cuatro años en esa ciudad, fui feliz e hice grandes amigos. Extraño mucho a algunos amigos, habitantes del DF, pero a la ciudad no la extraño en lo más mínimo ni se me antoja ir. Un viaje a Los Cabos BCS en 2002 para cubrir la cumbre de la APEC fue mi incursión más sureña en estos seis años y paren ustedes de contar. Fuera de los viajes a Monterrey en fin de año, no he vuelto a viajar por el País. Vivo confiando en Tijuana. El resto de México me parece absolutamente ajeno.

Idus de Marzo
Más notas breves sobre esta breve vida

Idus de Marzo. Este día sí tuvo piel de Primavera. Hay un cielo y un olor de viento que Marzo no comparte con ningún otro mes. Cuídate de las Idus de Marzo. Julio César olvidó al oráculo cuando entró tan campante al Senado ¿O será cierto que iba con plena conciencia de que sería asesinado y él decidió pagar con su inmolación el precio de la inmortalidad?
Idus de Marzo. Colosio leía (o decía que leía) a Shakespeare. Ignoro si leía a Suetonio. Lo cierto es que cuando descendió por las laderas de Lomas Taurinas olvidó las Idus de Marzo.
¿Idus de Marzo? Me quedó con esa fenomenal rolita instrumental que abre el álbum Killers de Iron Maiden.

A Mankell lo crucifican sus finales, pero lo salva su inquebrantable fidelidad a lo deductivo, el compromiso con el personaje y su pasión por el detalle. En definitiva, me estoy wallanderizando.
Justo cuando acabo de concluir Asesinos sin rostro, el primer libro de la colección, mi colega René Gardner de Reforma me ha prestado Cortafuegos, el más reciente de todos.

Comienzo también una biografía de Iván El Terrible, escrita por el historiador moscovita Henri Troyat. Nada más apasionante que las biografías de los tiranos, los dementes del poder, los extravagantes del trono. Y eso no es nada comparado con lo que tengo planeado escribir.

Inmerso en el ambiente de la grilla política, chapoteando en el fango de la hipocresía humana, en medio de seres capaces de arrojar veneno con tal de seguir aferrados a las ubres del poder, he comprobado una vez una máxima del arte del combate y el exterminio: Si quieres empezar a desarmar a tu peor enemigo, hazle un favor y trátalo bien.

Platicando con mi amigo Pedro Beas, coincidimos en que Tijuana aún está en espera de la novela que la defina y la nombre. Lo peor de todo, es que tengo grandes y fundadas sospechas de que esa novela se va a escribir muy pronto y no será escrita por un tijuanense, ni siquiera por un mexicano. Será un extranjero que vendrá a pasar unas cuantas semanas en nuestras calles, recogerá algunos clichés, atiborrará sus alforjas de lugares comunes, de leyendas que todos masticamos a medias inmersos en el tedio, las meterá a la cocina de una editorial comercial, las condimentará con las salsas del buen vendedor de historias y se ofrecerá en todos los supermercados y será el punto de referencia de Tijuana para miles de seres en el mundo, mientras los tijuanenses hacemos corajes y lo llamamos oportunista, impostor, maquilador de literatura chatarra, promotor de una falsa Tijuana a la que su pluma convertirá por arte de magia en verdadera. Lo que es un hecho, es que Tijuana pide a gritos su novela.

No veo la razón por la que los analistas políticos hacen tantos esfuerzos por explicarnos lo que le sucede al PAN. Como si se necesitara ser politólogo para darse cuenta que ese partido está cavado su propia tumba, que parece tener un morboso afán por suicidarse todos los días y lograr que estos seis años de foxismo pasen muy pronto a hacer un accidente más en la accidenta historia de nuestro país.


La gente me dice que yo leo muy rápido y suponen que en casa no hago otra cosa más que leer
Si supieran que leo mucho más sentado asientos de taxis o en las salas de espera de siniestros ministerios que en el respaldo de nuestra cama o el sillón de nuestra sala. La vida diaria está llena de tiempos muertos. Su único antídoto posible es la lectura.

Un hecho concreto con el que inicie ayer mi semana, me hizo recordar el número 15 de la colección Astérix y Obélix llamado La Cizaña.


Léase al ritmo de The Number of The Beast de Iron Maiden. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, SEIS. SEIS. SEIS. Ja, ja, ja. No deja de ser una paradoja que sea el Tigre quien le pinte al Diablo su propio número en la frente.
Atáscate diablito rojo y muerde la sacra tierra de San Nicolás de los Garza. Por lo que a mí respecta, cada uno de los seis goles me sabrá a delicioso sorbo de Tequila Herradura.


La persecución de Villa

Toda la gente en Chihuahua y Ciudad Juárez, muy asombrada y asustada se quedó
Sólo de ver tanto gringo y carrancista, que Pancho Villa en los postes les colgó
(otra versión dice sin orejas los dejó)


La gente se espanta con las temáticas de los narcocorridos. Dicen que sus letras son agresivas y exaltan las sangrientas hazañas de forajidos, bandoleros y rinden pleitesía a quienes viven fuera de la ley. Ya he dicho en otra ocasión que no sólo de metal vive el hombre. Aunque usted no lo crea, me se muchísimos corridos de la Revolución. Los corridos actuales no me gustan musicalmente, pero los de la Revolución me parecen fenomenales. Y la verdad es que no veo de que se quejan las buenas conciencias. La Revolución costó un millón de muertos o más. Las guerras del narco sólo unos cuantos miles. La crueldad de algunos revolucionarios dejaría helados a los más salvajes capos del narco. Sin duda Rodolfo Fierro hubiera hecho palidecer a Ramón Arellano y si bien en teoría había ideales de democracia, no reelección y justicia social, lo cierto es que las tropas villistas, carrancistas, zapatistas, obregonistas, orozquistas y huertistas, poco sabían de causas políticas y sí mucho de pillaje y rapiña.

En fin, aquí les dejo para cultura general algunas estrofas de corridos clásicos, algunos revolucionarios y otros posteriores, que no hablan precisamente de florecitas y valores familiares.

La persecución de Villa

Toda la gente en Chihuahua y Ciudad Juárez, muy asombrada y asustada se quedó
Sólo de ver tanto gringo y carrancista, que Pancho Villa en los postes les colgó
(otra versión dice sin orejas los dejó)



La Toma de Zacatecas

Las calles de Zacatecas, de muertos son tapizadas
Lo mismo pasa en los cerros
Por el fuego de granadas

Los combates de Celaya

Esto es una matazón, madre mía de Guadalupe
¿Qué haremos con tanto muerto? Ya la tierra los escupe

Arnulfo González

Que bonitos son los hombres, que se atan pecho a pecho
Con su pistola en la mano, defendiendo su derecho.