Eterno Retorno

Wednesday, July 20, 2005

Bolaño

Si quieren que sea brutalmente honesto, les confieso que no le encuentro mucho chiste a Roberto Bolaño. Lo he leído y me quedo en la mente con un ... so what? Digo, no tengo el tiempo como para darme a la tarea de fletarme el tamalón de 2066 o como se llame el libro póstumo. Estoy muy feliz con mi Trilogía de las Cruzadas como para perder mi tiempo (y mi dinero, que los anagramas son carísimos) en un autor que no me divierte. Lo que he leído de Boñalo me aburre la mera verdad. Pero más que Bolaño en sí, me molesta la gente que le gusta Roberto Bolaño. Vaya, Bolaño es la bandera por excelencia del teorreico. A los culturosos les gusta que se sepa que les gusta Roberto Bolaño. Y claro, la muerte lo transformó en su icono. Ahí los tienes a todos cacareando. ¿Quieres ser admitido en el club de los teorréicos? Pues te la pongo fácil, tienes que decir que te gusta Roberto Bolaño. Tal vez los teorreicos me han predispuesto y es por ello que no he leído más cosas del chileno fuera de Llamadas telefónicas, Putas asesinas y un pedazo de Detectives salvajes. Ahora que si al estilacho vamos, yo mejor me quedo con un Vila Matas y todavía muy por encima, con un Ricardo Piglia. Bolaño nomás no me entra. No es mi culpa ¿Qué quieren que haga?