Eterno Retorno

Saturday, January 01, 2005

No hay propòsitos en puerta. Creo despuès de todo que el rumbo no requiere ser corregido, al menos no de manera radical. De momento, màs que propòsitos, tengo deseos y bastante pràcticos e inmediatos, pues tienen que ver con la furiosa tormenta que me recibirà en Tijuana si se cumplen los apocalìpticos pronòsticos. Digamos que es sano desear que no pase nada a mi hogar y sus alrededores y que el camino hasta nuestros respectivos trabajos no sea tan traumàtico. Tengo razones para estar preocupado, màxime si tomamos en cuenta que en mi colonia se derrumbò un cerro y se llevò consigo un muro. Promocasa, hija de tu reputa madre, ojalà nunca me tengas de adversario, pues te advierto que soy una piedra filosa y llena de veneno en el zapato. Por ahora, sòlo me resta esperar un vuelo sosegado. De los clàsicos propòsitos que hace la gente en estos dìas, yo omito el de la dieta, el ejercicio y de màs rituales de lo ordinario que de todas formas nadie cumplirà. Sin embargo, sì considero pertinente intentar, en la medida de lo posible, no comprar ni un solo disco o libro en un buen rato. Ello obedece a razones de ìndole pràctica, pues estos artefactos de ocio ya no caben en nuestro hogar. Mientras no mandemos hacer nuevos libreros no habrà màs compras. Ademàs, tengo una fila de libros que me darà que leer mìnimo hasta la Primavera. Ayer todavìa me hice de un par de ejemplares: Insensatez del salvadoreño Castellanos Moya y Asesinos sin rostro del sueco Mankell. Ya estoy màs que acostumbrado y familiarizado con ambos autores, asì que no espero grandes sorpresas. La ùnica sorpresa que espero, es que sean mis ùltimas adquisiciones bibliòfilas en mucho tiempo. He disfrutado este breve tiempo con mi familia. Pasa endemoniadamente ràpido el tiempo en este oasis invernal que parece tener prisa por evaporarse. Se que lo màs posible es que pase un año antes de volver a verlos y ello no deja de ser triste. Los 365 dìas de un nuevo año se muestran frente a mì como un ocèano insuperable y sin embargo, tendrà tanta prisa por acabarse como estos dìas.