Eterno Retorno

Friday, July 09, 2004

Los libros están ahí, sonriéndome desde el estante, tan cínicos y seductores como la más cara de las putas de un burdel aristócrata. Sus portadas miran a mis ojos, por telepatía me hablan de paraísos perdidos que yacen ocultos en sus páginas, de indescriptibles placeres a los que sólo podré acceder cuando me entregue sumiso a su lectura. Los libros están ahí, regodeándose al saberse objetos de mi deseo. Me entregan eterna promesa de goce y escape, un pasaporte a la vida que está en otra parte, un salvoconducto para acceder a los edenes de otredad que sólo en sus páginas podré encontrar. ?Ándale, pinche Alonso Quijano, abre tu cartera y paga mi precio, o corre el riesgo y róbame, obtenme, llévame hasta tu buró y deléitate en tu egoísta placer de heroinómano.
En mi escritorio en la Redacción hay un altero de libros. En el buró a un lado de nuestra cama hay un altero de libros. Abajo del mismo buró hay un altero de libros. Sobre la cómoda de ropa, hay un altero de libros y a su lado tres libreros diferentes, anti decorativos, a punto de venirse a abajo, soportando en sus maderas las tropas omnipresentes de mi deseo.

Objeto seductor de este día: mi hermano el alcalde de Fernando Vallejo. El suigeneris nihilismo de este colombiano es un azuelo muy potente. Ver un nuevo libro de Fernando Vallejo es como enseñarle a un heroinómano una jeringa repleta del más selecto y cremoso opiáceo de Tailandia. Eso sí, confieso que la lectura de Vallejo me pone en un estado de ánimo muy particular. Si de por sí suelo cargar a cuestas con un humor negro un tanto insoportable y cierto calamariano instinto asesino, la lectura de Vallejo suele ponerme un poco más satírico y cagante que de costumbre. Bueno al menos eso me pasó con La Virgen de los sicarios, El desbarrancadero y Rambla paralela. Yo se los juro, no es mi culpa.


Llego a la peluquería y mientras espero que un estilista maricón (valga el pleonasmo) se ocupe de sacarle un poco de punta a mi cabello (le sacaron más punta de la que yo mismo deseaba) me entretengo leyendo al azar aforismos de Ese maldito Yo, de mi compadre E. M. Cioran.
Si algún día soy dueño de una peluquería, en la mesa de la sala de espera, atiborrada de revistas Cosmopolitan, Tv y Novelas y Eres, pondré un altero de libros de Ciorán, Vallejo, Fernando Nachón y fanzines del Chango 100.



Nuevo ejemplar de la Very Metal. En la portada Dream Theater, cuya rola de once minutos y 23 segundos titulada Endless Sacrifice, abre el cd promocional que siempre incluye esta recomendable revista. Otras de las bandas incluidas en el disco son Hammers of Misfortune, los incansables Napalm Death, una versión en vivo de Tierra Santa (los Maiden de España), los thrasheros germanos de Destruction y nueve bandas más.
Más que recomendable la rola de El Teatro de los Sueños. Esta banda de virtuosos cada vez más cercanos al rock progresivo, han sido equiparados a los mismísimos Rush. Luego de discos cada vez más progre, los del Teatro han virado de nuevo hacia una sonido más metalero, pero sin perder un ápice de elegancia y precisión. Su nuevo disco Train of Thought es una obra de arte y objeto de mi incurable deseo. Pronto será adquirido.

Los culturosos

Los poetas exultan cuando no comprenden lo que se dice sobre ellos. La jerga les halaga y les produce la ilusión de un ascenso. Semejante debilidad los rebaja al nivel de sus glosadores. E.M. Cioran.


En mi tag Itzel me dice que queda con algunas dudas sobre la forma de categorizar a los culturosos pequeño burgueses que se atrevieron a insultar a un colega en el Zacaz. Buen tema.

Aquí en la blogósfera son conocidos como culturosos. Mi amigo Rudy hace unos diez años los llamaba maextrozos. La forma de nombrarlos es lo de menos. Son tan estereotípicos, que todo mundo puede saber a que nos referimos.
Los culturosos, cultureros, maextrozos, artistoides, intelectuales o como ustedes quieran llamarlos, son fauna de lo más estereotipable. No, no me gusta hacer juicios a priori de la gente, pero por desgracia estos personajes tienen una manera tan odiosamente uniforme de actuar, que es imposible no caer en el pecado de la generalización. Esta fauna se encuentra por todas partes. Lo mismo en el DF que en Tijuana o en Monterrey. Parecen formar una suerte de secreta hermandad. Comparten en la sangre un insoportable deseo de reconocimiento social, trascendencia y admiración. También comparten muchísimas inseguridades, que las más de las veces se ven reflejadas en serias dudas sobre su orientación sexual. Se hacen llamar artistas multidisciplinarios, poetas contraculturales, novelistas post narrativos e hipertextuales, videoastas, promotores culturales, djs y otros apelativos incomprensibles. Son exactamente lo mismo que el compañero petulante de la secundaria que presume el carro del año que le regaló papá y la muñequita que se ligó en la disco. Tienen exactamente la misma sed de reconocimiento social y ambos se ahogan, como dice Nachón, en los jugos narcisísticos de su incurable estupidez

Existen personas que han llegado a creer que yo tengo alguna afinidad hacia esos ambientes. Nada más falso.
Yo no entiendo un carajo de arte y cultura. Soy el típico y odioso ignorante que la ver una pieza de junk art conceptual o un cuadro de formas indescifrables, se pregunta ¿Y a poco esto es arte?
Para pintores, pues yo me quedo con mi compadre Francisco de Goya y Lucientes, al que considero inigualable. Y con mis suegros, que pintan bien chingón la mera verdad.

De música nada se. Tengo un oído de artillero. Aborrezco la música de Silvio y Milanés y la Trova y todo ese mierdero que tanto fascina a esos personajes de la cultura. La electrónica simplemente no la comprendo. Trance, techno, hyper, psyco, dance, indie y otros nombres impronunciables resultan exactamente lo mismo para mí y las más de las veces me aburren horriblemente. Lo mío es puro, vil y simple rock duro (aclaro que escribo disco con un concierto de Deep Purple en mis audífonos).

No se nada de escultura, ni de arte instalación, ni de performance ni mucho menos de cine (guácala, odio el cine para ser sincero) . Ya he dicho mil veces que lo único capaz de mantener mi atención en una pantalla es un partido de futbol. Vista la situación, soy un burdo ignorante que no tiene prácticamente tema de conversación con alguien entendido en los vericuetos del arte moderno. A mi me gusta más hablar de goles, errores arbitrales y grandes atajadas.

Sólo hay un punto que podría en dado momento equipararme a la pandilla cuturoide. Y es que resulta que yo tengo un pequeño defecto. Estoy enfermo, padezco una adicción incurable peor que la heroína, que yo no elegí: Me gusta mucho leer. Ni modo, yo no puedo hacer nada para remediarlo. Tengo hacia los libros las mismas reacciones que un tecato frente a una jeringa. Soy adicto a eso que llaman literatura y de la que tanto alardean algunos prominentes miembros de la fauna culturera, obsesionados en pronunciar nombres de autores que nadie conoce.
Ni pedo, ¿yo qué puedo hacerle? La neta me gusta mucho leer, es una de las cosas que más placer me generan en este mundo. La lectura es un fin en si mismo para mí, no un medio para llegar a nada. ¿Para qué me sirve leer? Para una chingada, para ser feliz en el momento en que leo y ya. La lectura es un acto egoísta y masturbatorio del que no puedo rehabilitarme. ¿Me volveré un demente como Alonso Quijano? ¿O ya lo seré?
No se sí conozco algo de literatura o si he leído muchos o pocos libros ni me importa. Soy tan hedonista, que sólo me preocupa el placer que me procuro a mi mismo mientras leo.

Por cierto, y ya que se pone sobre la mesa de debate el tema este de los culturosos que acuden a tugurios malamuerteros, me permito hacer una confesión: La mera verdad y si quieren que sea brutalmente sincero, nunca he entendido ni compartido la afición de la banda bloguera por los tugurios de mala muerte ni esa afición sacramental al Zacazonapan. Digo, una vez de vez en cuando está bien, pero de ahí a hacerlo un modo de vida y una sede insustituible. En fin, cada quien sus gustos.
Ya en serio ¿De verdad les gusta ir ahí? ¿Les parece agradable? Ya he dicho más de una vez que considero que el mejor lugar para pistear, platicar y escuchar música a todo volumen es la sala de mi casa o en su defecto la playa. Sí, ya se que la cerveza es muy barata en esos tugurios, pero no creo que más barata que en el super. Además, y disculpen si la sinceridad suena pedante, no entiendo qué gusto le pueden encontrar a pistear cerveza en caguama. La cerveza en caguamas sabe a orines, es desabrida, de pésima calidad. Digo, la mera verdad mi paladar disfruta más un vino en el café Saverios.
Carajo, no faltará que me tilde de pedante, pero si vas a salir a crapulear, nada se compara al placer de descorchar un buen Casillero del Diablo, que por desgracia no hay en las existencias de esos tugurios como el Turis y el Zacaz, donde por si fuera poco ni siquiera transmiten futbol.

Ahora los cultureros se han apropiado de los bares de mala muerte y tratan de hacerlos a su imagen y semejanza, de imponer sus leyes. Hasta lecturas de poesía hacen en el Zacaz, háganme el favrón cabor.
¿Por qué? ¿Quieren sentir que son marginales, malditos, oscuros, bukowskianos? En 1990, Puerto Escondido era una playa con una buena dosis de belleza virgen y auténtica, hasta que los turistas de playas como Cancún, Ixtapa y Pueto Vallarta tuvieron a bien partirle la madre, porque querían experimentar algo psyco. Lo mismo le pasó a mi amado Real de 14 y mi querido desierto de Icamole. Hasta un pinche rave hicieron en Icamole, lo cual me dio un coraje de aquellos. Que forma de partirle la madre a lo bello. Ahora los intelectuales toman por asalto los bares de mala muerte y hasta se permiten amenazar a los comensales. No debe extrañarnos.

Eso sí, aclaro que la fauna culturosa del Universo nunca me ha hecho nada malo en mi vida ni tengo nada que reclamarles, fuera de inyectar una dosis de insoportable tedio a mi entorno cuando he por casualidad me he topado con ellos.


Las fabulosas burlas a los intelectuales pueblan las páginas de la obra de Fernando Nachón y están entre mis partes favoritas de sus libros. Enrique Serna les dedicó toda una novela, buena por cierto, llamada El miedo a los animales.

Thursday, July 08, 2004

Cinco pruebas para demostrar la condición divina de Piporro

La Iglesia Piporriana sostiene que existen pruebas suficientes que hacen constatar los milagros de Eulalio González.

Aquí cito cinco de ellas:


Sólo una deidad puede crear un personaje mitológico como el traga-balas, capaz de ser fusilado y escupir las balas que le entran por el tronco de la oreja sin siquiera mascar tabaco.

Sólo un Dios puede garantizar que las balas caigan en su sitio justo, como ocurre en Borracho el borracho. Ahora que las balas cayeron en su sitio, las de allá pa acá, acá y las de aquí pa allá, pos allá.

Ni siquiera los dioses griegos que protegían a Aquiles, pudieron crear una armadura tan poderosa como el forro de mugre que protegía al Ojo de Vidrio de las balas de sus enemigos. Al final, sólo una serpiente coralillo pudo matar a Porfirio Cadena, de la misma forma que la flecha de Paris en el talón de Aquiles, acabó con el héroe.

Aunque la deidad no libera de la muerte a quienes han sido elegidos, les reserva muertes piadosas. Caso de Rosita Alvírez: El día que la mataron Rosita estaba de suerte, de tres tiros que le dieron, nomás uno era de muerte.

Tan sólo un poder divino es capaz de transformar a un humilde agricultor tamaulipeco llamado Natalio Reyes Colás, en un famoso cantante de jazz llamado Nat King Cole.

¿Necesitan más pruebas que demuestren la existencia de Dios? La Iglesia Piporriana seguirá aportándolos al Vaticano. Por ahora, os convoco a la peregrinación anual al santuario de Los Herreras, Meca de todos los piporrianos del Universo.

A lo largo de mi existencia, no me he cansado ni me cansaré de repetir esta frase: Podré estar totalmente en contra de lo que piensas, pero defenderé hasta la muerte el derecho que tienes de expresarlo. La frase, es atribuida al sumo pontífice de la Ilustración y el Libre Pensamiento, Francoise Marie Arouet, mejor conocido entre los compas, como Voltaire. Soy un tipo que desde hace más de ocho años vive y come de eso que llaman libertad de expresión. Cada día de mi vida escribo algo que se publica en un medio impreso y que las más de las veces, deja inconforme a alguien por ser información casi siempre incómoda. Por si fuera poco, tengo esta cuna porquerioza en donde expreso mis personalísimos sentimientos. Luego entonces, es de esperarse que me he acostumbrado de una u otra forma a las malas caras, los saludos retirados, la gente que habla pestes de mí a mis espaldas, por no mencionar los insultos e incluso las amenazas. Gente ofendida por notas, reportajes o comentarios de columna, personajes que dejaron de hablarme o incluso escribieron cartas pidiendo terribles sanciones para mí por lo que escribo en este blog (en serio, una persona que ni conozco escribió una vez a mi trabajo ofendido por el contenido de mi blog, como si una cosa y otra tuvieran que ver) También he recibido mi respectiva dotación de demandas por difamación y citatorios a declarar. Hay también rayaduchos que me odian por ser Tigre, indigenistas que me detestan por mi visión Eurocentrista (y según ellos racista) de la historia y tipos acomplejados que me aborrecen por creer que ser rubio es sinónimo de imperialismo yanqui. En fin, hay un común denominador que une a toda esa gente: No piensan como yo o no son como yo y les resulta ofensivo y cagante que yo piense o sea de esa manera. La triste historia de la humanidad.

Por la naturaleza sarcástica, cruda e hiriente que es la marca registrada de su blog, mi colega y amigo Manuel Lomelí ha sido víctima de cualquier cantidad de insultos, amenazas y vituperios de parte de gente que se toma demasiado en serio algo tan lúdico como un blog. Él ya se ha acostumbrado.
Pero ahora resulta que hasta los pequeño-burgueses exploradores de realidades decadentes y miserables que pretenden emular un mal remedo teporocho de Baudelaire, Lautrec, Nerval y Poe visitando antros de mala muerte, se permiten insultar y amenazar públicamente a mi colega. Hazme el favrón cabor.
Ya de por sí es un cuadro más que patético ver a los artistas conceptuales, multidisciplinarios regodeándose en tugurios malamuerteros. Y peor se ven alzando la voz y eructando insultos en semejantes escenarios.
Lo más patético de todo es que puedo apostar una lana a que ninguno de los personajes que insultó al Chango 100, ha visto ni siquiera de cerca, lo que es la violencia. Ni uno de ellos ha estado frente al cadáver de un ejecutado, no saben distinguir un AK-47 de una Carabina 22, no saben lo que significa la clave 12-17, no saben lo que es escribir un reportaje que le tocará los huevos a un ser sin los más mínimos escrúpulos, no han estado en medio de miles de enfurecidos transportistas que arrojan botellazos y gases, no se han tenido que liar a codazos con miembros del Estado Mayor Presidencial con tal de colarse a un evento privado, no han caminado por los escombros de las Torres Gemelas, no han estado en un funeral de 17 mixtecos calcinados en San Quintín etc, etc, etc. Saben, sí, de conceptos psycos de arte instalación, de mezclas fumadas de techno trance y de más parafernalia que me hace pensar en incurable snobismo, insoportables pretensiones clasemedieras de reconocimiento social y mucha mariconería. Pero no Chango, duerme tranquilo, esos gueyes entienden de putazos lo que yo entiendo de arte contracultural postmoderno y fronterizo. De cualquier manera, el gremio se solidariza con la iglesia batiana.

Piporro

Atiendo gustoso la propuesta de Quimerista. Empiezo por la respuesta concreta: Piporro sí es Dios, de eso no me queda ninguna duda. Crecí con su música y hasta la fecha la sigo escuchando. En mi caso, toda borrachera que aspire a mínimos estándares de calidad, suele incluir siempre una buena dosis de Piporro. En mi mueble de cds, junto a los discos de Maiden, Sabbath y Slayer, podrá usted encontrar algunos ejemplares del gran señor de Los Herreras Nuevo León.
Provengo una familia muy aficionada a la música. Eso de comprar discos cada semana no me nació por generación espontánea. En casa había cientos de discos de cuanta banda se pueda usted imaginar. Yo crecí escuchando a los Moody Blues (la banda favorita de mi madre), a Doors, a Carpenters, a Led Zeppelin, a Antonio Aguilar, a Cuco Sánchez y sobre todo, pero sobre todo, al Piporro, que fue uno de mis preferidos desde que yo era muy pequeño, pues ningún cantante era capaz de hacerme reír tanto.

La música de Eulalio González fue uno de los primeros soundtracks de mi infancia. Recuerdo incluso cuál es la primera de sus canciones que canté en mi vida: Don Baldomero. Venía en un disco chiquito, de esos de 45 revoluciones. Lado A Don Baldomero, el hombre rico del pueblo al que un vaquero le robó en un baile a su tesoro más preciado: su hija menor. Luego de salir con una tropa armada hasta los dientes, Don Baldomero acaba por abrazar al vaquero que lo convirtió en abuelo, si bien se cuida de advertirle que si el primero es niño, el nieto tendrá toda su herencia, pero si es niña...dámele otra oportunidad vaquero. En el lado B aparecía una extraña canción, atípica del Piporro, llamada El traje negro.
También me gustaba mucho Hombres de delito: Yo traiba las manos frías, y no había ningún brasero, yo las meto donde sea aunque me, lleve dinero.


Los de Piporro eran casetes infaltables en carretera. Cuando era niño (buuuu, ya llovió) viajábamos mucho en una combi que tenía mi padre, misma que estaba adaptada con una cama. Recuerdo la larga carretera a Cuauhtémoc Chihuahua o las idas a Saltillo, la Isla del Padre o los infaltables ranchos de fin de semana escuchando Arnulfo González, Rosita Alvirez, El Traga balas, Ojos de Pancha, Natalio Reyes Colás, El terror de la Frontera y tantas más

Debe haber sido la noche del 15 de septiembre de 1984 o 1985 la primera vez que escuché en vivo al Piporro. Fue en la Plaza Zaragoza, frente al Palacio Municipal de Monterrey, en una celebración de Grito de Independencia. Había miles y miles de personas congregadas en la plaza y desde la lejanía tan sólo alcanzaba a ver una silueta de chaleco de barbas y sombrero que bailaba El Taconazo.

Lo recuerdo muy bien. Fue la noche del 21 de septiembre de 1992. Celebrábamos el cumpleaños 34 de mi tío Agustín cuando se sentó en nuestra mesa uno de sus más queridos amigos: El mismísimo Eulalio González. Vestido con un elegante saco de vaquero y sin sombrero, el Piporro compartió la velada con la familia. Persona fina, sencilla, con esa franca amabilidad de los pueblos de Nuevo León, el Piporro tuvo que ceder a las insistentes peticiones de los invitados y aceptó cantar a capela Rosita Alvírez. Es cierto, los años ya se le reflejaban en la voz, pero no perdió ni un ápice de gracia a la hora de improvisar frases chistosas. Recuerdo que mi amigo Otto de la Garza no resistió la tentación de pedirle le autografiara aunque fuera una servilleta. Don Eulalio accedió amablemente y le regaló lo que al principio me pareció una extraña firma, aunque al analizarlo con detenimiento, me pude dar cuenta que era un improvisado auto retrato: Un dibujo en pluma de la cara del Piporro con sombrero, bigote y paliacate elaborado por él mismo.

Siendo tan aficionado al metal extremo, la gente a menudo pone en duda la autenticidad de mi gusto por la música norteña. La realidad es que desde niño me aficioné a ambos géneros, que considero perfectamente compatibles. Disculpen la modestia, pero soy una de las personas que conozco que más corridos de la Revolución se sabe. Ya no digamos canciones del Piporro. Me se muchísimas y me las se enteras.
Aclaro que en lo que a música norteña se refiere soy muy selectivo. Me gustan sobre todo los corridos revolucionarios, pero no se ningún narco ?corrido. Siento una enorme identificación con las canciones que reflejan el alma de los pueblos de Nuevo León, Coahuila y el centro- norte de Tamaulipas. En cambio, me cuesta mucho trabajo entender y digerir la música de los grupos sinaloenses, que me parece estridente y de mal gusto. ¿Quieren una odiosa comparación que demuestre la absoluta superioridad de la música de Nuevo León y Tamaulipas sobre la de Sinaloa? Escuchen El muchacho alegre cantada por Piporro y compárenla con el bodrio de versión que hizo un patán repugnante y desentonado llamado el As de la Sierra y entonces comprenderán lo que les digo. Nací y crecí en Nuevo León y la vibra sus pueblos encarnada en la música norteña toca lo más profundo de mi alma.

En fin, aquí les va una lista comentada con las mejores canciones de Piporro. El orden de los factores no altera el producto. Todas son excelentes canciones y en honor a la verdad me faltan muchas más.


Top ten del Piporro

1- Natalio Reyes Colás: En Tamaulipas nacido, pelado fino y audaz, del Río Bravo crecido. La historia de Natalio y Petra Garza Benavides es una de las cúspides del romanticismo de la música norteña y una declaración de principios sobre la importancia de los sentimientos sobre el físico (como Petrita, que aunque feita, sí sabe amar) La canción incluye unos minutos de muy buen jazz cuando Natalio conoce a la Pochita y se transforma en Nat King Cole.
2- El Traga balas: Nunca trae hambre cuando ha comido y sólo toma cuando tiene sed, pelado fino, corazón grande, el Traga balas pa servir a usted. Una de las mejores leyendas del Piporro. La bala le entró por el tronco de la oreja y la escupió sin mascar tabaco. Recuerdo que siendo muy niño, yo pensaba que el traga balas era un caballo y no un hombre.
3- Arnulfo González: Que bonitos son los hombres, que se matan pecho a pecho, con su pistola en la mano, defendiendo su derecho. Las razones de Arnulfo González y el Teniente son razones dignas para pelear y morir. También es un sabio consejo sobre la importancia de no confiarte aunque tengas a tu enemigo en el suelo. Me es imposible estar en la plaza de Allende Nuevo León y no pensar en Arnulfo.
4- Rosita Alvírez: Hipólito está en la cárcel, dando su declaración. ¿Pos que hicistes Hipólito? La maté, la maté. Aunque la primera estrofa aclare que la tragedia ocurrió en Saltillo en el año 1900, Piporro aclara que no se sabe si fue en Ramos Arizpe o Músquiz. Aunque la canción es buena, definitivamente lo más chingón de esta canción son los chistes del Piporro. Échenle aire. Pa que decía que le echaran aire, vino el mecánico de la esquina y le puso 30 libras. Murió muy repuesta.
5- Chulas fronteras: De Tijuana a Ciudad Juárez, de Ciudad Juárez Laredo, de Laredo a Matamoros, sin olvidar a Reynosa. Un himno de hermandad entre las ciudades ubicadas en esa franja de 3 mil kilómetros en cuyo extremo occidente habito. Sabio consejo: Con los güeros ganen lana, pero no la han de gastar, vénganse pa la frontera, donde sí van a gozar.
6- El Taconazo: Haga como Doña Lola, mejor baila sola que con Don Pomposo, que siempre carga pistola y también machete es muy afrentoso. Ufff. Hace poco, estando en el Terrazas Vallarta, Carolina y yo le pedimos a un conjunto que tocara esa canción, himno que toca el alma de todos los nacidos en Nuevo León.
7- El Ojo de Vidrio: ¿Forrado con un chaleco? Forrado de mugre, nunca se bañaba, por eso no le entraban las balas, la cáscara guarda al palo. La historia de Porfirio Cadena el Ojo de Vidrio, cuya radionovela aún se transmite en los pueblos de Nuevo León. También me hizo tomar conciencia de que la coralillo es la más peligrosa de las serpientes.
8- Los ojos de Pancha: Quiero ponerle su jardín a Pancha mamá, pero ha de ser con flores amarillas mamá. Con su huída a las pizcas, Pancha motivó el nacimiento de un nuevo género: El rock and roll ranchero.
9- Agustín Jaime: Y un amigo de él, con mala intención, le dio una estocada y en el corazón. Pobre Agustín Jaime. No le hizo caso a su madre en sus consejos sobre la forma de identificar a las malas compañías. Ceja poblada, patilla larga, bigote caído, no le hagas confianza, es mañoso, mañoso.
10- Don Baldomero: Cómo le va? Usted primero puede pasar, le gusta aquí o más allá, donde usted quiera se puede sentar. Imposible omitir la historia del hombre rico del pueblo, la primera canción de Piporro que canté en mi vida, un canto de esperanza para todos aquellos yernos que no gozan del cariño de sus suegros.

Una última curiosidad: ¿Sabía usted que El Piporro fue mi colega de profesión? Sí, aunque usted no lo crea el Piporro trabajó en el Periódico El Porvenir de Monterrey cuando era muy joven y abandonó sus estudios de Medicina.




Wednesday, July 07, 2004

¿Se puede saber qué carajos es todo esto?

Resulta que buscando en mi máquina un antiguo reportaje, di con una enorme cantidad de textos insurrectos. Sobre todo una buena cantidad de prólogos sobre autores y libros que no existen. Los había olvidado por completo. Acá abajo incluyo algunos.

Cuando llamé a Pablo Hernán Mondaca para tratar de concertar una cita y hablar del proyecto de nuevos narradores impulsado por la Universidad de Baborigame, él no dudo en citarme en su lugar favorito: El Cinema Coliseo, un viejo edificio ubicado a un costado de la arena de lucha libre en la Avenida Colón de Monterrey. Pensé que Pablo Hernán quería ser fiel a la leyenda que se cuenta sobre su persona y no defraudar su fama de pornógrafo obseso.
Lo que más me sorprendió, fue que el hombre que encontré en la tercera fila del cine hipnotizado por una película de hard core italiano, fuera capaz de hablarme de Amado Nervo y Xavier Villaurrutia de la misma forma que disertaba en torno a los culos y lenguas de actrices porno. ?Los infortunios del Licenciado Gamaliel?, según me dijo Pablo Hernán, se basan en las obsesiones de su jefe, un tecnócrata que navega con bandera de políticamente correcto.
Obsesionado por Bataille y Miller, Pablo Hernán cree que la imaginación prono es el único antídoto posible contra el aburrimiento.

Encarnación Leydelmonte

El Voltaire de la Huasteca


Hay jacobinos cuya vocación de comecuras acaba por tener una buena dosis de misticismo. En Ciudad Valles la gente conoce bien a Anastasio Jovellanos en su fase de periodista trasnochador, crítico de reseña agresiva e incurable buscador de aventuras bajo cada nueva falda que se atraviesa en su camino. Pero pocos saben que Jovellanos fue el autor de una serie de cuentos breves que aparecieron durante dos años en una gaceta preparatoriana de la Huasteca tamaulipeca en la que el autor firmaba simplemente como el Voltaire de la Huasteca.
Sus textos son deliciosas burlas al fanatismo religioso, los complejos aristocráticos, los vicios de los hombres de Dios y uno que otro golpe certero asestado en la nariz de algunos políticos locales.
En suma, un hombre de la Ilustración exiliado a Ciudad Valles. Un ser que apesta a Siglo XVIII. Los corajes de Jehová, me confesó Anastasio, se basa en un predicador que lleva varios años gritando en una esquina del centro de Tijuana y al que nuestro autor tuvo a bien iniciarlo, pero sólo en sus páginas, en las carnales delicias de este mundo.

Encarnación Leydelmonte

Las sabanas del Decurryache son como una alfombra vieja y deslavada que los dioses zarahuakos sacaron de sus palacios y arrojaron al mundo para que el Sol la secara. Una alfombra sin color, llena de pelusas y alimañas voraces que tienen como única misión en la existencia estarse devorando unas a otras. El Decurryache es como el Infinito mismo un juego de espejos o las trampas del Mito del Eterno Retorno. Hay viajeros que aseguran haber andado jornadas enteras en línea recta durante varios días, al cabo de los cuales se encontraban de nuevo en el lugar donde empezaron el viaje. Muchos han entrado y se han perdido para siempre y según las leyendas que cuentan las abuelas en su lengua zarehuako, es común encontrarse fantasmas cabalgando que le preguntan a los viajeros por la salida y si nos les dan respuesta, los obligan a ir en ancas hasta que puedan encontrar un camino, lo cual nunca ocurre, por lo que se convierten en sus compañeros errantes.
Lo único que cambia en el hostil paisaje del Decurryache, son las formaciones rocosas que la mano del pertinaz viento a labrado al cabo de siglos de no dejar de soplar un solo segundo. Hay figuras de animales tan perfectamente definidas que han sido capaces de hacer huir a viajeros e incluso tropas enteras, cuyas bestias desbocadas por el pavor, corren a la deriva hasta ser vencidas por el agotamiento. Gigantescas cabras enfurecidas, largas serpientes y cabezas de leones se forman en las rocas. En alguna zona de la sabana, a donde poca gente ha accedido, existen formaciones rocosas con figuras de centauros, cíclopes, dragones y gigantes decapitados que parecen haber sido moldeados por la mano experta de un escultor. Cuando cae la tarde y el viento se torna helado, el horizonte de la sabana se vuelve de un profundo rojo escarlata. Es entonces cuando según aconsejan las leyendas populares, no debe mirarse de frente a las rocas que parecen tomar vida y arrojar llamaradas por cada poro de la piel.

Más de los libros que no existen (Bueno, El Día del Cartero sí existe)
Contemplar mundo desde la bisagra
(Prólogo de Encranación Leydelmonte)

Fue una típica noche de noviembre en Baborigame. Todo parecía estar en su sitio. El insomnio, las imágenes obsesivas de mi pasado y la taquicardia, habían llegado puntuales a mi cama.
Decidí ser fiel a mi estrategia seguida en las últimas semanas, consistente en no declarar la guerra al insomnio y rendirme apenas lo viera entrar por la ventana.
Una vez firmado el armisticio y resignado a estar despierto hasta el amanecer, opté por ir caminando hasta mi despacho en el Departamento de Letras Muertas de la Universidad.
Había una neblina de esas que pueden cortarse con cuchillo y estaba cayendo un aguanieve como sólo los hay en los helados otoños de Baborigame.
Llegué a la Universidad cubierto de escarcha. Acostumbrado ya a mis delirios de insomne, el velador ni siquiera se extrañó de mi presencia.
Avancé a tientas por el pasillo a oscuras hasta dar con mi despacho. Al llegar toqué con los píes un paquete que se encontraba atorado a medias bajo la puerta. Al encender la luz me encontré con un sobre de color amarillo, que sin duda tenía poco de haber sido puesto a la entrada de mi oficina, pues estaba aún helado y cubierto de escarcha.
Pese a ello, mi nombre y dirección, escritos en tinta negra no se habían borrado del todo.
En la parte posterior alcancé tan sólo a leer el nombre de Paredón Coahuila como remitente.
Por fortuna, las hojas en el interior estaban húmedas pero no empapadas. Eché un rápido vistazo. Calculé que eran cerca de 80 páginas, todas escritas a máquina y sin grapar.
Algunas tenían píes de página escritos sin duda con la misma mano que anotó los datos en el sobre.
En la primera página se leía lo que supuse sería el título del texto: Sueño de una tortuga bisagra.
Me bastaron los primeros párrafos para darme cuenta que estaba ante el tipo de narración que yo jamás escribiría. ?El Sueño de la tortuga bisagra? estaba conformado por cinco cuentos que me parecieron de una sencillez involuntaria e inocentona.
Imaginé un autor sin muchas lecturas en su arsenal, para el que lo más importante era simplemente contar historias, no como contarlas. Aún así, tal vez por lo terco del insomnio o por lo improbable del hallazgo, no pude abandonar el texto.
Recuerdo que amanecía cuando acabé de leer el quinto cuento y llegué hasta la última página donde pude leer los datos del autor.
Fue así como supe de la existencia de una escritora llamada Lluvia Salguero, nacida el 29 de julio de 1976 en San Juan de las Azufrosas, en cuyo currículum tan solo constaban sus estudios de primaria en Paredón y su exilio a San Pedro de las Colonias cuando tenía 13 años por razones del trabajo de su madre.
Su mayor conquista fue haber sido segundo lugar del concurso de lectura de escuelas secundarias organizado por el Ayuntamiento de San Pedro.
A partir de su solitario regreso a San Juan de las Azufrosas a los 17 años fue que comenzó a escribir. Su primer cuento lo tituló ?Aritmética en petroglifos?.
Por ese entonces consiguió editar junto con un par de amigos una especie pasquín de apenas cuatro hojas que tituló ?La Mordida del Armadillo?, en cuyo primer número aparecían publicados ?Aritmética en petroglifos? y ?Lluvia en Icamole?, escrito este último por su amigo Melitón Farías, cuento que según me confeso Lluvia tiempo después, fue escrito para ella como una estrategia de conquista amorosa.
?La Mordida del Armadillo? consiguió sobrevivir cuatro números, hasta que Melitón Farías, cuyo bolsillo financiaba la totalidad del proyecto, quedó en bancarrota total.
Luego de este fracaso, Lluvia decidió emigrar nuevamente. Empezó a ganarse la vida como guía de turistas en el Desierto de Cuatro Ciénegas y hasta allá fui a encontrarla una mañana de febrero, apenas tres meses después de haber recibido su envío.
Durante los tres días que pasamos recorriendo áridos parajes, prácticamente no hablamos de literatura, pero quedé impresionado de su conocimiento de las rutas, caprichos y leyendas del desierto.
Al final de mi estancia me entregó su cuento ?Cuando los acereros ya no silban?, mientras que yo la invité a que nos visitara en la Universidad a principios de abril para que ofreciera una lectura.
Aunque no se lo dije en ese momento, me seducía la idea de pactar un encuentro entre Lluvia e Ipanema Davilia, capricho que hasta el momento no he podido cumplir, en gran parte por la abultada agenda de Ipanema.
El pasado 23 de diciembre, recibí en mi despacho El Día del Cartero, su mas reciente cuento, mismo que decidí incluir para que abriera esta antología. EL


Antología de los libros que no existen

La Princesa y el Dragón


¿Por qué empleó este título? Tal vez porque Belén Arzaluz me hace recordar a Alejandra, la protagonista de ?Sobre héroes y tumbas? de Ernesto Sabato. Esa naturaleza cambiante, esa sensualidad espía siempre oculta, que por momentos amenaza con escapar del escondite, es lo que me hace recordar a la enigmática porteña que se inmoló en las llamas.
O acaso sea su vocación de indagar en las fábulas de oriente, aunque según me platicó la propia Belén, la mujer que inspiró a la protagonista de Los ojos del Señor Liang es una migrante china que fue capturada en las costas de Ensenada con un grupo de más de 100 indocumentados de su país.
Los chinos permanecieron encerrados más de un mes en un gimnasio municipal de Tijuana, antes de ser deportados a su país. Belén, quien es reportera en Mexicali, tuvo tiempo de convivir con esta migrante china y por lo poco que pudieron entenderse, supo que estaba embarazada y que su destino era llegar a San Francisco. ?Había en sus ojos un sufrimiento milenario, una melancolía que nada ni nadie hubiera podido arrancar en toda una vida?, platicó Belén acerca de la joven china.
Belén Arzaluz nació en Mexicali en 1978. Me ha dicho que el Señor Liang quiso nacer como una novela, pero yo me encargue de secuestrarlo y dejarlo en calidad de cuento.

Encarnación Leydelmonte

¿En qué se transformaron los 800 pesos que me hizo ganar Grecia?

Aquí va la lista:

La Segunda Guerra Mundial Día a Día. Tremendo libro de chingocientas y tantas páginas. Historia estrictamente cronológica del conflicto armado más devastador en la existencia de la Humanidad. Una relación de lo que sucedió día con día, desde el 1 de septiembre de 1939 al 9 de agosto de 1945. Digamos que estos libros tan estructurales carecen de calor y poesía, pero en contra parte ofrecen una visión muy puntual y bien estructurada, además de tener una más que apetecible dotación de fotos. Desde niño tengo una debilidad marcada por la historia de los conflictos bélicos.
Thanatos triunfó sobre Eros. Mi pasión bélica se impuso a las eróticas contemplaciones. Decidí comprar un libro sobre guerra, en lugar de un libro de cachondas fotografías lésbicas del mismo precio. ¿Algo anda mal conmigo?


Historia universal de la infamia. Jorge Luis Borges. Créalo usted o no, este pequeño librito no estaba en mi librero. ¿Me ha fallado alguna vez el buen Jorge Luis? Jamás. El Aleph, Ficciones y Otras inquisiciones ocuparán siempre un sitio de honor en lo más alto del altar donde habitan mis libros más amados.


Homero Aridjis. La Santa Muerte. Ni modo, soy débil ante Doña Blanca. Su imagen y la evocación de su nombre siempre resultarán seductoras En este caso se trata de seis cuentos ¿o serán novelas cortas? de este poeta y narrador michoacano. Hay una que trata sobre un anciano que se pasea por el distrito rojo de Amsterdam que promete estar interesante.


El libro de los amores ridículos de Milan Kundera. Este fue el primer libro de Kundera que leí en mi vida. Un maestro de literatura que tuve en la prepa, a quien llamábamos simplemente Tex (lo siento, pero he olvidado su nombre) me lo recomendó y desde entonces nació mi afición por el escritor de Brno, que fue mi autor de cabecera en una época de mi vida que va de los 17 a los 22 años. Por alguna extraña razón, los amores ridículos no estaban en mi librero y en honor a la verdad, hacían mucha falta. ¿He dicho que los amores ridículos no estaban en mi librero? Ja, como si hubiera amor más ridículo que el que siento por mis libros.

Rock in Río. Iron Maiden. Dentro de mi extensa colección de la Doncella de Hierro en la que no falta un solo album de estudio, aún no se incluía este macro concierto ofrecido en Brasil ante una multitud de decenas de miles de extasiados cariocas. Río es uno de los sitios favoritos de toda banda para grabar discos en vivo. El concierto tiene mayoría de canciones del Brave New World, pues corresponde a la gira del lanzamiento de ese album. De hecho yo tuve el privilegio de acudir a un concierto de esa gira el 12 de septiembre de 2000 (sí, exactamente 363 días antes de que unos pinches aviones cambiaran el rumbo del mundo) en el Sports Arena de San Diego donde Maiden celebraba el regreso de Bruce Dickinson. Rob Halford y Queensryche los antecedieron en el escenario. De hecho el orden de las canciones del Rock en Río es exactamente el mismo que tocaron en San Diego. Sin embargo y pese a que Maiden ha sacado al menos cuatro discos oficiales en vivo, será difícil que alguno supere la leyenda del Live After Death. Si mal no recuerdo, el Live After Death fue el primer disco en vivo que tuve en mi vida. Lo compré un día de primavera de 1989 en Denver Colorado. Lo escuché una y otra vez sin cansarme jamás. Me sabía de memoria los diálogos, los coros del público y cada vez que lo escuchaba, era como si estuviera yo en ese concierto ¿Digo escuchaba? Cada vez que lo escucho, el Live After Death es el Zeus de mis discos en vivo y mira que soy fan de las grabaciones en concierto. Nunca me he considerado un groupie, pero en 1998, cuando entrevisté a Steve Harris y a Dave Murray horas antes del concierto de Iron Maiden en Monterrey, no pude evitar pedirles que me firmaran ese histórico disco. Es la única vez que he pedido un autógrafo en mi vida. En fin, los años pasan y yo sigo pensando que Iron Maiden es la mejor banda del Universo. Para mí, Maiden en es en la música lo que Borges en literatura (aunque sospecho que Jorge Luis ha de haber odiado el metal)


Stratovaruis. Elements Part 1. Stratovarius se confirma sin duda como la más virtuosa banda de Finlandia y acaso de todo Escandinavia, compartiendo un sitio de honor con HamerFall. Una sólida carrera y discos cada vez más técnicos y elaborados confirman a Stratovarius como los más dignos herederos de la tradición de los míticos Rainbow. Sin perder la esencia de un power metal de corte típicamente europeo, Staratovarius se acerca cada vez más a la vibra del rock progresivo. Elements es un disco en el que se derrochan virtudes y tiene rolas absolutamente progre, de nueve y doce minutos de duración.


No se si los discos y los libros han cambiado mi vida, pero al menos sí han hecho mucho más placenteros sus instantes.

Lo demás es tarjeta de celular y gasolina. Como odio gastar dinero en eso.


El gran faltante: Pisando los talones de Henning Mankell. Pero ahí voy tras él, como un detective tras la pista.



Rush Rip. Ni modo, derramaré una lágrima y gritaré de impotencia. Esta noche, mientras yo esté cubriendo un soporífero debate (perdón por el pleonasmo) de candidatos a la alcaldía en la UABC, miles de personas congregadas en el Coors de Chula Vista estarán coreando The Spirit of the Radio. Sí señores, esta noche se presenta Rush en Chula vista y yo, y yo...yo....NO ESTARE AHI. Putísima madre. Rush en vivo es una experiencia Supraorgásmica. Lo digo por experiencia. Pero mi existencia es trágica señores, condenada por los infaustos oráculos que marcan el destino de los héroes de las tragedias de Sófocles. Mientras Neil Peart le demuestra al mundo que Dios existe, pues sólo una deidad puede tocar así la batería, yo estaré escuchando a Hank y a Ramos, quienes me demostrarán, una vez más, que yo soy mucho mejor para debatir y hablar en público que cualquier político bajacaliforniano.

Tuesday, July 06, 2004

Entre cambios de diseño y trabajos atrasados, no había tenido la oportunidad de responder oportunamente a dos mensajes en mi tag. Uno sobre una banda noruega, Immortal y otro sobre un escritor sueco, Mankell. Los dioses paganos bendigan Escandinavia.

Immortal

Me confieso ignorante: Aún no he escuchado el Damned in Black de los noruegos Immortal. Esta banda de black metal ortodoxo, formó parte del llamado círculo negro o black metal mafia que ocupó los titulares de las notas rojas de su país a principios de los años 90 por cuestiones extra musicales. Mayhem, Dark Throne, Satyricon, Burzum e Immortal fueron las cinco bandas noruegas que conformaron ese pentagrama maldito. Recuerdo muy bien cuando compré una copia pirata del primer disco de Immortal, en el verano de 1994 en la Pulga Mitras de Monterrey. Titulado Diabolical Fullmoon Misticism, el primer disco de la banda liderada por Abath es una pieza desenfrenada rapidez, caos y brutalidad. Black metal en estado crudo. Unholly Forces of Evil, Call of the winter moon y Perfect vision of the rising Northland, son rolas que vale la pena escuchar.
At the Heart of the Winter y Pure Holocaust son discos posteriores de Immortal que sin tener la brutalidad del primero, son obras imperdonables en toda buena colección blackmetalera . El año pasado, Immortal nos sorprendió con un nuevo lanzamiento: Sons of Northern Darkness, tal vez su disco más técnico y con mejor sonido que han hecho hasta ahora. Junto con el Volcano de Satyricon, creo que son los dos mejores discos de black metal de los últimos años. Sin llegar a los extremos fashion de Cradle of Filth y Dimmu Borgir, este par de obras maestras reflejan lo bien que se puede escuchar el black brutal con una buena grabación. Esta mañana mientras iba al trabajo me deleité escuchando rolas como Tyrants y One by one. Aún no escucho el Damned in black, pero todo Immortal vale la pena. Bueno, siempre y cuando uno tenga realmente deseos de escuchar un black metal de lo más ortodoxo.

Por ahora, Eterno Retorno le ofrece fragmentos de dos míticas canciones del primer álbum de Immortal.

Unholly Forces of Evil

Blasphemous Northern rites
Mysticism touched
Pentagrams burning
Into the centers of darkness
Where all evil dwells
Demons present in flames
Oath of black souls found
The unholy forces of evil
Served upon our diabolical souls
Cults of death bathed in slaught
As the devils candles burns
Into the dark skies
Floating with the soulwinds of the pentagram
To the deathlights where the North star awaits

Perfect vision of the rising Northland

This winter is forever
A wind of red I rode
A wind of evil cold
For the years that have passed in the North
Brought me visions of the Goatthrone of desire
On the hillside where I stood left for another world
Tragedies blows at horizon
The sun freezes to dust
A perfect vision of the rising Northland

Mankell

No he leído La quinta Mujer de Mankell, pero ganas no me faltan. Del Conan Doyle de Escandinavia mi favorito sea tal vez La falsa pista o Asesinos sin rostro, si bien Perros de Riga no se queda nada atrás. Estoy por desembolsar 334 pesos para comprar su nueva novela. Definitivamente, Mankell se impondrá a Ángeles del abismo cuando tenga que elegir entre comprar uno u otro. ¿Haré mal en poner en segundo lugar el producto nacional? Toda recomendación es bienvenida. Lo increíble es que este as de la novela policíaca empezó escribiendo cuentos para niños y coordina un teatro infantil en Mozambique.

Monday, July 05, 2004

Renovarse o morir

Un 28 de diciembre de 2002, vio la luz Eterno Retorno. Entonces no imaginé que estaba abriendo las puertas para cruzar el umbral de un vicio tan poderoso y enajenante como la blogadicción. Durante todo este tiempo Eterno Retorno mantuvo su color verde pantano. Era algo así como un estanque de agua puerca, aspecto digno de una auténtica cuna de porquería. Hasta que mi estúpida idea de colocar un texto en griego dio al traste con la verticalidad de su estructura. Llegué a la conclusión de que continuar de esa forma significaba un envejecimiento prematuro. Y si bien soy un convencido de la superioridad del fondo sobre la forma, nunca viene mal una pequeña maquillada. Por lo que respecta a los contenidos, no habrá grandes cambios.
Dado que soy un confeso analfabeto cibernético, requerí de asesoría y gestión técnica que amablemente me proporcionaron Manuel Lomelí y su novia Judith, a quienes agradezco ante todo la paciencia de fungir como padrinos de esta nueva imagen del Eterno Retorno

Terapia de brocha gorda

La tarde del Sabbath bloddy Sabbath, Carol y yo nos dimos a la tarea de pintar el patio. Pintar es terapéutico, hipnotizante. Por un momento uno se olvida de todo y la razón misma de la existencia y el universo se transforma en dar color a una barda de cemento. Compramos tremendo bote en la Comex de Rosarito, pintura color crema, un par de rodillos y una vez hecho esto, procedimos a vestirnos con nuestras peores garras y nos dedicamos a pintar todo el patio, mientras una viejísima grabadora que saqué del desván tocaba rolas de los Stones, de Danzig, de Sabbath y hasta del TRI, con unas deliciosas cervezas Tijuana de por medio y una tarde apacible. Ahora falta retirar el escombro, colocar el pasto, las nuevas flores. Vamos por buen camino con el patio.


Gracias Grecia

El triunfo helénico en la Eurocopa significó para mí una ganancia de 800 pesos. Una quiniela realizada en el Departamento de Comunicación Social del Ayuntamiento sorteó los ocho equipos que pasaron a cuartos de final. En el sorteo me tocó Grecia. El patito feo de la rifa, el que nadie quería. Pues bueno. En esta ocasión fui el ganador. En el momento en que la frente de Angelos Charisteas golpeó la plateada pelota y la arrojó al fondo de las redes lusitanas, supe que la feria era mía. Lo siento por Roberto Clemente, quien tenía a Portugal y no accedió a mi ofrecimiento de dividir el premio en 500 para el campeón y 300 para el subcampeón.

Telaraña helénica

Los amantes del ?jogo bonito?, los nostálgicos del Brasil de México 70 y los dialécticos menottistas, sin duda harán pedazos el triunfo de Grecia en la Eurocopa. Dirán que es el triunfo del antifutbol, de la libreta sobre las piernas, del sistema sobre el arte. Digan lo que quieran, Grecia es un campeón a toda ley. No practicó el típico juego que a muchos les parece bonito, pero tampoco fue un marrullero. Es simplemente un equipo 100% técnico, 100% diseñado en el entrenamiento y el pizarrón. Grecia jugó como un relojito. Sus tres últimos juegos fueron una calca absoluta. Primero, pisar la cancha y empezar a marear al rival. Con el paso de los minutos, la técnica del mareo se convierte en aplicación de anestesia en las principales figuras. En un momento del partido las figuras francesas, checas y portuguesas quedan inutilizadas. Como si fuera una araña lenta que dando apariencia de una falsa debilidad, fuera tejiendo una sutil telaraña alrededor de las piernas de su oponente, una telaraña al principio invisible, pero terriblemente efectiva, pegajosa, capaz de anular cualquier vestigio de destreza. Para cuando el rival se da cuenta, la araña griega lo tiene envuelto en su red y justo cuando lo encuentra torpe y desesperado, clava su aguijonazo de cabeza. Imposible levantarse. Una de dos: O el futbol griego da un salto abismal y esta generación se convierte en escuela, o por el contrario, será un relámpago fugaz, hechicero e irreal que volverá a ocupar su puesto de honor en los sótanos de la Segunda División de Europa cuando lleguen las eliminatorias mundialistas. Hagan sus apuestas. Yo ya hice la mía y gané. Arde Troya sin caballo. Aquiles enseñó tres veces sus mismas armas y la forma en que las maneja. En tres combates peleó igual y en los tres salió vencedor. Que nadie le diga mentiroso.

La herencia

¿Qué nos deja la Eurocopa? El futbol de la República Checa, sin duda el equipo que jugó mejor y más bonito en el certamen. No me gusta decir que hubiera merecido ganar. Los goles no se merecen, se hacen. Los checos pudieron matar a los griegos y se les mojó la pólvora. De cualquier manera, Chequia practicó por mucho el mejor futbol de la Eurocopa. Ojalá lleguen con esa pila al Mundial.
Lástima por Portugal. Lástima por Figo, Costa, Gómez y Couto. La generación de oro se retirará sin un título adulto en su palmarés. ¿Campeones sin corona? No es cierto, todos los campeones tienen su corona.
Los mejores juegos de la Eurocopa, para verlos una y otra vez sin aburrirse: Holanda 2-3 República Checa, Portugal 2-2 Inglaterra



¿Qué hacer con 800 pesos?

Cuando uno tiene de pronto 800 pesos no presupuestados, la cabeza empieza a pensar en qué gastarlos ¿No sabes en qué gastarlos? Puta madre, como si hicieran falta gastos. Una revisada a la nave en el taller antes de que me falle, dos tres idas a la gasolinera, dos tres comidas, casetas de cobro y juren ustedes que llegamos al viernes sin un quinto. De por sí, y para mi enorme coraje, compré una tarjeta para el celular que ya no tenía ni madre de crédito. Siempre he considerado al celular un artefacto burgués, una necesidad creada. Durante años me negué a usar uno y hoy en día soy su esclavo. Mi vida ya no es concebible sin el telefonito a cuestas. El hombre es bueno para hacerse esclavo de cosas y crearse nuevas necesidades. La cuestión es que muchos reportajes de primera plana se han cocinado en el celular por lo que como herramienta de trabajo es insustituible. Bueno, la cuestión es que le metí 200 pesos de tarjeta al celular. Ya nada más me quedan 600. ¿En qué carajos usarlos?
Y es que para hacer un uso placentero del dinero, sólo lo puedo usar de dos maneras: En libros o en discos. No hay de otra. La ropa no me genera ningún placer. Sí, me hacen falta pantalones, me hacen falta camisas y ahora que he estado moderando los debates de los candidatos he caído en la cuenta de que me hacen falta un par de trajes. Pero no, comprar ropa no me produce ese clímax incomparable propio de heroinómano que me genera adquirir los objetos a los que soy adicto.
En fin, he decidido hacer la compra de un libro caro, que valga la pena y el resto emplearlo en necesidades cotidianas. Pero estoy indeciso. Aquí van las opciones. Se aceptan consejos y recomendaciones.

Opción-- A) Pisando los talones, nueva novela de Henning Mankell. (Sanborns 334 pesos) El sueco jamás me ha defraudado. El Conan Doyle de Escandinavia es garantía de lectura placentera. Pero me da coraje darle 334 pesos al pinche puerco de Carlos Slim para que siga manteniendo sus ridículos guardias que te ponen marca personal como si fueras un ladrón (bueno, de hecho, lo soy, je, je.)

Opción B) Femmes. (Cecut, 350 pesos) Es un libro de fotografía acá, maextrozona, de puras chicas. Están buenas las fotos, dos tres saicas, dañadonas, 100% lésbicas, 100% fashion, 100% falsas. ¿Se lo imaginan? Me pasan esa clase de libros de fotografía erótica, pues siempre es bueno tenerlos ahí a la mano, en el buró o en la sala. La cuestión es que luego te aburres.

Opción C) La Segunda Guerra Mundial Día a día o El sitio de Stalingrado. (Cecut 350 pesos) Ambos son libros grandotes, con mucha fotografía y algo de texto. Me gustan mucho los libros de guerra, en especial de la época del nazismo y aunque tengo muchos, siempre serán mi debilidad. Tal vez el texto no te revele verdades ocultas, pero siempre hay por ahí unas fotografías que puedes ver una y otra vez sin cansarte.

Opción D) Ángeles del Abismo de Enrique Serna (Costco 160 pesos) Nunca me ha defraudado el señor Serna. El miedo a los animales, El seductor de la Patria y el Orgasmógrafo fueron buenos libros y todo hace indicar que Abyss angels no se quedará atrás.

Opción E) Ir a San Diego a la Tower Records y traerme unos tres discos. Quiero el Escandinavian Leather de Turbonegro, un en vivo de Accept en Japón en 1985 y el último concierto de Sepultura con Max Cavalera.


Opción F) Surtir la cava en San Diego. Una buena dotación de vinos tintos, unos whiskochos, unas Guiness, unas Heineken y mejor ahí le paramos, que se me va a antojar.


Opción G) Las que se acumulen. Se aceptan sugerencias.



¿Venezuela? ...Peor es nada

Ahora he sido incluido en una nueva quiniela para la Copa América y me volvió a tocar otro patito feo: Venezuela. Digamos que el histórico último lugar de Sudamérica no tiene demasiadas posibilidades frente a Brasil y Argentina. Pero si Grecia gana una Eurocopa y Once Caldas una Libertadores ¿Por qué no poner mi gotita de esperanza en los venezolanos? Se han superado los chicos. El país menos futbolero de Sudamérica ya se dio cuenta que puede ganar de visitante. Pregúntenle a Chile. Honestamente no creo que ganen, pero al menos no harán el ridículo como antes.