Eterno Retorno

Friday, May 21, 2004

La Playa El Vigía es uno de mis sitios favoritos. Me gusta porque su belleza no es pretenciosa. Es una playa descuidada, sí, pero con una virginidad más auténtica que la de Zipolite.
¿Quien piensa en la Playa El Vigía? ¿En que guía turística aparece? Y sin embargo a mi me parece bella. Entre los momentos más Carpe Diem de mi vida se cuentan mis solitarios paseos por la playa tijuanense. La playa de Tijuana me gusta por impro-bable, por disimulada. El Vigía es como esas mujeres sencillas que no han descubierto que son bellas. Por eso mismo su belleza es más auténtica. Es pura, sin accesorios ni pretensiones. Porque la Playa El Vigía no pretende nada ni pide nada. Ahí está, para quien quiera descubrirla.
Cuando estás parado en la 5 y 10 o en el Bulevar Gato Bronco te sería imposible concebir que a unos cuantos kilómetros es-tán esperándote los más bellos atardeceres. Tijuana es una ciudad que da la espalda a su mar. El Pacífico no huele. El centro de Tampico, por ejemplo, no está cerca del mar y sin embargo el Golfo desparrama su hedor en cada una de sus calles y cuarto de hotel.
El mar de Tijuana se esconde. A veces es casi etéreo. Tras la niebla, el Pacífico es solo un presentimiento. Es un misterio y sin embargo está ahí, majestuoso, seductor.
La Playa El Vigía al atardecer. Nada mejor que una playa en una tarde de un día nublado de entre semana. Pla-ya, nubes, cercanía de tormenta, soledad. Eso es plenitud existencial. Quiero esos ingredientes para mi muerte. Ya he dicho que quiero morir en el mar. He tenido grandes momentos estando en playas desoladas. Recuerdo el verano de 1993 en Puerto Escondido, un atardecer del otoño de 1996 en una desolada playa de Biarritz, una playa privada de Cabo San Lucas a donde llegué por casualidad, mi Vigía. Hay sitios con alma. Esos sitios me gustan para despedirme del mundo.

"La libertad es la cárcel más grande de todas las cárceles": Javier Corcovado
"La vida es una cárcel con las puertas abiertas": Andrés Calamaro
"Life is a prision without walls": Napalm Death
Encerrados en la libertad

Me confieso un ignorante cibernetico. Nunca en casi dos años de blogueo he sabido como corregir un post. Lo publicado, publicado está. Lo caido caido, lo que se cae se queda como con Chabelo. No se como editar, ni como corregir, ni como borrar. Por eso debo soportar mis odiosos errores de dedo y cargarlos como una cruz, d ela misma forma que cargo los errores periodísticos. Quien carajos puso a la B y la V juntos en el teclado. Cualquier otro error de dedo es preferible. En fin, ustedes disculpen, joBenes.

Thursday, May 20, 2004

Cuando inicias la mañana escuchando Rush a todo volumen y en un semáforo te sorprendes a ti mismo cantando a todo pulmón Free Will y más tarde The Spirit of the Radio, sólo resta afirmar que es un día feliz.

¿Por qué mi personalidad es tan en extremo maleable por el simple sonar de una batería? ¿Cómo puede hacer uno que en sus alucinajes se siente Neil Peart para manejar sin dejar de bataquear sobre el volante?
¿Por qué los partidos amistosos de gigantes futboleros acaban siempre 0-0? ¿Cómo carajos le hace uno para sacar la de ocho debajo de una piedra? ¿Por qué el nuevo presidente de los Tigres (y todos los presidentes de los Tigres y los altos jerarcas de Cemex) tienen la estereotípica cara de empresario regio al que con gusto le rompería el hocico? ¿Será por qué son regios? ¿Será por qué se pudren en dinero? ¿Por qué Stoker es más famoso que Charles Robert Maturin? ¿Y por qué Anne Rice es mucho más famosa que ellos dos? ¿Por qué Mario Bellatin me hizo pensar que todos los autores japoneses son el colmo de la densidad? ¿Se han dado cuenta que Murakami y Banana Yoshimoto acaban por resultar como una bebida dulce en comparación con Bellatin? ¿Por qué tanta gente me ha hecho recordar últimamente La insoportable levedad del ser? ¿Sabían ustedes que ese libro de Kundera, al igual que el de Nachón, lo robé de casa de alguien? ¿No adivinan de quién? ¿Por qué tengo tantos libros autores rusos sobre mi escritorio de trabajo? ¿Será por qué esta redacción es mi crimen y mi castigo? ¿Por qué se me hace el agua el organismo ante la sola mención de un buen Casillero del Diablo? -----Dicen que yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poeta.


De un domingo lluvioso a otro. Me traslado a un domingo del año de 1804 en el que Thomas De Quincey, que entonces tenía 19 años, tomó por primera vez opio.
En esta tierra que habitamos no existe espectáculo más lúgubre que una lluviosa tarde de domingo en Londres, nos dice Thomas.
Carajo, ahora que lo pienso bien yo nací en domingo y mi primer orgasmo, lo recuerdo perfectamente, fue en domingo y mi primer viaje, también fue en ese Séptimo Día del Señor que siempre se pone una máscara de insufrible aburrimiento.



Dice Vila- Matas que dice un Bartleby llamado Del Giudice: -El escritor que trata de ampliar las fronteras de lo humano puede fracasar. En cambio, el autor de productos literarios convencionales nunca fracasa, no corre riesgos, le basta aplicar la misma fórmula de siempre, su fórmula de académico acomodado, su fórmula de ocultamiento-



Todos deseamos rescatar a través de la memoria cada fragmento de vida que súbitamente vuelve a nosotros, por más indigno, por más doloroso que sea. Y la única manera de hacerlo, es fijarlo con la escritura.


Por Daniel Salinas Basave

En un ejercicio de brutal honestidad, he de confesar que al momento de iniciar la lectura de Un funesto deseo de luz, no tenía el más mínimo antecedente de su autor, el filósofo Alberto Constante.
Fue una mañana, deambulando por los pasillos del Libro-Club, cuando encontré sobre una de las mesas un libro de esos que así a primera vista le despiertan a uno cierto olfato.
Un título sugerente, en alusión a la oración del poeta Virgilio retomada por casi un par de milenio después por Klosowski y la promesa de encontrar disertaciones con cierta dosis de originalidad sobre Bataille, Baudelaire, Nietzsche, Sade, Descartes y Heidegger, acabó acabaron por ser el anzuelo definitivo.
Luego de leer con mayor velocidad de la que hubiera deseado las 220 páginas del conjunto de ensayos que integran Un funesto deseo de luz, sólo me resta afirmar que me topé con un libro vertiginoso, tanto, que resulta complicado de asir.
Vaya, Constante jamás cae en la técnica frialdad de la que a menudo adolecen los tratados filosóficos, pero esos arrebatos casi poéticos que salpican casi todas las páginas de la obra, acaban por extraviarse en el desvarío.
Saltos repentinos de Baudelaire a Walter Benjamin, de Kafka a Sade, de Marlaux a Descartes, de Goethe a Kant en medio de un huracán de citas bibliográficas, fragmentos textuales y reflexiones del autor que terminan por sacudir la mente del lector.
Eso sí, Un funesto deseo de luz tiene párrafos y reflexiones lúcidas, memorables, de esas que motivan al subrayado inmediato, pero que por desgracia parecen no acabar por desembocar.
Mentiría si dijera que es un libro de filosofía para filósofos, pues cualquier persona interesada en literatura o poesía podría disfrutar de él, pero tampoco se pude decir que sea una obra introductoria al pensamiento de filósofos y autores reseñados, pues vale la pena haber leído aunque sea un poco de Nietzsche, Sade, Bataille y Heidegger para agarrarle un poco de sentido.
Si estuviéramos hablando de música, bien podría decirse que Un funesto deseo de luz tiene grandes párrafos solistas que son incapaces de sonar como orquesta.

Un funesto deseo de luz
Alberto Constante
Nueva Imagen

Rescato unas cuantas frases de Constante que bien vale la pena rescatar

Siempre he estado convencido de que el pensamiento no tiene dueño, está ahí, en ese lugar del no lugar en el que se crea a sí mismo y se recrea por la intensidad, la excitación, la tonalidad; independientemente de lo que pueda enunciar y más allá de todo enunciado, el pensamiento regresa siempre como intensidad, excitación, tonalidad, en un puro movimiento a partir del cual, encontramos por un breve instante en el enunciado de la grave coherencia.


La lectura hace del libro lo que el mar, el viento hacen de las cosas hechas por los hombres: una piedra más lisa, una forma que se rehace en mil formas nuevas, el fragmento caído del cielo sin un aparente pasado, sin porvenir cierto y seguro, sobre los que nos interrogamos mientras los vemos. La lectura da al libro la existencia abrupta que la estatua parece tener sólo del cincel; ese aislamiento que la sustrae a las miradas que la ven, esa distancia altiva, es sabiduría huérfana que aparta tanto al escultor como a la mirada que aún quisiera esculpirla.

Y por si alguien cree que estoy salpicando el blog de frases que no son mías, me permito plagiarle una más, en esta ocasión a Walter Benjamin para justificarlo: En mis trabajos las citas son como ladrones apostados en el camino que atacan armados y desposeen de sus convicciones al ocioso-

Wednesday, May 19, 2004

Millones de dólares invertidos para matar nuestros cetáceos

Ayer me lancé al Hilton de La Jolla a cubrir un congreso de energía al que acudían los mismísimos chakas de las compañías gaseras que pretenden instalarse en Baja California.
No cabe duda que hay un extremo interés de los grandes capitales del gas de hacer de Baja California su Disney particular.
Pero un gringo, con un poquito de honestidad, aceptó públicamente que Estados Unidos apoya a sus compañías, pero no las quiere en su patio. Para eso está el patio del vecino tercermundista cuya fauna y medio- ambiente sí pueden dañar a gusto.
Al ver el lujo en que se desenvuelven y la cara de millonetas que se cargan los capitalistas del gas, reflexiono que en verdad será heroico si el pueblo de Baja California, por mero deseo de proteger el medioambiente, logra frenar a esa infernal avalancha de millones de dólares.
Por lo demás, me fui en trolley hasta La Jolla pues aunque me pagaban la gas, no quise poner mi carro por no correr riesgos innecesarios. Vaya que estuvo largo el tirón. En trolley hasta Old Town, luego agarré el bus 34 y lo que nunca me había pasado USA: El camión de descompuso allá por el Sports Arena. Nos bajamos todos los pasajeros a esperar el relevo que tardó años. Luego un tirón a velocidad de camión de rancho por las lujosas calles de La Jolla hasta llegar a UCSD. Ahí me bajé del camión y me aventé un caminadón marca Diablo como de dos kilómetros hasta llegar al Hilton en donde por cierto no me encontré a su dueña Paris.
Lo bueno fue que todo el camino me fui pegándole una buena leída a La Mara, la nueva novela de de mi maestro de maestros, Rafael Ramírez Heredia. Chingón libro lo que sea de cada quien.



Por supuesto, como sucede cada que voy a San Diego, no regresé con las manos vacías y en el camino se me cruzaron de manera espontánea un par de disquitos que cruzaban la calle como conejos y yo simplemente los agarré del rabo.
Uno fue el nuevo de los blackmetaleros noruegos Satyricon, titulado Volcano y aún no lo escucho pues el black metal se escucha de noche y será escuchado a todo volumen dentro de un rato cuando vaya a las 12:00 de la noche conduciendo por la carretera a Rosarito e invoque la aparición de los sanguinarios dioses paganos vikingos que me socorren.
El otro disco que compré es de una banda dark de Finlandia llamada H.I.M. titulado Razorblade Romance. Había escuchado comentarios de esa banda y encontré el disco a nueve dólares así que lo agarré.
La banda suena igualito que London After Midnight, típico rock Jótico con vibra de homosexual. Trae buenas rolitas como Your Sweet Six Six Six y un cover curado de Wicked Game del Chris Isacc, pero se pasan de putos los pinches jóticos la mera verdad.
Me quedé con ganas del nuevo de Machine Head y el de los suecos Turbonegro Escandinavian Leather y claro, el concierto de HamerFall en Gotenbörg. Ya habrá chance, no comas ansias pinche melómano irresponsable.

La mayor mierda que ha parido el deporte

Hago una promesa solemne: Ni aunque me paguen por ello iré nunca a ver a esa pinche mierda llamada toros de Tijuana. Váyanse al carajo.
Antes el beisbol simplemente me valía madre como me valen madre todos los deportes con excepción de esa hermosa adicción llamada Futbol por la que vale la pena vivir la vida mil veces.
Pero desde que vivo en Tijuana le profeso un desprecio sacramental al besibol y a la cultura beisbolera que me rodea hasta en la sopa. No se ni como se juega ese pinche deporte, pero lo detesto a muerte
Odio al besibol, no hay vuelta de hoja. Por pagar compromisos de campaña con un tipo que se ha hecho rico llenando nuestros tanques de gasolina con basura de naftaleno, el Alcalde Chuy González hizo todo lo posible por sacar al Futbol (con mayúsculas que es Dios) de Tijuana, los corrió para traer su basura asquerosa de deporte corriente. Anden pues, sean felices chapoteando en la mierda en su letrina de estadio
Allá en Monterrey tienen el mejor estadio de beisbol de Latinoamérica, un estadio que aquí en Tijuana jamás tendrán ni soñarán con tener. Ese estadio donde juegan los Sultanes y donde ha habido juegos oficiales de grandes ligas siempre está vacío, pues da la casualidad que justo a lado, está el estadio Universitario de San Nicolás de los Garza donde juega un equipo llamado Tigres que vaya como vaya en la tabla, siempre estará lleno a reventar. El estadio de Beis se ha llenado sólo con los juegos de grandes ligas o en finales de Sultanes, únicamente. El de Tigres se llena cada sábado sin falta. En Monterrey la gente sí sabe de deporte.
Me gusta esa estampa. El estadio de Tigres lleno a reventar y el otro vacío, prueba de que frente al FUTBOL, el beis será siempre una vil cucaracha repugnante intentando hacer sombra a los píes de un Dios.

Dagaísmo

Con agrado leo el poema Caballito de Juguete de Fernando Nachon (nachon.blogspot.com) El poema me ha hecho recordar un término que yacía sepultado en la fosa común de mi memoria
Recuerdo que en aquella lejana época en que incursioné a chapotear en los pantanos de los talleres de poesía (1992- 1993), mi amiga Mara Gutiérrez acuñó un término para definir nuestra inspiración poética (por favor, como si todos hubiéramos escrito igual) Mara proclamó a los cuatro vientos que nosotros escribíamos poesía daGaista.
La gente preguntaba ¿Dadaísta? Y Mara respondía ufana: No, nada que ver con Dadá, nuestros poemas (otra vez en plural) son como dagas, por eso son dagaistas. Cada que lees a uno de los integrantes del taller de poesía de la Universidad Regiomontana, es como si te estuvieras enterrando o desenterrando una daga.
Incluso en una lectura, Mara repartió dagas de papel a los asistentes. No cabe duda que el poema de Nachón ha hecho renacer la nostalgia por una época pretenciosa y divertida como pocas.

Por lo pronto, me permito plagiar el poema de Nachón-

CABALLITO DE JUGUETE

Puntos aislados. Fuimos perversos. Llenos de espejos
y con una máquina de escribir.
Nuestros cuerpos distorsionan el paisaje.
El paisaje. Trémulo: Mejor seducción en lugar de deducción.
Busco tus nalgas en la tarde.
Anclados, vivimos. Será Dadá, dadá. DADA.
La tarde no sostiene las palabras, ni el sol.
Recomposición, enigma, cruz de amores y periódicos.
Callado. ¡Quédate callado!
Todo hombre occidental caerá.
El oriental dudará. Dadá. Dadá. No hay dudas.
Las palabras hiladas se deshilachan.
Dadá. Dadá. Tenías razón. Hemos muerto.
Dadá. Dada . Vamos a bailar.
Tzara, eres muy simpático.

Fausto vs Charquito

Escribir miles de caracteres cada tarde es estar expuesto al error. Una persona que teclea decenas de miles de veces al día con un margen de tiempo en extremo reducido y a contra reloj, es una persona en riesgo de cometer una falla. No creo que exista reportero o redactor en el Universo que pueda presumir no haberse equivocado nunca a la hora de escribir. Es cierto, los periódicos (y los medios en general) están atiborrados de seres mediocres que se encargan de acuchillar el idioma cada tarde. Ejemplos sobran.
Gracias a mi colega periodista Fausto Ovalle, me he enterado que Ektor Manrique, El Charco, se tomó la tarea de leer y destrozar algunas notas de Frontera. Deben ser notas de hace unos dos años si mis cálculos no me fallan. Varios de mis colegas fueron devastados por la pluma siempre crítica y feroz del Charco. Le concedo la razón y le agradezco que se haya tomado la molestia de leernos tan detenidamente para emitir sus críticas. Además, históricamente se han cometido errores mucho más graves que los que señala Charco (Muere al suicidarse es el peor ejemplo que recuerdo, cometido dicho hierro por un tipo con IQ muy bajo) Por desgracia siempre hay errores y cualquier lector tiene todo el derecho de quejarse y señalarlos. Nosotros le vendemos un producto y si ese producto viene con un defecto, lo menos que puede hacer un lector es reclamar.
Más de una vez he señalado que me gusta la forma en que critica El Charco. Vaya, es uno de los pocos críticos que sostiene argumentos sólidos para devastar un texto. La forma en que hizo garras a las poetisas feministas de La Línea es prueba de ello. Sin embargo, particularmente en la crítica que hace de una nota mía, encuentro una serie de imprecisiones que derrumban la imagen del crítico sagaz que tenía del Charco y en contraparte me topo con una persona que armada de una lupa buscó errores a como diera lugar y los encontró incluso en donde no los hay. Vaya, aquellos errores que me señalen con fundamento, los aceptaré con humildad y haré lo posible por corregirlos, pero en este caso (tal vez por desconocimiento del Manual de Estilo del Periódico) El Charco encontró fallas donde no existen y sólo puso en evidencia sus propios errores.

Así las cosas (y aún sabiendo que me expongo a una catarata de insultos y descalificaciones, dado que mi espontáneo corrector no es muy tolerante ni humilde que digamos a la hora de recibir críticas) me permito contestar o aclarar aquellas correcciones que Ektor ha marcado con tinta roja en mi ya ancestral nota de secuestros de niños en el Sur de California-

Cito textualmente al Charquito: - Bien (mejor dicho mal), está claro que no existe en la ciudad de Tijuana ninguna institución denominada literalmente Policía Municipal para que sea escrita con mayúsculas; ésta recibe el nombre de Dirección Seguridad Pública Municipal- ;

Yo respondo: La Policía Municipal de Tijuana sí existe, se llama así, es una institución y mi Manual de Estilo me marca que debe ir en mayúscula. La PM es una dependencia cuyo comandante operativo se llama Francisco Javier Arellano Ortiz. La Dirección (de) Seguridad Pública Municipal del Charquito es una falacia. Una vil alucinación. Tal vez se refiera a la Secretaría de Seguridad Pública, que no es lo mismo que la Policía. Su titular es Martín Domínguez Rocha, quien tiene sueldo de secretario y no de director (de secretaría a dirección hay miles de pesos de distancia). La Policía Municipal depende jerárquicamente de la Secretaría de Seguridad, pero son organismos diferentes. Cada uno tiene su propia nómina y su propio presupuesto. Todos estos datos pueden ser verificados en la página del Ayuntamiento de Tijuana (tijuana.gob.mx) o me lo pueden preguntar a mí, que si algo conozco bien es el funcionamiento de la administración pública estatal y municipal.

Sigue el Charco corrigiendo

- Y tampoco existe en el vecino país del norte, entidad o condado que lleve por nombre Sur de California- .

Y yo reflexiono con mi corazón mirando al Sur (¿tienen ojos los corazones?) Sería un buen tema de debate en el que con gusto invitaría a participar a Borges, Bioy Silvina Ocampo y Piazolla, para definir si el concepto SUR va con mayúsculas. Pero en lo que son peras o son manzanas, la página 186 del Estilo de Informar, Manual de Estilo de Periódicos Healy, me marca que los puntos cardinales van con mayúsculas. Ese manual debe ser la Biblia de todo aquel que escriba o pretenda escribir aquí.
El Manual ha sido varias veces cuestionado y aunque yo mismo estoy en desacuerdo con algunos de sus conceptos, lo respeto plenamente pues resulta que a mí me pagan por respetarlo, no por violarlo y escribir como yo quiera. Para escribir según dicta mi deseo, tengo este hermoso blog.


Continúa el Charco con sus correcciones: - Todas las bandas de mafiosos están organizadas, men) más de lo que se cree.-

Y yo me pregunto: ¿Es una teoría criminológica? En este mundo existe también el crimen desorganizado, como bien dice Calamaro. Hay miles de ladrones de ocasión que actúan sobre la marcha, sin planes previos. Incluso muchos de los casos de robos de niños se dieron de manera ocasional.


Y ya por último dice el Charco:

- Continúa el periodista usando mayúscula por minúscula, colocando pronombres enclíticos inservibles y omitiendo artículos indeterminados: "El comandante elogió la rapidez" (se elogia a la gente por que la rapidez no es un ser humano, a no ser que se trate del recurso poético conocido como personificación-

Y yo respondo:

¿Alguien ha dicho que un elogio se limita únicamente a una acción humana? Uno puede elogiar la belleza de un paisaje o elogiar una cualidad en sentido generalizado. Y ya que somos tan estrictos en la observancia del idioma, creo que cualquier persona que hable español entiende el concepto elogiar la rapidez, mientras que sólo un cholo fronterizo entiende el lenguaje de jainas y cantonas que emplea Charco en sus cuentos (muy buenos cuentos por cierto)




Ya para finalizar, encuentro así nomás de reojo, dos errores en la visceral respuesta que Charco le dio a mi colega y amigo Fausto Ovalle.

Uno:

Dice Charco que la época victoriana comprende los años de 1860 a 1870. ¿Es una tesis historiográfica nueva?
La era victoriana, en términos históricos, es el extenso periodo en que la Reina Victoria fue la soberana del Imperio Británico (de la misma forma en que porfiriato se refiere la época en que Porfirio Díaz gobernó México) La Reina Victoria, madre y abuela de muchos príncipes y reyes de Europa (Alejandra de Rusia, Jorge de Inglaterra, Guillermo de Alemania entre otros) dejó de reinar el día que murió, en 1902. Luego entonces, en ese año acabó formalmente la era victoriana y no en 1870. Una recomendación: en historia jamás se pongan con Sansón Salinas a las patadas.

Dos:

Para desacreditar las acusaciones de mi colega Fausto contra cierto parásito mexicalense de las becas, Charco defiende a Gabriel Trujillo utilizando un argumento que me sorprende por lo banal. El cachanilla vale la pena, según Charco, porque ha escrito más de un centenar de libros. Ufff. Habrá que pesarlos por kilo.
O sea que bajo ese criterio, un tal Juan Rulfo no vale un carajo, pues nomás escribió dos y si lo ponemos en la balanza con que pesas los aguacates en el mercado sobre ruedas, la obra de Trujillo pesa hartos kilos. Si a esas vamos, voy a escribir 20 notas al día para ser el mejor reportero de México.
La verdad es que Trujillo podría escribir 300 libros o mil libros y si son iguales a los que ha escrito, pues simplemente seguirá siendo un productor de mierda en serie y tal vez entre al record de Guiness como el hombre que escribió más libros sin lectores.


Por lo demás, un sincero abrazo al Charco, cuyas críticas aprecio honestamente.

Monday, May 17, 2004

Waterloo felino en la Cenicienta

Pocas veces me siento tan bien por haber tomado una decisión tan acertada. El fin de semana Carolina y yo nos fuimos a Ensenada. Ya hacía falta una escapadita y la Cenicienta es una de nuestras escapatorias favoritas, pues nunca la pasamos mal. El viaje a Ensenada se disfruta desde la carretera, contemplando la inmensidad del Pacífico con alegres discos de Pixies y Ramones sonando a todo volumen. Llegamos al Hotel Bahía donde ya nos conocen re-bien, tanto, que hasta nos hacen descuento. Ahora rentamos una habitación con vista al Puerto, justo frente a la banderota. Por la tarde salimos a comer y decidimos experimentar con un restaurante que no conocíamos. Se llama Se De Vino y está justo frente al Hussong. Vaya elección atinada. Una carta de vinos completísima y a precios relativamente accesibles. De entrada pedimos un bienamado e infalible Nebbiolo para ir mojando paladar, que acompañamos con un suculento carpaccio. Posteriormente, el mesero nos recomendó un vino hasta entonces desconocido por nosotros. Se denomina simplemente Jalá. Precio similar al de Nebbiolo (sólo 15 pesos más caro) Una delicia el vino. Para esto estábamos en un patiecito junto a una fuente y soplaba un aire fresquecito, limpio, típico de la Cenicienta. Estábamos lo que se dice a gusto. Tanto, que aún sabiendo que eran las 15:00 y que en ese momento Tigres se jugaba la vida contra el Atlante, no me corrió prisa o angustia alguna por meterme a un sport bar a pegarme frente a la televisión. Estaba demasiado contento como para interrumpir el instante y enfocar toda mi concentración en el destino del equipo. Además, y se lo dije a Carolina, algún mal presentimiento rondaba por mi cabeza. Así que decidí borrar de mi cabeza la preocupación futbolera y sucedió lo inconcebible; Por una vez en la vida, no vi el partido de los Tigres. Créanme, es el primer juego de la temporada felina que no veo en vivo. Simplemente, alguna divina señal de mis paganos dioses futboleros me indicaron que no debía ser así. El tiempo transcurría, el vino hacía comunión perfecta entre nosotros y finalmente cayó la tarde. Decidimos hacer la sobremesa en el Hussong, para lo cual sólo tuvimos que cruzar la calle. Finalmente, al frescor de unas bohemias y unas rolitas norteñas, pensé que ya era necesario acabar con la incertidumbre, así que tomé el teléfono y le llamé a mi hermano Adrián a Monterrey para conocer el desenlace de la temporada felina. Sinceramente hubiera deseado que el retumbar de los instrumentos y el ruido de la cantina fuera tan alto como para no dejarme oír la terrible e infausta noticia que escuché de labios de mi querido hermano, que a más de 3 mil kilómetros de distancia, al píe del Cerro de las Mitras me daba el parte de la desgracia, el recuento de los daños de una guerra (que no una batalla) irremediablemente perdida: El Chamagol, en su caracterización de Chapulín Colorado, nos dio con el chipote chillón y mandó nuestras esperanzas a la fosa común. 0-2 GANÓ EL ATLANTE. M I E R D A Y R E C O N T R A M I E R D A. ¿Qué más me quedaba por hacer? ¿Irme a abrazar con el cantinero para completar un ritual de mexicanísima desolación? ¿Pedirle a los músicos que me tocaran 10 veces el himno de los Tigres mientras yo, en el trance de un llanto contenido bebía un mezcal tras otro? ¿Qué carajos puede hacer un aficionado felino cuando debe llevar como un tatuaje en el rostro un nuevo fracaso?
Pero la tarde era demasiado bella y por la ventana de la cantina se colaba una luz cachonda. Haciendo uso de la mayéutica socrática, me di a la tarea de hacerme mil y un preguntas para intentar explicar este fracaso. Recordé los empates 3-3 contra Monterrey, Pachuca y San Luis, todos concretados en el último minuto, luego de tener a los rivales bajo la bota. Recordé las malas salidas de Campagnuolo, los hierros y rebeldías estúpidas de Kleber, la carencia de un buen lateral que acompañe a Saavedra y de un buen central de relevo que le haga compañía a Hugo Sánchez cuando Claudio no esté al 100% (lo cual sucederá cada vez más a menudo, pues los años no pasan en balde y mi querido Emperador ya está por cumplir su ciclo) Pero fuera de esos detalles, creo que hay una excelente base de jugadores. Tenemos a la mejor dupla del Futbol Mexicano, integrada por Gaitán y Silvera (Campeonazo goleador, a mucho orgullo, además Marioni tiró varios penales y los de Silvera fueron todos en jugada) un gran armador como es Irenio, una promesa que dará de que hablar como Palacios, el mejor carrilero de México que es Saavedra (nomás no juegues finales y todos contentos) y al que sin duda será el central titular de la selección que es Hugo Sánchez. ¿Correr a Pumpido? Para nada. Pumpido tiene todo mi apoyo (y ojalá que el de la directiva, que cuenta un poquito más que el mío para ser sincero) No todos los equipos pueden presumir tener un cuadro tan ofensivo, con tantas variantes para llegar a gol Corregir los desajustes, tener una buena pretemporada (que nunca tuvimos por culpa de la mierda de pre libertadores) un merecido descanso y si se mantiene esta base tan ofensiva y hay respeto y continuidad al trabajo de Pumpido, agárrense bien para el próximo torneo.
¿La liguilla? No gracias, no la pienso ver ni me interesa. Me valen madre todos los equipos. Ojalá me entere que la ganó Jaguares de Chiapas y no los pinches Pumas, Chivas, América o Cruz Azul. Yo estaré en ayuno futbolero esperando con el paladar listo para el momento de disfrutar el manjar de la Eurocopa de Portugal que ya arranca en junio. Por lo pronto, sólo me resta agregar que la pasamos re- bien en la bella Cenicienta, pues si la tarde fue bella, la noche fue intensa.