Eterno Retorno

Friday, May 14, 2004

Rayito Macoy is Back

Gabo se coló al carrito

Definitivamente, el Price Costco no es el primer lugar en el que uno piensa a la hora de ir a comprar libros. Sin embargo, aunque usted no lo crea, es posible llevarse una sorpresa. Normalmente sólo acudo a dicho templo del consumismo capitalista con el único y loable fin de surtir nuestra cava de buenos vinos. Casi siempre acabo gastando de más, pues siempre se pegan algunas aceitunas, un jamón serrano, un buen quesito y las botellukas de rigor para ser descorchadas el fin de semana. Bueno, pues ahora agregué libros al carrito de super.
Ayer encontré una grata sorpresa: El nuevo libro de mi querido maestro Rafael Ramírez Heredia titulado simplemente La Mara. El narrador tampiqueño es garantía de pura calidad literaria. Tengo el libro en mis manos y me siento como cuando compras un buen tequila, abres la botella y lo hueles para ir saboreando el aroma. Sin duda será un libro chingón. El otro libro que compré es el colmo de lo vilmente ordinario. Vaya, es tan, pero tan ordinario, que hasta pena me da escribirlo. Es un lugar tan pinchemente común, que hasta por eso se vuelve atípico. ¿Qué otro libro adquirí esta tarde? Zas, adivinen... Uno que nadie conoce, un librillo ninguneado que tuvo un mínimo tiraje y nadie más pela: Se llama Cien años de Soledad y lo escribió un tal García Márquez.
Ya en serio, aunque usted no lo crea, ese libro no estaba incluido en mi biblioteca. Aclaro que no soy un fanático del Gabo y que Cien años no es mi libro favorito de él. Prefiero La crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera o el Relato de un Náufrago. Digo, no me desagrada la familia Buendía ni me aburrió en lo absoluto. Vaya es un buen libro, que en su momento me gustó mucho aunque nunca fue de culto para mí ni se me hace para tanto.
Bueno, la cuestión es que hoy al pasar por la sección de libros del Costco ví el típico ejemplar de la editorial Diana que tiene cualquier pinche librería de Hispanoamérica y me dije a mi mismo: Oye cabrón ¿Por qué chingados no tienes 100 años de soledad en tu librero? Porque cuando lo leí era un adolescente pobre que no tenía feria para comprar libros y el ejemplar de entonces me lo prestó una novia a la que SÍ le devolví el libro (No como el caso del Diario de un pendejo de Fernando Nachón, que más o menos a la misma edad me robé de casa de mi amigo Rodolfo)
La cuestión es que ahí voy a favorecer el culto al becerro de oro garcíamarqueano y ahí me tienes en la caja con el Cien años bajo el brazo y en este momento me siento el tipo más ordinario de este planeta. Muchos años después, frente a la cajera del Costco, Daniel Salinas había de recordar aquella tarde remota en que su novia le prestó un libro. Monterrey era entonces una aldea de un millón de casas calientes de cemento construidas a la orilla del Río Santa Catarina siempre seco que se precipitaba por un lecho de piedras mohosas y canchas de lodo, puercas y enormes, como huevos postmodernistas.

Centro de Rehabilitación

A veces he pensado con angustia ¿Qué haríamos Carolina y yo si tenemos un hijo y éste al llegar a la adolescencia se vuelve un culturoso teorreíco? Que horror-
Imagínense la angustia de dos buenos padres que han puesto todas las esperanzas en su hijo y éste al llegar a la adolescencia, víctima de algún trastorno de inseguridad, carencia de autoestima o simple necesidad de llamar la atención, decide transformarse en un artista multidisciplinario conceptual y fronterizo, dj beyondeado, y promotor contracooltural de lecturas de poesía moderna, cuya máxima aspiración en la vida sea conseguir una beca del Conaculta, aparecer en la antología de Gabriel Trujillo y ser aceptado como firmante en la lista de los que piden la libertad de Sifuentes y su compa. ¿Qué haríamos mi esposa y yo ante semejante caso de deshonra? ¿Cómo soportar ver nuestras esperanzas echadas por los suelos y sobrellevar la vergüenza de tener en la familia un espécimen así? Preocupado como estoy, he platicado seriamente con el Chango Manuel Lomelí sobre la posibilidad de fundar un centro de rehabilitación para culturozos y beyondeados
Es cuestión de sentarnos a analizar el proyecto y registrarlo como ONG para pedir recursos al Gobierno del Estado y hacerle ver al Gobernador Eugenio Elorduy el riesgo de que la juventud bajacaliforniana mal gaste su existencia promoviendo la contracooltura en cantinas de mala muerte y los dineros del ICBC en mesas redondas de escritores fronterizos. Dicho centro de rehabilitación tendría métodos estilo Cirad para desintoxicarlos a punta de tablazos y baños de agua fría. Posteriormente, una vez que el síndrome de abstinencia de contraccolturosez y beyondeo psyco sea controlado, los mandaremos a vender paletas a los camiones y cruceros y dar pláticas a las secundarias para exhortar a los jóvenes a dedicarse a un oficio de bien y no caer en las garras de semejante vicio. Dicho centro de rehabilitación aún está en proyecto. Se aceptan propuestas.

Thursday, May 13, 2004

Sobre los artistas multidisciplinarios comprometidos socialmente

El compromiso social de los artistas me genera repugnancia. De entrada porque dicho compromiso es por definición falso, pretencioso e hipócrita. ¿Qué es un artista comprometido? Un ser que transforma una causa en una baratija más para adornar su collar narcicístico. Para ser un artista comprometido, hay que actuar como Siqueiros, que se fue a la guerra civil española no a pintar murales sino a empuñar una ametralladora para acribillar fascistas. No creo que un artista fronterizo multidisciplinario y comprometido pueda hacer algo para detener el clavario de miles de migrantes, sólo por negarse a dibujar sobre la piedra artificial de un río seco. ¿Quieres comprometerte? Pues mínimo tírales unas buenas pedradas a los agentes de la Border Patrol o dona la feriecita de tus becas institucionales a los pollos que aguardan en el bordo el momento del cruce. Sin duda te lo agradecerán más que tus dibujos cancelados y tus protestas institucionales.

Me permito entonces citar al buen Fernando Pessoa:

Todo artista que da a su arte un fin extrartístico es un infame. Es además, un degenerado en el peor de los sentidos que la palabra no tiene. Es, además de esto y por esto, un antisocial. La manera de que el artista colabore útilmente en la vida de la sociedad a la que pertenece es que no colabore. Así ordenó la Naturaleza que hiciese cuando lo creó artista, y no político o comerciante.


Cambiando un poco de tema, he encontrado demasiadas respuestas en Pessoa últimamente. El poeta portugués, en su fase ensayística, aguarda en el altar de mi buró y sus palabras son la oración que antecede mi llegada a los principados de Morfeo. La lectura de Pessoa me ha hecho meditar bastante sobre los conceptos que tuve y que algunos aún tienen de la poesía. Alguna vez narré que en la adolescencia (en esa edad que uno comete tantas burradas) me dio por publicar ciertas cosas que yo llamaba poemas. Todos eran espontáneos desahogos vomitivos. Consideraba un sacrilegio el siquiera pensar en corregir uno. Bajo mi mentecato criterio, el poema tenía que reflejar la autenticidad del instante, el néctar de esa emoción única e irrepetible. Por eso dejé de escribir la pretendida poesía oscura. Sin embargo, el entorno está atiborrado de poetas iluminados que como el Váramo de Piglia, son capaces de concebir en una noche de sacra iluminación una Iliada y mil temporadas en el Infierno y solemnemente se hacen llamar poetas. Acuden estos iluminados a las presentaciones de libros de sus amigos, empapan sus gargantas con el vino más barato del supermercado que ofrecen los magros codos sus mecenas culturales y con voz perfumada, se permiten leer ante su siempre aburrida audiencia, ávida de sofisticación, malos licores y un poquito de atención. Los autoproclamados poetas, se permiten firmar cartas, manifiestos y declaraciones con su ilustre nombre al que agregan siempre su divina profesión: Poeta. Por supuesto, si hay reconocimientos estatales en su haber, no dudarán en incluirlos: Pongamos un ejemplo: Tarúpido Lameculo, poeta, premio de poesía Tandamandapio, artista conceptual y multidisciplinario de la plastilina, se pronuncia en pro de la liberación de los dos becarios culturales presos en las mazmorras de Andrés Manuel López Obrador. Ellos suponen que la sola mención de su dignísima, iluminada e inalcanzable profesión de poetas hará temblar a cualquier gobierno. Por fortuna existe mi amigo El Charquito que se toma el tiempo de leerlos y destrozarlos, estrofa por estrofa, burrada por burrada.


Y a propósito de las poéticas iluminaciones y para efectos de ponerle sabor al debate de la emoción vs técnica en la poesía, dejemos que sean los heterónimos de Pessoa quienes le agreguen calor:

Dice Fernando Pessoa que dice Ricardo Reis que dice Álvaro de Campos que la poesía es una prosa en la que el ritmo es artificial. Considera la poesía como una prosa que engloba música, de ahí el artificio. Yo, sin embargo diría más bien que la poesía es una música que se hace con ideas y por eso con palabras. Considerad que será hacer música hacer música con ideas en vez de con emociones. Con emociones haréis sólo música. Con emociones que caminan hacia ideas, que se agregan ideas para definirse, haréis canto. Con ideas sólo, contenido solamente lo que de emoción hay necesariamente en todas las ideas, haréis poesía. Y así el canto es la forma primitiva de la poesía porque es el camino hacia ella.
Cuanto más fría la poesía, más verdadera. La emoción no debe entrar en la poesía sino como elemento dispositivo del ritmo, que es la supervivencia lejana de la música en el verso. Y ese ritmo, cuando es perfecto, debe surgir antes de la idea que de la palabra. Una idea perfectamente concebida, es rítmica en si misma.

Y ya que andamos enpessoados, un par de citas contundentes:

Dividió Aristóteles la poesía en lírica, elegíaca, épica y dramática. Como en todas las clasificaciones bien pensadas, es ésta útil y clara; como todas las clasificaciones es falsa.

Un poema es la proyección de una idea en palabras a través de la emoción. La emoción no es la base de la poesía; es tan solo el medio del que la idea se sirve para reducirse a palabras. FP


Y bueno, como la gratitud antes que un deber es un privilegio, no me resta más que agradecer sinceramente al buen amigo PG Beas por el valioso préstamo de un atípico volumen de Pessoa llamado Sobre literatura y arte, en cuya lectura he estado enfrascado desde hace algunos días. Confieso que soy terriblemente quisquilloso para prestar un libro y por ello es que valoro tanto cuando alguien me presta un buen libro. Pueden estar seguros de que yo cuido un libro prestado como un hijo.

Wednesday, May 12, 2004

Para referirme a la proximidad de las campañas políticas, sería muy romántico decir que el cantar de los grillos se multiplica a mi alrededor. Que va, los grillos son capaces de arrullarme en las noches de primavera. Las rémoras de los candidatos en cambio se encargan de perturbar mi tranquilidad.
Lo que escucho es similar al gorgorear del guajolote en la víspera navideña, a la risa de la hiena, al grito de una puta sarnosa y sifilítica. Los parásitos de los partidos marcan mi número, me saludan en la calle, me hablan al oído. señal de que uno de los circos más repugnantes e indecentes toda comunidad humana está empezando a representarse, otra maldita vez, en Tijuana. La política, con sus bodrios solemnes sonriéndome desde el umbral de esas toneladas de basura que infestarán mi entorno en unos días, con sus frases memorizadas, su diseño de imagen a cargo de una profesional de la hipocresía y la mariconez, arrodillados ante su encuestocracia sacrosanta, repartiendo el pastel de nuestro Municipio en medio de una parranda.
Rémoras de la política, comunicólogos de los candidatos, escuchen: No se desgasten tratando de interpretar a que candidato estoy cargado. Todos me generan la misma repugnancia y todos me aburren horriblemente. En ese sentido soy muy democrático: Los desprecio a todos por igual. No tengo credencial bajacaliforniana así que no votaré y sólo deseo permanecer lo más ajeno posible a este nuevo ritual de tedio y sopor que se avecina.

Dicen que dice Shanghai Baby

La sombra de La Muerte se hace cada vez más densa con el paso del tiempo; entre tu vida actual y los sucesos del pasado siempre habrá sólo un cristal transparente-

Los besos de la mañana son húmedos y resbaladizos como peces que nadan en el agua-

El futuro era una trampa cavada en medio del cerebro

Y como polvo flotaba en el aire la insignificante cotidianidad, la esencia de la monotonía de la era industrial


Tuesday, May 11, 2004

Adiós a las flores

Jamás imaginé que las flores amarillas fueran a ser tan efímeras en Tijuana. Marzo se vistió con ellas. Todas las colinas del camino de Rosarito a Tijuana se pusieron sus mejores galas para recibir a la primavera. Pero las flores optaron por despedirse pronto. Respiraron las lluvias de abril y decidieron morir. Casi ninguna llegó a mayo. Hoy, el camino de Rosarito a Tijuana es otra vez color tierra.


Algunas frases rescatables de El cazador de tatuajes-

-El erotismo es también la pornografía domesticada, castrada, de la burguesía-

-El tango es al alma del hombre atormentado lo que el perfume francés al cuello de una mujer bella- J

- El pozo es una metáfora de lo oculto como el laberinto es una metáfora de lo indescifrable
- Pocas cosas me aterrorizaban tanto como la libertad. Pocas cosas son tan terribles como la libertad absoluta.

La sociedad de la información

Imaginemos a una doñita de que habita en un rancho donde no hay tele ni radio y donde ningún repartidor llega a dejar el periódico (que por lo demás serviría de poco, pues la doñita en cuestión, no sabe leer).
Esta doñita sabe, porque lo ha visto o porque gente muy cercana a ella se lo ha contado, que el papá del vecino se murió de una embolia, que los pollos del corral de Don Casimiro están naciendo gorditos, que el pozo de agua está por quedarse vacío y que las cosechas se las están comprando a un precio de miseria. Si tiene buena memoria, tal vez te pueda relatar los pocos crimines que se han cometido en el rancho en los últimos 50 años, las infidelidades matrimoniales, los hijos ilegítimos que han nacido por ahí y te puede dar santo y seña de los vecinos que han emigrado a trabajar a Estados Unidos. No sabe donde está Irak ni se ha enterado de los video-escándalos, pero todo el conocimiento de su entorno actual lo ha adquirido por experiencia propia. Es capaz de dominar su cosmos por conocimiento directo.
Imaginemos ahora un ejecutivo de bolsa, que carga su celular y su lap top hasta en el baño, en los que continuamente recibe informes sobre la situación de los mercados en Oriente, los nuevos atentados en Irak, que se conecta en juntas virtuales con sus socios de Londres y Singapur y te puede dar santo y seña del asesinato del presidente de Chechenia. Además, no se pierde el noticiero de la noche y recibe en su celular los resultados del torneo de golf de Malasia. Este hombre vive en un lujoso edificio de departamentos a donde sólo llega a dormir y tal vez nunca se entere que el niño del conserje que asea su edificio se murió de neumonía, ni se dará cuenta que las golondrinas que por años hicieron nidos en el techo del edificio han dejado de migrar por la contaminación y sabrá del crimen que se cometió en la esquina de su calle sólo cuando lo vea en las noticias. A diferencia de la doñita del rancho, el universo de este hombre informado se limita a las fronteras de una pantalla. La de la computadora, la de la tele, la del celular y el tablero de su carro. Jamás siente la lluvia ni el sol, pues en todos los lugares donde se encuentra hay aire acondicionado o calefacción, lo mismo en su oficina que en el gimnasio donde acude a hacer ejercicio.
¿Quién conoce más el mundo? ¿Quién tiene más conciencia de su microcosmos? Lo poco que conoce la doñita, lo conoce por sus sentidos. El caudal de información que posee el Ejecutivo, es todo producto de los medios. La sequía en el rancho de la doñita es absolutamente palpable. Los índices en la bolsa de Tokio que el ejecutivo sabe de memoria, pueden ser una absoluta mentira, un símbolo inexistente, falaz. El ejecutivo no posee nada. Desgraciadamente, la sociedad de la información, lo que significa la humanidad entera en el mundo ?civilizado? percibe el Universo a través de pantallas. Nadie le garantiza que su torre de información no sea una absoluta patraña. La doñita sabe que hay una tormenta en su rancho porque su piel está mojada. Lo que el ejecutivo sabe de la guerra de Irak es lo que el reportero, el editor, el director del medio y acaso el gobierno de Estados Unidos han decidido que sepa.

La gran familia

Mi reportaje sobre el nepotismo en el ayuntamiento panista me ha acarreado una buena cantidad de correos electrónicos. Algunos con felicitaciones, otros con reclamos. En fin, México es un país nepotista por naturaleza. Aquí los patriarcados y matriarcados son vistos como sinónimo de benevolencia. La ?gran familia mexicana?, esa institución sacrosanta, absoluta, ?tan perfecta como nuestra santa madre iglesia y nuestra guadalupana?. ?Es que en México tenemos valores familiares?, ?es que en México no somos unos desalmados como allá, aquí la familia cuenta?, nos dicen emocionadas las católicas doñitas. En México el hijo trabaja con el padre y espera su muerte para heredar su empresa. Si tu padre es un hombre destacado, estarás condenado a vivir a perpetuidad de sus dádivas y llevarás su nombre como un tatuaje. Nada más despreciable que el hijo de un político que siente una suerte de iluminación divina que lo consagra en destino misericordioso al ejercicio de la función pública. George Bush es el mejor ejemplo, pero aquí en Baja California estamos atiborrados de zanganitos iluminados.
¿Qué son los valores familiares que tanto promovemos? ¿Tener una suegra de 95 años viviendo a perpetuidad en la casa y orinándose en la cama? ¿Ser un bueno para nada de 30 años incapaz de tener independencia, que vive pegado a la teta de la madre y a la cartera de su padre? ¿Sentirte moralmente obligado a sacar a tus parientes de la bancarrota? ¿Forzar a que sean tus padres o tus suegros quienes se hagan cargo de la manutención de tu ?domingo siete? que tuviste por no usar condón? ¿Ser un hijo de papi a perpetuidad? ¿Un edípico incurable? En México no sabemos crear individuos. El individualismo es visto como un rasgo propio del egoísmo anglosajón. Por eso todo patriarca mexicano debe ponerle su nombre a su primogénito, para asegurar su propia eternidad y perpetuar la mediocracia en otro ser. Luego entonces, no debe extrañarnos que los funcionarios públicos metan a sus familiares en las nóminas públicas. En este país de juniors perpetuos ser individualista es visto como un sinónimo de desarraigo.
Pero créanme, es posible amar a tu familia sin necesidad de vivir en condición de focas amontonadas y honras más a tu padre y a tu madre en la medida que no eres una carga para ellos.


...y sin embargo...

Mucha gente me pregunta que hago aquí, en esta tierra, donde no tengo un solo familiar consanguíneo. Porque resulta que yo no emigré aquí en busca de trabajo, pues trabajo tenía. Tampoco en busca de un mejor futuro, ni de progreso económico. ¿Por qué entonces emigré a una tierra donde no hay futbol y prefieren la electrónica sobre el rock? ¿Por qué me autoexilié de tantas cosas y de tanta gente? Y sin embargo, soy feliz. Y sí, desde la lejanía yo amo sinceramente a mi familia.