Eterno Retorno

Wednesday, July 14, 2004

Más prólogos de libros que no existen

Los infinitos secretos que yacen en el fondo de una botella de Casillero del Diablo


La luz media del semáforo es de color ámbar. El nombre de mi amiga chilena exiliada en Los Cabos siempre me ha recordado ese color. Si una E cambiará por A, ese sería su nombre. Pero aún así encuentro similitudes. Amber María Aravena Sandoval es una luz que de un momento a otro se puede tornar verde y abrirte las puertas de su existencia para que descubras sus infinitos secretos. Pero en un minuto puede ser luz roja y su mirada fulminante bastará para arrojarte muy lejos de ella.
Suave ráfaga de viento y ojo de tormenta, Amber Aravena es un cofre de curiosidades.
La conocí hace unos años, un una playa desierta cercana a Loreto. Lo increíble es que en ese entonces, Amber jamás había ni por casualidad intentado escribir un testimonio sobre su vida.
Entre tragos de Casillero del Diablo hablamos de todas las cosas que pueden caber en la vida de una mujer que a los tres años de edad salió de su país escondida en la cajuela de un auto y que ha vivido siempre al borde de caer dentro del abismo de si misma. Amber contempla el mar, Amber bebe vino y su pluma sólo arroja confesiones a un imaginario psicoanalista que aún no puede desnudar su alma.

Encarnación Leydelmonte