Eterno Retorno

Monday, June 07, 2004

Por libros no paramos

Mi mujer me ha regalado Historia del tiempo perdido I, Por el camino de Swann, de mi compadre francesito Marcel Proust en una preciosa edición de editorial Lumen. Yo por mi parte le he regalado las Obras completas del señor Sigmund Freud. La verdad es que tenía un buen rato queriéndole comprar las obras del Sigmundo. Tres tomos tamaño tamalote en pasta dura que en total suman 4 mil páginas de puro psicoanálisis ranchero como diría el compa Nachón.

La fuente de Babel

Poner de acuerdo a un albañil, un plomero y un herrero que construyen una fuente en el patio de tu casa, es una labor de cabildeo diplomático mucho más ardua que la de un intérprete de la ONU que en tiempos de la Guerra Fría debía poner de acuerdo a los delegados de la URSS, Estados Unidos y China.
Carolina ha diseñado en su mente una fuente preciosa para nuestro patio. El modelo fue inspirado en la decoración del restaurante Se De Vino en Ensenada. El problema es que el albañil, el plomero y el herrero interpretan cada quien a su manera las sagradas escrituras y cada uno tiene su idea preconcebida, e inmutable al parecer, de lo que debe ser esa fuente. El albañil, el plomero y el herrero tienen egos tan grandes como el de un Dalí, un Nietzsche y un Miguel Ángel. Es imposible hacer que se pongan de acuerdo y ninguno acepta que sea otro quien disponga la manera en que se ejecutará esta obra, a la que estoy por bautizar como la fuente de Babel. Como música de fondo, los ladridos del Morris ponen sabor a esta sinfonía del caos y el desentendimiento, mientras el albañil, el plomero y el herrero afirman que su idea de fuente nace de una iluminación celestial y que los otros dos no tienen ni idea de lo que están haciendo.


Engordando el perro

El sábado recurrí a una ancestral y casi olvidada práctica de reporteo: La del cazador libre que sale a la calle con una cámara sin rumbo fijo, únicamente para ver que pesca. Hace ocho años, cuando era el novato de la redacción de El Norte con 22 años de edad, era muy típico para mí el desarrollar esas actividades. Creo que todo aquel recién llegado a una redacción debe pasar por ese proceso. En la redacción de El Norte, como en cualquier redacción del planeta, los grandes temas, los reportajes golpeadores y las fuentes perronas estaban copadas por los veteranos. A los jóvenes nos tocaba salir a la calle a buscar la noticia bajo las piedras. Baches, graffiti, casas abandonadas, doñas de colonia popular exigiendo servicios y vigilancia. Puedes salir a caminar por las calles de cualquier ciudad y siempre encontrarás miles de personas dispuestas a contar su historia, a quejarse, pedir ayuda y vociferar contra el Gobierno y tú traerás tus alforjas llenas de notitas condenadas a priori a refundirse en la página 10. Todo lo que traigas es bueno. El chiste en esos casos no es acaparar la portada sino engordar al perro. Confieso que sentí cierta nostalgia, algo así como un gusanito parecido a la felicidad al recordar mis primeros días de perreo, torciéndole el cuello al cisne, como dice el Gabo García Márquez. Hoy en día, y desde hace bastante tiempo, me da por creer que si aquello que escribo no será la portada del periódico, entonces ni vale la pena escribirlo. A veces creo que en este asunto del periodismo pasé muy pronto de ser un novato a ser un veterano. Como si no hubiera habido punto intermedio de madurez y consolidación. Ya he dicho que esto es adictivo, pero a veces me veo al espejo y me encuentro como si fuera un viejo heroinómano en cuyos brazos lacerados por tantos años de carrilla no hay piel disponible para otro pinchazo de emoción. Pero siempre, en algún rincón del alma, acabo por encontrar un último reducto capaz de emocionarse con el ancestral y adictivo deporte de torcerle el cuello a este cisne inmortal.


Nueva música

El pasado jueves recibí vía paquetería desde la Sultana del Norte, un regalo de mis padres. Se trata de un par de discos altamente recomendables que a lo largo de todo el fin de semana se han dado a la tarea de traer a carrilla las bocinas. Datsuns es una banda de la que había escuchado hartas recomendaciones pero a la que no se me había hecho escuchar aún. Ellos practican un Rock and Roll garagero, sucio y corrosivo, altamente recomendable. Digamos que suena un poco como las rolas más atascadas de Pixies con unos cuantos aderezos a lo Motörhead, Black Crowes y Strokes. Pero basta ya de odiosas comparaciones. Datsuns vale la pena por si mismo. Un rock and roll tan básico, de tientes punketos te puede perfectamente alegrar el sábado.
El otro disco que recibí es el doble de HamerFall en vivo en su natal Gotenburgo Suecia. One Crimson Night se llama el disco que incluye un concierto completito de los caballeros templarios de Escandinavia, más tres bonus tracks grabados en vivo desde Guadalajara Jalisco. Desde hace ya algún tiempo soy un fiel seguidor de HamerFall, sin duda la banda que practica hoy en día el Heavy Metal más ortodoxo, puro y fiel a su esencia. Todas las rolas tienen temática épica y medieval, basada principalmente en las leyendas de los caballeros templarios. Cuando escuchas a todo volumen rolas como Crimson Thunder y Templars of Steel se te enchina la piel y tu corazón se contagia por el espíritu de un guerrero templario que parte a las Cruzadas. Pocas cosas hacen tan feliz la vida como una canción que te toca el alma en el momento adecuado.