Eterno Retorno

Wednesday, May 19, 2004

Dagaísmo

Con agrado leo el poema Caballito de Juguete de Fernando Nachon (nachon.blogspot.com) El poema me ha hecho recordar un término que yacía sepultado en la fosa común de mi memoria
Recuerdo que en aquella lejana época en que incursioné a chapotear en los pantanos de los talleres de poesía (1992- 1993), mi amiga Mara Gutiérrez acuñó un término para definir nuestra inspiración poética (por favor, como si todos hubiéramos escrito igual) Mara proclamó a los cuatro vientos que nosotros escribíamos poesía daGaista.
La gente preguntaba ¿Dadaísta? Y Mara respondía ufana: No, nada que ver con Dadá, nuestros poemas (otra vez en plural) son como dagas, por eso son dagaistas. Cada que lees a uno de los integrantes del taller de poesía de la Universidad Regiomontana, es como si te estuvieras enterrando o desenterrando una daga.
Incluso en una lectura, Mara repartió dagas de papel a los asistentes. No cabe duda que el poema de Nachón ha hecho renacer la nostalgia por una época pretenciosa y divertida como pocas.

Por lo pronto, me permito plagiar el poema de Nachón-

CABALLITO DE JUGUETE

Puntos aislados. Fuimos perversos. Llenos de espejos
y con una máquina de escribir.
Nuestros cuerpos distorsionan el paisaje.
El paisaje. Trémulo: Mejor seducción en lugar de deducción.
Busco tus nalgas en la tarde.
Anclados, vivimos. Será Dadá, dadá. DADA.
La tarde no sostiene las palabras, ni el sol.
Recomposición, enigma, cruz de amores y periódicos.
Callado. ¡Quédate callado!
Todo hombre occidental caerá.
El oriental dudará. Dadá. Dadá. No hay dudas.
Las palabras hiladas se deshilachan.
Dadá. Dadá. Tenías razón. Hemos muerto.
Dadá. Dada . Vamos a bailar.
Tzara, eres muy simpático.