Eterno Retorno

Friday, November 28, 2003

Uno de tantos proyectos inconcluosos Había subido ya a Eterno Retorno?

El polvo, eterno aún en la piel de asfalto de la Rúabarrena, es la barrera contra el espejismo de la ciudad y su voluntad de borrar bajo la corteza del neón, su origen de arena.
La Rúabarrena no tiene memoria. No hay voluntad para el recuerdo y ni siquiera los viejos evitan naufragar en el aburrimiento contando historias de tiempos pasados.
Los años anteriores eran sed, deseo y búsqueda en la arena, eran lo más parecido a lo que llaman la Nada, el Silencio, la insignificancia pura de estar afuera, a la intemperie del caos, al margen del Imperio.
Dicen que los primeros llegaron en el invierno y lo hicieron huyendo, perseguidos por la sombra de estirpes malditas, arrastrando en la piel y el apellido el linaje de estafadores y putas.
Arribaron en silencio, hordas sin nombre buscando depredar el entorno e imponer su código de navajas a los más débiles, pero ahí no habitaban ni siquiera las sombras.
Parecían destinados a convertirse en fantasmas del desierto, ánimas desgraciadas sin un mortal a quien robarle el sueño. Estaban ahí, con el alma de sal y arena, famélicos y decrépitos como sus caballos, seguros de que ese paraje era el infierno que merecieron, el cadalso eterno al que los había enviado la justicia.
Arsenio Ragua fue el único de los Alacranes que prefirió el éxodo al sacrificio y por ello hasta las rameras le colgaron al cuello el signo de cobarde.
Los demás habían muerto maldiciendo, escupiendo a la cara de sus verdugos mientras reían, pero Ragua temió que el llanto y las ganas de orinarse lo traicionaran al sentir raspar la soga en su cuello y huyó, sin que ninguna de sus acompañantes creyera en sus anuncios de cruel venganza.
Ahí iban tras él mirándole con pena, tratando de enseñarle el regocijo de la peérene humillación, de aceptar con desparpajo la condición de alimaña y de buscar chupar sangre hasta de la piedra.
Tamara la vieja, reía en su cara y le repetía sin cesar que el banquete de la vida esta lleno de cobardes mientras que el de la muerte está reservado para la sangre guerrera.
Su hija Alicia, la joven de 14 años que llevaba en el vientre el hijo de Ragua, devoraba en silencio sus lagrimas e imaginaba en sueños al feto convertido en un monstruo de arena.
Rita y Aranxa, escondían entre sus pechos secos las botellas de aguardiente que lograron rescatar antes de salir huyendo y esperaban la caída de la noche para eternizar mientras se besaban, el sorbo de alcohol en sus lenguas.
Basilio el Cabaje, sentía hervir los navajazos que poblaban su rostro, mientras Lua, su mujer casi niña, fruto de los amores incestuosos de sus hermanos mayores, se preguntaba por la magia de ese mar tantas veces prometido.
Cabalgaban también Sarreno el jugador y Ginés Barba el cuatrero, Armonia Billar y Aldonse, la de la Ultima Danza, jurándose a si mismas que serían cortesanas en los mas altos balcones de los palacios imperiales.
Cabalgaban, rumiando su odio por saberse hermanados a la fuerza en la derrota y la cobardía, Ragua sin encontrar palabras que explicaran su renuncia al martirio y los demás, con el adjetivo de ladronzuelos, mendigos, sátiros y putas sarnosas, con una insignificancia que no los hacía siquiera merecedores del patíbulo, pensando que acaso en la orilla de aquel mar merecieran algo más que escupitajos, acosados por el miedo a la lanza envenenada de los indios cabajes y a la ráfaga furiosa de los soldados del Imperio.
Si en la Rúabarrena no existe memoria, menos la tuvieron en aquel entonces las huestes de Ragua, que pronto olvidaron cuantos amaneceres los sorprendieron desparramados sobre la arena con las bocas abiertas y cuantas lunas invadieron el opaco azul del cielo sin nubes mientras ellos se dirigían al Norte, olvidando por momentos que esperaban ver frente a sus ojos el mar y las cúpulas del Imperio.
Algunos de los más viejos Alacranes, entre ellos el padre de Ragua, habían pisado las playas y contemplado con sus ojos la grandeza de las torres recién construidas, en los tiempos en que se enriquecieron como mercenarios peleando contra El Imperio, pero aquello iba carcomiéndose de olvido cada noche y se confundía con los delirios de fiebre y aguardiente.
Por ello se creyeron ultimados por la demencia cuando aquella mañana de invierno se interpuso ante ellos esa basta estepa rugiente pintada de gris azulado y divisaron desde una colina, las siluetas de alcázares y fortalezas desafiando al sol.
El lugar estaba infestado por serpientes negras y cubierto por familias de magueyes que se extendían en el valle bajo las colinas.
Ahí, en medio del lugar donde unos magueyes formaban dos largas hileras paralelas, Ragua bajó de su caballo y arrojó su jorongo a la arena.
Al final de la hilera había una cañada que marcaba los límites del Imperio, vigilados por soldados que con cierta ironía observaban a los recién llegados oler la arena.
Nada parecía indicar que aquella tierra ardiente pudiera albergar en su seno semilla alguna, pero ahí estaba el océano y las cúpulas soñadas, ahí estaba el final de su mundo conocido, su destino, sin posibilidad de caminar sus huellas dejadas todos esos años en la arena.
Pero como larva en la carroña, se aferraron con las uñas a los magueyes y a la piedra, al escorpión y la serpiente, vivieron hermanados con la arena, bajo la mirada de los guerreros del Imperio que no sabían si debían abrir fuego contra esas sombras de bruma.
Se apearon junto a los magueyes, comieron su carne, sintieron su jugo, durmieron sobre la arena y soñaron cruzar la cañada para llegar caminando a invadir los palacios de cristal.

En una partida de ajedrez, el universo de movimientos imaginados pero no realizados, forma parte de la estructura del juego y es tan trascendente como aquellas jugadas que se concretan en el tablero. La teoría, bien se ha dicho, es plenamente aplicable a algunos libros, cuyo néctar se encuentra depositado en el corazón de las palabras no escritas. Quizá el ejemplo perfecto en literatura contemporánea sean las novelas de Mario Bellatín, que con admirable economía de lenguaje y diabólico juego de símbolos, dibuja en unas cuantas páginas los caminos más oscuros del espíritu humano. Hay algo de inquietante en la prosa de Bellatín, un presentimiento de estar frente a una naturaleza fantasmagórica que jamás es nombrada y que sin embargo es omnipresente en todo el relato.

Un ridículum autobiográfico- El periodismo es adictivo, peor de dañino para la salud que la heroína, pero como un vil tecato de la palabra escrita, no he aprendido a vivir sin él ni se vivir de otra forma.

Mi relación con los medios de comunicación inició el 18 de febrero de 1993 cuando por primera vez una entrevista hecha por mi fue transmitida en el programa radiofónico de futbol Tiro Libre.
Días antes, mi primo Héctor Medina y yo habíamos sido invitados a trabajar como reporteros en ese programa que se transmitía dos veces por semana en la radiodifusora regio-montana Stereo Siete.
En la radio la historia parecía tener prisa. El conductor de Tiro Libre tenía una agenda muy cargada y pronto nos delegó la conducción a Héctor y a mi. En el verano de ese mismo año, nos ofrecieron la conducción de un programa nocturno para estudiantes que se transmitía todos los días de doce a dos de la madrugada.
Durante los siguientes tres años vivimos desvelados, poniendo en la cabina toda la creati-vidad que quedara en las alforjas tras agotadoras jornadas de estudio y trabajo.
Por aquellos años, un grupo de compañeros y yo empezamos a editar una revista mensual que se llamó Bitácora y que pese a los números rojos que arrojaron los primeros tiempos, ha logrado sobrevivir hasta la fecha, ahora bajo el nombre de Común. Hoy en día todavía participo con esta publicación aunque sólo como columnista.
En 1996 terminé mis estudios universitarios y la experiencia en Bitácora me acabó de confirmar que mi vocación es la palabra escrita. Con mi cédula profesional de abogado en la mano, decidí ir a buscar trabajo en un periódico.
Debuté como reportero de la Sección Local del Periódico El Norte de Monterrey el jueves 5 de junio de 1997. A partir de ese día y hasta la fecha, cada pequeña o gran alegría, cada centavo ganado y cada arranque de ira se los debo al periodismo escrito.
De mis dos años en El Norte me llevo un rosario de anécdotas. Me gusta recordar cuando me convertí en taxista pirata por tres días para denunciar la protección de las autoridades a las mafias del volante. También recuerdo cuando el 19 de abril de 1998, una fotografía mía que mostraba unos soldados apagando un incendio en las sierras del sur de Nuevo León, fue seleccionada para aparecer en portada de El Norte y Reforma. Al día siguiente, mi emoción se fue a los suelos cuando encontré en portada una enorme fotografía de Octavio Paz. El poeta había muerto pasadas las diez de la noche y envió mi fotografía a la página dos. Nunca más he vuelto colocar una fotografía en primera plana.
Por misterios de la aleatoriedad que aún no acierto a explicar del todo, una tarde de febrero fui invitado a formar parte de la creación de un nuevo diario tijuanense que buscaría empezar a hacer una nueva forma de periodismo en esa ciudad. La propuesta de pertenecer a la generación fundadora de un diario me sedujo desde un principio, pero la decisión no era sencilla.
Fue la noche del domingo 21 de marzo de 1999 cuando tomé la decisión definitiva. Mi última nota en El Norte, lo recuerdo, fue una crónica sobre la consulta ciudadana que ese día llevó a cabo el Ejército Zapatista en todo el país Al anochecer mi decisión de salir y dejar mi natal Monterrey era irrevocable. La única alternativa era mirar hacia la península de Baja California.
Sólo hasta que estuve en Tijuana, pude darme cuenta que participar en la fundación de un periódico demandaría algo más que insomnios y sobredósis de buena voluntad.
Durante meses nos la pasamos haciendo y deshaciendo varias veces al día el que sería nuestro primer ejemplar.
La madrugada del domingo 25 de julio de 1999, congregados todos en la imprenta, vimos nacer el primer número de nuestro diario que nosotros mismos nos encargamos de encartar para ir después a repartirlo a las calles. Habíamos pasado meses planeando el primer número, pero ahora teníamos menos de 24 horas para elaborar el segundo.
Abrirnos paso en Tijuana no ha sido tarea fácil. Al momento de escribir este texto, celebramos cuatro años y medio de vida, consolidados ya como el segundo diario más leído de la plaza y cerca de poder arrebatar el primer sitio.
Es cierto, hemos recibido golpes duros pero las satisfacciones han sido más. Me he dado cuenta de que en odiosa comparación con Monterrey, hacer periodismo en Tijuana es una suerte de apostolado. La posición geográfica de esta ciudad la convierte en un mosaico de contrastes que no he visto en ninguna otra parte del país. En sus calles hay un mar de historias. Tristemente, también ha sido campo de batalla en las guerras del narcotráfico que tantas ocasiones ha salpicado de sangre nuestra portada.
Pero la mayor sorpresa que hasta ahora me ha deparado esta profesión, la recibí la noche del 14 de septiembre de 2001. Había concluído una semana particularmente complicada y cuando mi esposa Carolina y yo hacíamos planes para pasar la noche del Grito de Independencia en Ensenada , sonó el teléfono. Unas horas después ya volaba de San Diego rumbo a Nueva York y la noche del Grito de Independencia la pasé caminando por la Quinta Avenida en busca de un sitio económico donde hospedarme. Con recursos en extremo limitados, mi tarea sería buscar en cada esquina de la Gran Manzana historias de mexicanos que hubieran resultado afectados de una u otra forma por los actos terroristas. Nunca imaginé que encontraría tantos y tan desgarradores testimonios.
Particularmente intensa fue la noche del 28 al 29 de septiembre cuando enfundado en un traje de bombero entré por primera vez a la Zona Cero a caminar entre las ruinas de las Torres Gemelas, todo gracias al equipo mexicano de rescate Topos, que accedieron a inscribirme como uno de ellos y a quienes ayudé como pude en sus labores.
Una experiencia así, sirvió para confirmar una vez más mi deseo de seguir siendo periodista hasta el último día de mi vida. - Daniel Salinas Basave


Un poco de poesía orteguiana-

Las fronteras del cielo son abatidas
Sus límites revientan un aluvión de mar
La vorágine se desprende
rasga las sábanas

Cielo afuera
las alas se extienden

Viaje al pasado

Temprano en la mañana, acudí a dar un pago de nuestra casa a Plaza Patria. La promotora estaba cerrada pero para mi fortuna, el Libro Club estaba abierto. Me entretuve viendo libros y encontré So-ñar no cuesta nada, de mi tío Agustín Basave. Tengo el ejemplar en casa, pero no lo había visto en librerías de Tijuana.
Leí el texto que escribe sobre la muerte de mi abuela y sobre la casa de la calle Río San Juan en Mon-terrey. Tal vez es que ando en extremo sensible, pero el hecho es que el texto, que conozco bastante bien, me puso en extremo melancólico. De pronto me olvidé del entorno, de la hora y de los pendien-tes y estaba absorto, leyéndolo una y otra vez Ahí estaba mi cuerpo, en una librería de Tijuana, en medio de una ajetreada mañana, leyendo un texto que habla sobre una mujer andaluza con la que pasé toda mi niñez y que murió hace 18 años y otro en el que se describe una vieja casa que ya ha sido derrumbada, en la cual yo pasé mis primeros años de vida, pero mi espíritu viajaba lejos, a los lejanos años 70, a la Colonia Miravalle, al Río Santa Catarina- Por un momento volví al pasado. Fue algo como un hechizo. Uno nunca sabe cuando encontrará en una librería un boleto para viajar sin escalas media hora hasta el paraíso de su infancia.



Nuevo ejemplar de la revista Very Metal con Cd incluido por 50 pesos. Música de Cradle of Filth, Children of Bodom, Tierra Santa, Helloween, Apocalyptica, Overkill, Soilwork y Carpathian Forest entre otros. Altamente recomendable-


Behemot, banda de black metal radical procedente de Polonia, estará tocando en Vodoo House de Ti-juana el 13 de diciembre. Vale la pena ir. Paradójicamente, la tierra de Juan Pablo II es semillero de un movimiento black metal de lo más blasfemo y anticristiano. Más tocadas de estas en Tijuana por el bien de nuestras almas.


Por 35 pesos compré en Libro Club un ejemplar algo maltratado de Guerra en el Paraíso de Carlos Montemayor. Al llegar a la caja me salieron con que valía 150 pero traía pegado un precio que decía 35 y ahí tienen al reclamón # 1 exigiendo sus derechos y amenazando con denunciar a Profeco. Por supuesto, me respetaron el precio-
Por cierto, lo pido nuevamente: ¿Alguien me puede vender un poquito de tiempo para leer?

Por la desaparición de la cultura oficial
(Mi culta ponencia para traspasar fronteras)

A menudo la gente me pregunta qué pienso del poco interés y el bajo presupuesto que los gobiernos dedican a la cultura.
Se imaginan que yo responderé furioso que los gobiernos son insensibles y deberían destinar un di-neral a la cultura.
Pero se sorprenden mucho cuando respondo que a mí me parece demasiado lo que le destinan y que bajo mi opinión no le deberían de destinar un solo centavo.
No estoy bromeando ni estoy tratando de provocar o hacer enojar a la gente. Efectivamente pienso y sostengo que un gobierno no debe ni siquiera preocuparse por destinar recursos a la cultura. Ese no es su papel. Los ciudadanos, que los votamos (y los debemos botar cuando no sirven) y les pagamos su sueldo con nuestros impuestos, no los mantenemos para eso.
Teoría del Estado elemental: Un gobierno debe procurar el bien común de los ciudadanos y esa cosa que llaman cultura, no está, ni tiene razón de estar entre las prioridades de un ciudadano.
Les pongo un ejemplo muy elemental, el ejemplo de nuestra ciudad: El Instituto de Municipal de Arte y Cultura de Tijuana. Su directora Elizabeth Algrávez gana mensualmente 29 mil 382 pesos, datos que pueden ustedes constatar en la página del Ayuntamiento de Tijuana. Lo que verdaderamente resulta un escupitajo en la cara, es que un policía municipal, un patrullero de tropa, gane al mes 7 mil 415 pesos. Ya no digamos un empleado de limpia. Y yo me pregunto: a mi, ciudadano tijuanense que trabajo y pago impuestos ¿Cuál me es más útil para mi vida diaria?
No sé exactamente que haga un funcionario cultural ni a que se dedique. Ignoro en que invierte su valioso tiempo, pero un mínimo de lógica elemental me hace pensar que un agente de la Policía Mu-nicipal tiene un poquito de más chamba y con bastantes más riesgos. Vaya, en la administración de Jesús González Reyes han matado 10 policías que han muerto con el uniforme puesto combatiendo a la delincuencia. Sus familias quedan en el total desamparo. Y yo me pregunto: ¿Se tiene conocimien-to de un funcionario cultural muerto en el cumplimiento de su labor?
Aclaro, no tengo nada en contra de Algravez como persona. No la conozco ni he tratado en lo más mínimo con ella. Tengo todo en contra de la plaza que ocupa, sea ella u otro funcionario. El que sea. Si mi mamá fuera directora de un instituto gubernamental de cultura igual pensaría que está robando al pueblo y que su sueldo se debería emplear para pagarle decentemente a un policía. Como ciudadano considero que esa paramunicipal, al igual que muchas otras, debe desaparecer. De la misma forma que me pronuncio por la desaparición de las instituciones culturales oficiales de otros niveles de gobierno, como el Instituto de Cultura Estatal. El Instituto Municipal tiene 23 empleados y un presupuesto anual. Creo sinceramente que ese dinero se debe emplear para tapar baches, podar los pocos parques que hay en la ciudad, pagarles mejor a los empleados de limpia, a los jardineros, a los bomberos, a los policías. Lo mismo se aplica a esa agencia de colocación panista llamada Instituto de la Juventud, pero esa es otra historia de la que ya escribiré.
El propio alcalde Jesús González Reyes me lo dijo en una entrevista que causó controversia entre la comunidad cultural. Luego de autodefinirse honestamente como una persona inculta, Chuy me dijo que está decepcionado de como se maneja el mundo de la cultura. Primero la sucia grilla que giró en torno a la designación del titular del Imac y luego de la forma en que los artistas pelean recursos, pe-ro sólo para sus proyectos personales. -Me di cuneta que la cultura es puro pelear para la bequita, para mi libro, para mi exposición-, me dijo el alcalde en palabras grabadas. Estoy totalmente de acuerdo con él y lo respaldo.
Lo peor es que una paramunicipal está diseñada para funcionar como una empresa con capacidad de pagar recursos propios, pero hasta dónde yo sé, el Imac no se mantiene solo y vive de la ubre del pre-supuesto, siendo que podría ser autosuficiente. Un gobierno, eso sí lo creo, se debe preocupar por meterle una lana al mantenimiento de las bibliotecas, para lo cual no necesita un instrituto de cultura, pero nuestras bibliotecas municipales están para llorar.
Lo que me pone triste en verdad, es ver mi amada Biblioteca Benito Juárez que frecuento todas las semanas. La principal biblioteca de Tijuana, no tiene baño disponible para el público, sus computadoras son de risa, y su acervo es en extremo limitado, aunque hay ejemplares valiosísimos (en esa biblioteca pueden encontrar Roberto Artl, literatura gótica de la editorial Infernaliana, toda la colección de Vuelta, el Adan Buenosayres por poner sólo unos ejemplos) Yo soy un visitante asiduo de la Biblioteca, he pasado ahí largas horas y me deprime su estado.
Ahora sí que como en juguemos a cantar, si yo fuera Presidente... lo siento mucho, pero eliminaría los apoyos oficiales a la cultura. Tijuana y México necesitan muchos barrenderos que limpien sus puer-cas calles, jardineros que poden sus maltratados jardines, escuelas para formar carpinteros y albañiles. Necesitamos policías que combatan la delincuencia, bomberos bien pagados que apaguen los incendios que nos dejan estos vientos santanosos, no premios de poesía, no becas para zánganos inspirados. Quiero una ciudad limpia y con parques, una ciudad segura y con fuentes de em-pleo, no con poetas y artistas conceptuales que de nada nos sirven. Esos se dan solitos como la mala hierba, no hay que formarlos en talleres. ¿Quieren escribir? ¿quieren publicar? Pues bien, hagan como Erika, la doñita que vende sus libros de poemas afuera de Palacio Municipal. Ella paga de su bolsa las ediciones, se toma el trabajo de venderlas en la calle, suda la gota gorda y al final gana dinero. Loable labor en verdad. Ojalá pueda yo un día ver a un escritorzuelo de los premios estatales poniendo un centavo paga pagar su libro o trabajando en la calle para venderlo. Y siento decirles que Erika ha vendido muchos más libros que cualquier poetucho maricón que acude a inútiles y desangeladas mesas redondas a traspasar fronteras y drogarse en público. DSB

PD-Esta es la opinión del ciudadano Daniel Salinas Basave usuario de la Biblioteca Benito Juárez, no del periodista, así que ni empiecen a joder con que el periódico donde trabajo quiere golpear a la cultura Cuabndo lo publique en el periódico, entonces sí me reclaman . Esta es y será mi opinión como ciudadano. El día en que como periodista me ponga a investigar y publicar cuánto dinero se malgasta en la cultura no ha llegado y los becados de la cultura deberían orar porque ese día no llegue, así que por ahora agradezcan a su dios que estoy muy ocupado con las mafias del naftaleno y los coyotes del Infonavit.

Thursday, November 27, 2003

Los cuervos del Pacìfico

Hay una tensa calma en el entorno, la quietud que antecede a las grandes tempestades. Todo el dìa ha soplado en Tijuana un viento helado, picoso.
Por ahora nada fuera de lo comùn, ningún alimento sòlido para la paranoia que intentan sembrar ciertos personajes.
Hasta ahora puros correos electrónicos de gente que me sugiere que me vaya un rato de vacaciones, que me cuide, que esos gueyes son mafia, unos hijos de puta consumados. La verdad creo y prefiero creer que exageran, que no es para tanto. Otros gueyes me han estado escribiendo para darme tips. Dicen que aunque la bodega està vacìa y abandonada, los depósitos subterráneos estàn llenos de naftaleno y otros me dicen que han dejado de cruzar por Tijuana y se fueron a las aduanas de Tecate y Mexicali. A todos ellos gracias por su información, pero yo agradecerìa mucho que fuera con nombre y apellido. Carajo, nunca en mi historial he echado de cabeza a una fuente que me pida anonimato, no se porque se ocultan, no se porque tanto misterio. Al igual que todos mis colegas de Frontera, firmo mis reportajes. Les pongo Por Daniel Salinas, pues según dicen en el pueblo asì me llamo. La firma va con todo y el correo electrónico para recibir mentadas de madre. Yo no se porque estos sabios denunciantes que tan enterados estàn de tejes y manejes se niegan a decir su nombre.
Por ahora sòlo he notado una cosa rara. Desde hace varios dìas hay unos cuervos negros rondando por la casa. Por las mañanas, a eso de las 6.30, cuando saco a pasear al Morris, escucho sus graznidos y entonces los veo, parados sobre los balcones de las casas. Cuervos grandes, negrísimos. Un supersticioso podría decir que esas aves fungen como heraldos de los infortunios. A mì en lo personal me gustan mucho esos pàjaros, me identifico con ellos. Mi maldita vibra Poe esperando escuchar un graznido que suene a Nevermore.
Agradezco a todos su enorme solidaridad. Siento buena vibra en este espacio bloguero. Un abrazo a todos ustedes. Es extraño, aunque conozco personalmente a poquísimos blogueros, empiezo a sentir un sincero aprecio por esta comunidad sui genereis a la que leo todos los dìas.
A manera de breviario cultural, les dirè que en este momento escribo desde el Palacio Municipal de Tijuana, desde la improvisada sala de prensa a donde vine en compañìa de mi colega Said Betanzos a cubrir el II Informe del alcalde Jesús Gonzàlez Reyes. Una cobertura burocrática, aburrida como ella sola, dirìase antiperiodìstica. ¿Què puede haber de noticioso en el Informe de un político?
La nota ya està escrita, ya sabemos lo que informarà, las obras que presumirà, los mensajes duros contra los empresarios que lo acusan de ser corrupto, y el reconocimiento de que la inseguridad sigue siendo el lastre de Tijuana y no han podido combatirla. El Palacio està atiborrado de Policías y uno que otro soldado, pero no hay ni una pinche protestita en los alrededores que le ponga calor a este asunto.


Las Memorias

Ayer pasè toda la mañana en Las Memorias, una casa hogar para enfermos de VIH Sida ubicada en el marginal Barrio de La Morita.
Hacìa bastante tiempo que tenìa deseos de hacer ese reportaje que saldrà publicado el 1 de diciembre Dìa Mundial del Sida, pero confieso que lo que encontrè me sorprendió bastante.
Imaginaba que entrarìa a un sitio lúgubre, oscuro, deprimente, algo asì como un leprosario silencioso. Imaginaba la vibra de la novela Salòn de Belleza de Mario Bellatin, pero no fue asì.
La gente que vive en Las Memorias tiene huevos de sobra y ganas de vivir. No se sienten desdichados ni acomplejados y ni por casualidad intentan causarte làstima.
En el lugar, una casa bastante precaria ubicada en un callejón de tierra, hay televisión, música, puertas y ventanas abiertas, la gente habla en voz alta y hay sobre todo muy buena vibra.
Platiquè con algunos enfermos, pero sobre todo con uno llamado Miguel Ángel, de 31 años, quièn accedió a contarme su vida.
Al igual que la mayorìa de los 27 internos que hay en este momento en la casa, Miguel Ángel fue adicto a la heroína, aunque el sostiene que el Sida se lo pegò una morra y no una jeringa.
El virus es mi mejor amigo, me dijo Miguel Ángel. Tienes que hacerlo tu mejor amigo. Si te empiezas a llevar mal con èl, a hacer como que no existe o a dejar que te tumbe entonces sì te llevò la chingada.
En cambio, si te llevas bien con èl, te acuerdas que te tienes que tomar tu cocktail de medicinas retorvirales sin falta tres veces al dìa, haces ejercicio, comes bien y haces planes para el futuro, entonces el virus puede ser tu amigo, me dijo Miguel.
El me habla de sus hijos, de sus planes para el futuro y aunque le faltan algunos dientes y la enfermedad se refleja en su rostro, tiene demasiadas ganas de vivir.
Cuando no hace mecánica o artesanìa, se dedica a pegarle a una pera de box.
Es cierto, en Las Memorias tambièn hay gente muy jodida, literalmente en los huesos, agonizante, con manchas en la cara y que ni siquiera puede hablar.
Pero hay bastantes como Miguel Ángel a los que le sobran ganas y huevos para vivir. Lo que màs les caga es que la gente trate de mantenerlos a distancia, que sienta asco de saludarlos de mano, de tocarlos, cuando es una estupidez pensar que la enfermedad pueda contagiarse de esa forma.
Soy una persona como tu, me dijo Miguel Ángel. Tu tambièn te vas a morir, de eso puedes estar seguro, tarde o temprano. Yo tengo una enfermedad pero voy a tratar de vivir todos los años que me sea posible.
Al medio dìa me invitaron a sentarme a ver el futbol. Jugaba Real Madrid contra Olympique de Marsella. Hablamos del golazo de Beckhamm, de la endiablada precisiòn de Zidane, del cañòn de Roberto Carlos, del oportunismo de Ronaldo, disfrutando de la Copa Europea como todo hombre de bien que sabe apreciar el buen futbol y de pronto olvidè que estaba sentado en un sillòn con cinco enfermos terminales de Sida que dependen de un carìsimo medicamento retroviral para tratar de alargar su vida.
Una buena experiencia. Creì que saldría de ahì listo para escribir una historia oscura y angustiante y salì cargado de buena vibra.

Lo que la madre le oculta a Ferdinand....

La madre le tiene una ciega confianza a su propia lengua. Está consciente que ni en la peor de sus borracheras la ha traicionado. Por ello sabe que depende solamente de ella el seguir administrando sus secretos y tiene plena seguridad de no haberle contado nunca que además de la nieve con vodka, le gusta dar fumadas a una marihuana buenísima, olorosa y aceitosita que Engracia, su cocinera, le consigue quién sabe dónde.
Tampoco le ha contado que para matar el aburrimiento en las tardes de entre semana, el mejor remedio es el niño Macario, el hermanito de Cirilo el jardinero.
Hace varios meses que Cirilo le trae al niño, todos los martes y los jueves sin falta. Macario tiene 13 años, la piel color caoba y los ojos de venado en alerta.
Le gusta ser ella misma quién lo desnuda, aunque últimamente le da por ordenarle que se suba a la mesa y se quite la ropa mientras le baila.
Doña Helena, vodka en mano, se pasa las horas contemplando el cuerpo tenso del niño que se ba-lancea torpemente sobre la mesa de mármol de la sala. Le gusta mirar sus nalgas morenas, de redon-dez firme y las piernas nervudas, correosas. A veces se queda dormida. Otras, lo llama junto al sillón y acaricia ese falo de hombre que emerge tímido entre la indefinida pelusa de niño.
Doña Helena adora ese silencio inquebrantable, ese rubor extremo que se transforma en algo que no sabe si es miedo o excitación, cuando ella, con sus arrugados dedos repletos de anillos, empieza a fro-tarlo lentamente y sólo hasta que siente el calor de la leche resbalar por el dorso de su mano escucha de labios de de Macario un débil gemido que es hasta ahora, lo único que sus cuerdas vocales le han regalado.

Lo que Ferdinand le oculta a su madre...

A veces a Ferdinand le gustaría abrirse de capa y contarle a mamá todas sus cosas. El dulce cosqui-lleo que le invade aumenta su intensidad en la medida que es más cochina su confesión, pero aún oculta demasiados secretos de su pasado y presente.
Ya no le inhibe describir la hermosura de un hombre ante su madre ni platicarle que José Nabor, el indio yaqui, la tenía de toro en celo.
Pero le sigue ocultando que cuando se retira a encerrarse en su habitación, luego de dejarla borracha e inconsciente al cuidado de las sirvientas, siempre dedica al menos media hora a ver el mismo video hard core. Una película cuyo nombre ignora y que trata sobre unos boys scout perdidos en un bosque en dónde se dan gusto celebrando orgías. Compró esa película hace tres años y desde entonces le gusta verla todas las noches. Repite una y otra vez la escena de un rubiecito adolescente, ojos azules, expresión de niño inocente, que es violado por un par de negros grandulones que le arrancan el traje de scout y lo arrojan de espaldas a la hierba. Nunca se ha aburrido de la escena, que suele mirar, con un vaso de Chivas en las rocas que antecede al valium y medio que conjurará su insomnio. A veces, pero sólo a veces, Ferdinand se masturba frente a la pantalla y es entonces cuando jura y perjura que su semen huele a gasolina-


En el cielo nocturno, en la oscura mirada, buscar, que tu grito encuentre el desgarramiento y el pavor del último sueño, volver de hielo la caricia reptante y sucumbir, embriagarme de lodo hasta sangrarlo. DSB

Gerardo Ortega Ortega es el único poeta que he conocido en mi vida. Ahí va una probada para empezar a oler la tierra del Nuevo Reino de León-

Hay una lucecita que cada dos semanas
baja muy lentamente
de la cima del cerro de la Silla

Hay otras tres antenas
que parpadean cada dos segundos
en el Mirador

Hay trece mil
quinientos camiones
que repiten sus huellas
cada tres y hasta cinco horas

Cuánto tiempo habrá que esperar
para que el cielo se decida
a llover de nuevo






“Paisaje árabe
Luna regiomontana
reloj del Roble”.
Genaro Huacal

Había escrito esto alguna vez?

...y en un lugar del Pacífico (las otras memorias de Zicatela)


Lo poético sería abrir la puerta dando licencia al irreductible vicio de retornar pisando las huellas. Y es que ha sido este mismo Océano, de rugir crónico y sonrisa traidora, el que me ha obsequiado más de una anécdota de delirio y muerte. Fue este mismo litoral, algunos pasos al sur y un buen número de instantes en retrospectiva, quien me ha visto más de cerca copulando con la muerte y le concedo altas probabilidades de ser el testigo final de nuestro contrato definitivo. Para rajarle de una vez el cuello a la metáfora y ponerle nombre a las cosas, no queda más que confesarlo: sí alguna vez opto por el suicidio, elegiré a las aguas del Pacífico para invocar (una vez más) a mi muerte.
El carácter peninsular del entorno me impide parir sueños, pues mis relatos fantásticos no consiguen tan altas dosis de alucinaje como para describir una mesiánica caminata sobre estas aguas. Es decir, sería por demás bucólico imaginar que camino sin descanso por este litoral y pensar que si lo hago hacia el sur llegaré algún día a Tierra de Fuego y hacia el norte hasta el Estrecho de Behring.
Cuando camino hacia el sur, mis pensamientos son irremediablemente retrospectivos y filosóficos y suponiendo (sin conceder) que mi cuerpo inmaterial atravesara los filosos acantilados y los impenetrables feudos de gringos jurásicos, toparía con las pintorescas rocas de Los Cabos y mi atea incredulidad me impediría seguir caminando sobre el agua. Cuando camino hacia el norte mi meditar es terrenal y materialista y suponiendo (también sin conceder) que mi cuerpo (una vez más inmaterial) traspasara el óxido de esa barda y la mirada omnipotente de los guardianes del Imperio, podría hacer la ruta inversa de los primeros pobladores de América y llegar algún día a Alaska. Si empiezo a caminar por el litoral sonorense, acaso un día llegue hasta Chile (el canal panameño lo cruzaré a píe) y es precisamente por ese litoral por donde debo caminar si acaso quiero pisar las huellas de mis citas con la muerte y mis incursiones clandestinas en artificiales edenes.
En fin, lo único que me queda claro es que el Pacífico me ha dolido, me ha hecho delirar y embarrarme de cielo, me ha regalado pavor y porciones de fuego infernal. Bien podría sumergirme lentamente en cada una de esas huellas y sin duda daría con el tatuaje rojo que en algún rincón del subconsciente me dejaron.
- Mazatlán ¿1982? Sal en los pulmones y la mano de mi padre, liberándome de la ola, me arrancó el placer de morir a los ocho años.
- Acapulco 1989- El retorno a la furia en nube burguesa y un cariñito de la muerte mientras perseguía peces multicolores.
- Puerto Escondido- Zipolite 1991- Neuronas sobrepobladas de cheneques, ríos de mezcal, unos labios rasposos y un rostro que no conseguí dibujar. Nudismo prefabricado, mi demonio de la guardia y yo únicos responsables de la improbable salvación. Pájaros e iguanas testigos presenciales de todos mis pecados.
- Acapulco 1992- Viernes Santo en el Infierno. Satanás en mi piel y todas las pesadillas de la humanidad en mi frente. Promesa de no retorno.
- Puerto Escondido 1993- Un improbable salvavidas de Mar del Plata me regaló un ticket para pasear en el paraíso. La muerte me dio su abrazo más emotivo y la mano de un ladrón me convirtió en pordiosero por un día.
- San Francisco 2000- Tentación de saltar del Golden Gate y dormir en Alcatraz. Viento navaja. La muerte estaba de vacaciones o en algún retiro espiritual.
- Tijuana 2001- Gaviotas, helicópteros, desvarío e irresponsabilidad y un viejo fotógrafo que me habla en inglés. Ya no hay nombres sobre la lamina, solo el infructuoso Alto al Guardián. ¿Seré yo el encargado de inducir mi nueva anécdota?
- Los Cabos 2002- El Pacífico sodomiza a Cortés y entre rostros de rubios demonios inmortalizados en los muros de una cantina en el muelle, creo haber dado con el santuario perfecto para mi despedida.
- Hacienda del Mar 2003- Últimamente veo más cuervos negros que gaviotas-

- DSB



Narrativa de probeta, espermatozoides literarios prófugos de aburridos onanismos danzan en la llanura de esta pantalla. La búsqueda es siempre infructuosa, el epígrafe perfecto habita en el cementerio donde yacen los brazos de mi alma. DSB

Tuesday, November 25, 2003

Alerta roja

Hoy a las 10:14 de la mañana, recibí un correo anónimo. Jamás he querido hacer de Eterno Retorno algo más que un espacio para divertirme y desahogarme, pero en esta ocasión, por razones de seguridad, me permito reproducir algunas de las cosas que se me han advertido. Es una forma indirecta de protegerme a mi mismo y hacer partícipes a los lectores de este espacio de lo que está pasando. Si algo me sucede, habrá hedor a naftaleno- El correo llegó de manera anónima firmado por -uno más- 003@hotmail.com. Lo reproduzco de manera íntegra en su primera parte:


Es usted una persona muy valiente y como periodista se le debe reconocimiento y por ello nos referimos a su articulo publicado el día 24 de Noviembre en su periódico titulado “TRAFICAN COMBUSTIBLE”.
Le decimos que es una persona valiente ya que ese reportaje afecta de manera seria intereses económicos cuantiosos superiores al millón de dólares mensuales. Los cuales se distribuyen en un sin fin de personas de todos tipos, comenzando por supuesto por el dueño de las Gasolineras Gasmart, continuando con altos funcionarios de Gobiernos Municipales, Estatales, Federales, Secretaria de Hacienda, Pemex, Profeco, Profepa, Procuraduría General de la Republica, Agencias Aduanales y también medios periodísticos y periodistas de radio, prensa y televisión inclusive.
Le recomendamos que tenga usted mucho cuidado: Primero porque van a intentar sobornarlo, si es que no lo intentaron ya, Segundo: van a tratar de desprestigiarlo, Tercero: van a tratar de intimidarlo y Cuarto: existe la posibilidad de que intenten per-judicarlo físicamente.
Manejan crimen organizado, se ufanan del control de las autoridades, sobornan como mafiosos, amenazan como mafiosos y dañan como mafiosos, son mafiosos.
Si de algo le sirve le pasamos más información:...Y ahí le paro yo con la reproducción del mensaje.

El resto de la información me la reservo, pues me puede ser útil para continuar mi investigación. Sobre la primera hipótesis del mensaje anónimo debo decir que es absolutamente cierta: Efectivamente, trataron de sobornarnos- La segunda también lo es: Hicieron lo posible por tratar de hacer creer que teníamos un interés extra periodístico en perjudicarlos.
La tercera, no anda nada errada: Con su muy particular estilo me hicieron ver que si esta madre se publicaba nos podría ir muy mal. La cuarta aún no se hace realidad. Todavía no llega nadie a romperme la madre o a matarme, pero se muy bien que no les faltan ganas de hacerlo. Repito, esto no es cualquier mamada. Nunca en más de un año que llevo con este espacio cibernético me había puesto a hablar de mi trabajo y espero no tener que volverlo a hacer nunca, pero ahora lo tengo que hacer. Hacer pública esta situación y ventilarla reduce los riesgos. Por lo pronto, estoy esperando la primera señal para poner una denuncia de hechos ante la PGJE y denunciarlo ante la Sociedad Interamericana de Prensa.
Señor empresario gasolinero, debes recordar una cosa: Sólo hemos publicado la mitad de nuestro material. Aún no publico tu nombre ni el de tu compañía ni las fotos que la involucran directamente. Contra esas fotos no hay vuelta atrás. Hay todavía muchas fotos guardadas, que irán a la imprenta en el momento mismo en que me suceda algo. Hay mucha más información, otras imágenes, otros nombres que yo ya escribí y entregué a los responsables de esta redacción.
Sí, yo se que a raíz de este reportaje tuvieron que parar la importación clandestina al menos por ahora y ello les representa una terrible pérdida económica, pero su compañía aún no sale manchada. Las fotos que tenemos en al arsenal serían suficientes para tirarte miles de clientes. Mejor no apuntes tus armas, pues basta aplastar un botón para activar las nuestras.
Y ante todo, te pido que me dejes en paz. Sabes bien que hago esto por pura y simple pasión periodística. Sí, ya se que el deseo periodístico es muy mal negocio: te llenas de enemigos y no tienes ninguna ganancia material, fuera de la satisfacción de ver concluido un buen trabajo hecho con todas las de la ley y en cancha reglamentaria. Yo jugué limpio. No gano un centavo más ni un centavo menos con ello, aunque tu mentalidad empresarial de ganar- ganar, te impide creer que en esta vida hay actos que obedecen al puro deseo de ejercer con dignidad un oficio y no a un negocio.
Pero te lo repito una vez más: No tengo nada personal en contra tuya, ni de tu familia ni de tu empresa. Mientras ejerza el periodismo, escribiré todo aquello que sea noticioso, interesante y útil para nuestros lectores, sea sobre ti, sobre tus competidores o sobre cualquier persona o institución de este mundo.
Cuando ejerzo mi oficio yo no tengo amigos, ni enemigos, ni prejuicios, ni miedos y lo seguiré ejer-ciendo mientras este vivo. DSB

Bueno, pues ya es oficial: El próximo 26 de diciembre estaré viajando a Monterrey- Tiempo para ver a la familia, convivir un rato con ellos, constatar que el tiempo ha pasado, que hemos crecido, cambiado y que la existencia sigue teniendo mucha prisa por llegar a alguna parte.



He leído en los blogs de PG Beas y Rafradro constantes referencias a un tipo que se llama Corcobado y cuya música, aunque usted no lo crea, yo aprecio muchísimo.
Conocí a Corcobado por Carolina, quién me hablaba maravillas de él. La cuestión es que este señor suele sonar en nuestras bocinas en noches de vino y nostalgia extrema, generalmente cuando la carrera dionisiaca lleva más de una botella descorchada.
El disco con los Chatarreros de Sangre y Cielo es por mucho mi favorito. Cancines como La Ladrada del Afilador, Chatarra de Sangre y Cielo, La Libertad es la Cárcel más Grande, Mueve el Vientre con Dolor. Y de otro disco me pasan Jugador, Puta, Getsemaní. Corcobado es para mí sinónimo de embriaguez extrema y nostalgia punzante y ya nomás de acordarme de él me dan ganas de escucharlo. Sin duda será el invitado de honor a compartir la próxima botella de Casillero del Diablo.


Entre la provocación del hambre y la sobreexitación del odio, la humanidad no puede pensar en el in-finito.
La humanidad es como un gran árbol lleno de moscas que zumban irritadas bajo un cielo tempestuoso y, en medio de ese zumbido de tedio, no puede oírse la voz profunda y divina del Universo- Jean Jaures, Sobre Dios-

Homo scriptor- A.M.

El conocimiento de los escritores es nocivo: Un poeta- dijo Keats, es la cosa menos poética del Mun-do. En cuanto uno conoce personalmente a un escritor al que admiró de lejos, deja de leer sus obras. Esto es automático.

A lo mejor sí- A.M.

Pero lo poco que pudiera haber tenido de escritor lo he venido perdiendo a medida que mi situación económica se ha vuelto demasiado buena y que mis relaciones sociales aumentan en tal forma, que no puedo escribir nada sin ofender a alguno de mis conocidos, o adular, sin quererlo, a mis protecto-res y mecenas, que son los más.

Porque usted lo pidió, Eterno Retorno le ofrece en exclusiva la reseña oficial y completa del concierto más brutal y extremo del año, no apto para fans del nü metal, el happy punk y basuras similares.

Por Daniel Salinas

Una devastadora e inclemente tormenta decibélica fue lo que se vivió la noche del viernes en el 4&B de San Diego cuando Slayer, Arch Enemy y Hatebreed recetaron el concierto metalero más potente que se ha vivido este año en la región.
Con boletaje agotado desde semanas antes, estas tres bandas dejaron muy claro que la escena meta-lera goza de buena salud y puede prescindir del aparato publicitario de los medios comerciales.
Eran las 19:00 horas y la horda headbanguera comenzaba a ingresar al lugar, cuando una banda de hard core llamada Bad Acid Treep se subió al escenario para ir calentando los músculos y oídos de los asistentes.
Pero fue hasta las 19:45 cuando apareció sobre el escenario la primera gran bestia noche: Arch Enemy que arrancó sin piedad con “Silent Wars”.
La energía y agresividad de la cantante Angela Gossow, una rubiecita alemana chaparrita pero con una voz de demonio enfurecido, se contagió de inmediato a los asistentes.
Y es que tras esa voz potente se encuentra la perfecta sincronía de las guitarras de los hermanos Amott y el bajeo del señor D¨Angelo.
Para cuando la banda interpretó Burning Angel, We will Rise y Dead Eyes, See No Future, ya había una buena cantidad de headbangueros haciendo mosh frente al escenario.
Lo que fue una verdadera lástima fue el poco tiempo que duró Arch Enemy arriba del escenario, pues esta banda sueca tiene la capacidad y el repertorio suficiente para ser cabeza de cualquier cartel.
Antes de las 20:30 horas, Arch Enemy se despidió de la concurrencia con “Ravenous” dejando el am-biente más que caldeado para seguir con la tormenta.
Alrededor de las 20:50 horas, la pandilla más radcial de New Haeven Connecticutt, Hate Breed se trepó al escenario para obsequiar casi una hora de brutalidad extrema.
A diferencia de Arch Enemy, Hatebreed no derrocha virtuosismo a la hora de ejecutar sus instrumentos, pero ello lo suple con una potencia y una brutalidad que se contagia.
Temas clásicos como Call for Blood y Burial for the Living y algunos de su nueva producción Rise of Brutality como Altar of Justice, fueron los responsables de un slam demencial.
Pero el plato fuerte, el verdadero demonio viviente de la noche, estaba apenas por llegar; unos minu-tos después de las 22:00 horas, las luces se apagaron y se escucharon las angustiantes voces del intro Darkness of Christ, antes de que Slayer saliera al escenario arrancando de forma machacante con la devastadora Disciple.
Kerry King, Dave Lombardo, Tom Araya y Jeff Hanemann emergieron entre el humo rojo mientras el auditorio se fundía en un solo grito: God hate´s us all.
Apenas hubo un breve receso de unos segundos en que Araya preguntó a la concurrencia: “¿Están lis-tos para la guerra?” y la respuesta inmediata fue el inicio del clásico War Ensamble.
El recorrido de Slayer incluyó un viaje al pasado con sus temas At Down They Sleep, Necrophiliac, Hell Awaits y Fight Til Death, pero también hubo lugar para temas de su última producción como God Send Death y la ultra hardcorera Payback.
Momentos particularmente intensos del concierto fueron los temas lentos como Mandatory Suicide, el riff denso e infernal de South of Heaven y la macabra Dead Skin Mask, canción dedicada al asesino serial de los años cincuenta Edd Glenn.
Mientras Lombardo aporreaba sin piedad la monstruosa batería, el mosh y el slam no bajaban su in-tensidad y frente al escenario se veían largas cabelleras que contrastaban con una considerable can-tidad de blancas cabezas rapadas.
Pasadas las 23:00 horas, llegó lo que parecía ser el final con el sin duda más esperado himno de bata-lla: Angel of Death, el tema dedicado al médico nazi Joseph Mengele con el que la banda pretendió despedirse del escenario.
Pero los gritos del público exigiendo el regreso fueron tan fuertes, que Slayer retornó al escenario, no para recetar una cancioncita de pilón, sino todo un álbum entero y no conste que no cualquier álbum; La banda obsequió completito y sin interrupciones el Reign in Blood, sin duda la más valiosa joya de la historia del metal extremo.
Piece by Piece, Necropchobic, Altar of Sacrifice, Jesus Save, Criminally Insane, Reborn y Epidemic fueron ejecutadas sin cortes ni respiro alguno, destacando la precisión de Lombardo en la batería, instrumento fundamental del Reign in Blood.
Tras una pequeña pausa, Araya anunció la despedida con el demoledor cierre de su obra maestra: Postmortem y Raining Blood que sonaron como un auténtico bombardeo nuclear.
Casi a la media noche, la horda metalera salía lentamente del bar hacia las fías calles del centro sandieguino con el espíritu inflamado de la que ha sido sin duda la noche musicalmente más extrema del año.

Monday, November 24, 2003

Escribe atinadamente Jaime Chaidez en torno a una mierda de grupillo que hace poco visitó la monumental de Playas: - Es la enésima representación de una banda que le tiene tomada la medida a la cartera de sus víctimas, una fuente que no se agota aunque el agua sea insípida- La oportuna frase de Chaidez es aplicable per-fectamente a toda la música pop. Esa agua insípida, ñoña y contaminada seguirá brotando por litros, pues siempre habrá un millón de puñetas sin crite-rio dispuestos a ahogarse en ella.
¿Qué pensarán los maquiladores de estrellas baratas al ver que una banda como Slayer tiene puros conciertos sold out en su gira? Ese atajo cagadores compulsivos de basura musical popera desprecia al metal y lleva muchos años proclamando su muerte. Pero el metal no necesita a MTV ni a las mierdozas estaciones de disque rock para vivir y rugir. Que si lo inn es el pop, que si el happy punk (que cosa más odiosa) que si el indie (qué chingados es el indie por cierto?), que el tecno- pop y derivados del resumidero. A la mierda. Ni los veo ni los oigo como dijo mi tío Carlitos de los perredistas. El metal brilla con luz propia y se mantiene con su propia sangre. ¡LIVING FOR METAL¡



A veces sucede que en Tijuana no se mueve una hoja del árbol. Pero cuando yo escribo un reportaje hard core, tengo la mala suerte de que el día de su publicación ocurren trancazos noticiosos que anulan o aligeran la intensidad de la reacción. Hoy, para mi mala suerte, cayeron nueve pistoleros de los Arellano Félix, uno de ellos, por cierto, debe 20 muertes. Por obvias razones, esa es nuestra portada, pero de otra forma, hubiera sido el seguimiento a mi reportaje del tráfico de combustible, que ahora va en segundo plano.
En fin, me hubiera gustado que esta captura se diera en cualquier otro día, en una de esas jodidas tardes en que nos la pelamos horriblemente para encontrar un tema digno de nuestra portada. Y lue-go, en días como hoy, se nos amontonan y de paso aligeran el tema de las pipas naftalenosas.



Las ofertas de libros me han agarrado de los huevos- Ayer, en la Comer de Rosarito compré un tamalón de obras de H.P. Lovecraft tamaño directorio telefónico-
Hoy, dando el rol por la Comercial de Plaza Río pepené el Sangre Fría de Capote, Movimiento Perpe-tuo del buen compa Augusto Monterroso y Animalitos de Dios de Lázaro Covadlo cada uno por 29 pesos.
Por cierto, Baile con serpientes y El Arma en el hombre, ambas novelas del escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya están a 20 míseros pesos. Y pensar que yo las compré hace unos años en 150. Altamente recomendables para quién le quiera entrar. Puros plomazos, de a muerto por página.
No puedo quejarme. Tengo un chingo de libros para leer, pero hay un pequeño problemilla ¿Alguien podría venderme un poco de tiempo para leerlos?


Nuevo disco- Blind Guardian Live- En este preciso instante en mis audífonos. Disco doble con 22 rolas en vivo del Guardián Cegatón en la gira mundial del 2002, la misma para la cual tenía yo mi boleto para el 14 de diciembre en San Diego y que se suspendió ese mismo pinche día por un accidente carretero. Mierda, aún no supero el trauma de haberme perdido ese concierto.
El Guardián suena poca madre en vivo, bien limpiecito y el ambiente bien europeo. Suenan particularmente chingonas Welcome to the Dyng, Into the Storm The Bard Song, The Script for my Requiem (misma que escucho en este instante) y Punishment Divine, Valhalla. El Guardián Cegatón es una banda que me pone en un estado poca madre. Bien buena vibra, puro power metal épico. La vibra que me transmite Blind Guardian es muy distinta de la vibra que me transmite Slayer. Los Slaytanic es agresividad y odio en estado puro. El Guardián me inspira sentimientos de poema épico. Músicos muy finos, mucha armonía en voces e instrumentación, en fin, ahí va al rato la reseña. Por ahora me sigo deleitando.

Sostiene Salinas Basave
(Bitácora del fin de semana)

Por wanabe Antonio Tabucchi

Sostiene Salinas Basave que las ráfagas de helado viento que soplaron el fin de semana no fueron capaces de congelar su espíritu. Por el contrario, parece ser que estos invernales aires, cuya intensi-dad se multiplica cuando se vive, como es el caso de Salinas Basave, en el litoral del Pacífico, fueron capaces de contagiarle cierta vibra navideña que se tradujo en una serie de materiales acciones el domingo por la tarde-

Viernes Slaytanic Ritual

Pero no nos adelantemos. Como dijo el carnicero, vámonos por partes. Sostiene Salinas Basave que el viernes por la tarde, apenas terminó de redactar la venenosa calumnia política que algunas veces tiene a bien elaborar, salió desbocado de la Redacción con destino a la vecina ciudad de San Diego California. Sostiene que la fila que hizo para cruzar la frontera fue mínima y antes de las 6:00 de la tarde, ya estaba parado en la puerta del 4&B con su boleto en mano y luego de que un guardia negro esculcase dentro de sus negros ropajes para cerciorarse que no trajera consigo armas de fuego u objetos punzo-cortantes, ingresó dentro del bar. Sostiene Salinas que aguardó por espacio de media hora me-rodeando por el sitio y evaluando la posibilidad de comprarse una camiseta, antes de que una banda de punk hard core llamada Bad Acid Treep saltara al escenario. Nada trascendente le dejó dicha agrupación en su estado de ánimo, sostiene Salinas. Apenas un poco de ruido de calentamiento.
Otra cosa sucedió cuando a las 19:45 horas saltó al escenario una banda llamada Arch Enemy, agru-pación originaria de Suecia, que según sostiene Salinas Basave, es de su absoluta predilección.
La cantante de Arch Enemy, una joven alemana de rubios cabellos y muy chaparrita, se llama Angela Gossow y sostiene Salinas Basave que contagia una energía sin igual. Con gritos furiosos y una agre-sividad gutural, que según sostiene Salinas Basave, envidiarían muchos deathmetaleros del sexo mas-culino, esta joven germana fue capaz de poner en punto candente este movimiento oscilante de cabe-za y greñas que algunos tienen a bien llamar headbangueo.
Silent Wars, We will Rise, Dead Eyes See No Future y Burning Angel, son los títulos de algunas de las melodías que interpretó esta agrupación mientras Salinas Basave agitaba frenético su cabeza y arro-jaba su humanidad contra los cuerpos de otros asistentes. Sostiene Salinas Basave que quedó más que satisfecho con la actuación de Arch Enemy, que bajo su opinión, ellos solos hubieran valido todo el boleto y sostiene que no se cansaría de escucharlos, aunque no deja de ocultar su inconformidad por lo reducido del tiempo que estuvieron en el escenario.
Sostiene Salinas Basave que para mitigar la sed que le generó el ajetreo propio de esa danza enloque-cida, tuvo a bien beber unos vasos de cerveza Samuel Adams y se sentó en las gradas del teatro mientras tocaba una banda de nombre Hatebreed, que sostiene Salinas Basave, no es de su agrado.
Tan cómodo se encontraba bebiendo cerveza en las gradas, mirando como otros se molían los huesos en medio del mosh, que Salinas Basave llegó a tener la ocurrencia de quedarse ahí sentado a escuchar con oídos críticos a la agrupación estelar, una banda de nombre Slayer, demonio sagrado de las hordas metaleras. Pero apenas se apagaron las luces y se escucharon las voces de ese intro titulado Darkness of Christ sostiene Salinas Basave que sus endorfinas y neuronas se pusieron en punto de ebullición y se dio cuenta que por nada del mundo podría permanecer sentado bebiendo cerveza mientras Slayer toca en un escenario así que bajó presuroso hasta estar frente al escenario justo cuando Tom Araya gritaba GOD HATE US ALL y Kerry King desgarraba las cuerdas de su guitarra en perfecta sintonía con los golpazos que Lombardo le azotaba a la batería.
Sostiene Salinas Basave que Slayer tuvo a bien deleitarlo con piezas como War Ensamble, Mandatory Suicide, Dead Skin Mask, God Send Death, Pay Back, South of Heaven, At the Down They Sleep, Hell Awaits, Necophiliac, todo ello mientras su agitaba su cuerpo y cabeza como un poseso arrojándose con furia contra otras mil almas que se agolpaban contra el escenario golpeando enardecidas a toda figura moviente. Sostiene Salinas Basave que nunca en su vida había visto tantos skinheads juntos y que comprobó de primera mano las versiones en el sentido de que Slayer es una de las bandas que tiene entre sus fanáticos más hordas de fieles nazis que los siguen a todas sus presentaciones. Sostiene que al final del concierto, Slayer recetó Angel of Death, canción dedicada al médico nazi Joseph Mengele y que para su absoluto beneplácito, al terminar dicha pieza siguieron en perfecto orden con las otras nueve canciones que conforman esa obra maestra llamada Reign in Blood de las cuales Postmortem fue la que más le motivó y recargó su espíritu de infernales energías. Sostiene Salinas Basave que terminado el concierto retornó a casa con el espíritu en santa paz, con el cuerpo molido por tanto slam y headbangueo y con la absoluta seguridad de que acudirá a rituales metaleros mientras Satanás le de vida.

Sábado ? Holly hueva

Sostiene Salinas Basave que despertó tarde aquella mañana. Su esposa Carolina había preparado café y estrenaron en la cama una nueva charola especial para comer en sus aposentos.
Sostiene Salinas Basave que aquella mañana hubo sexo excelso, amena conversación y un paseo al parque acompañados por un simpático perrito maltés llamado Morris. Sostiene que estuvieron largo rato acostados sobre la hierba del parque de Hacienda del Mar contemplando la inmensidad del Pacífico que aquella mañana lucía un nítido color azul turquesa. Soplaba un viento frío y el cielo estaba despejado. Por la tarde, sostiene Salinas Basave, Carolina y él tuvieron a bien dedicar un poco de su tiempo a arreglar el jardín delantero de su casa. Sostiene que no fue indiferente al desarrollo de la última jornada del torno regular del futbol mexicano y sostiene (esto último elevando la voz) que está feliz de ver su amado equipo, los Tigres de la Universidad de Nuevo León, terminar como superlíde-res del torneo y sostiene (esto lo hace cruzando los dedos y tocando madera), que serán los futuros campeones derrotando en la final a unos felinos menores llamados Pumas de la UNAM.
Sostiene Salinas Basave que al atardecer bebió una botella entera de vino blanco Santa Helena, chileno de origen y que se deleitó riendo con las ocurrencias del Mono Mario. Cansado como estaba, es de esperarse que se durmiera temprano, aunque lo pesado del sueño no le impidió escuhar a un viento furioso y gélido azotar contra le ventana del balcón.


Domingo de Pino

Sostiene Salinas Basave que despertó a las 8:30 de la mañana con recargadas energías y que a inicia-tiva de su esposa Carolina, se dirigieron a Playas de Tijuana para comprar un árbol navideño mismo que fue colocado en el techo de su camioneta, misma que condujo con enorme cautela por la carretera escénica ante el temor de que el árbol en cuestión acabara rodando en el pavimento.
Sostiene Salinas Basave que retronaron a casa sin contratiempo alguno y que subió al techo de su ca-sa con la idea de colocar foquitos navideños alrededor de toda la vivienda.
Sostiene Salinas Basave que tomó de la casa vecina una endeble pero alta escalera de madera, hechiza e insegura que se balanceaba al contacto con el fuerte viento.
Sostiene Salinas Basave que llegó a temer que la escalera se viniera abajo, pero al final llegó al techo de su casa, colocó clavos en toda la parte frontal y posteriormente acomodó los foquitos navideños.
Terminada esta labor, sostiene Salinas Basave que contempló el horizonte y comprobó una vez más que el Pacífico se mira imponente desde el techo de su casa, por lo que retomó la idea de acondicionar el lugar con sillas y un asador para en un futuro no muy lejano pasar amenas tardes de vino, metal y botana absortos en la bucólica contemplación del Océano. Pero debió abandonar el desvarío en tornos a esos futuros proyectos para concentrarse en algo más inmediato, pues sostiene que la longitud del cable no era suficiente para poder conectar los foquitos.
Sostiene Salinas Basave que descendió del techo y se dirigió a la hermana república de Rosarito a comprar un par de extensiones de 10 metros cada una en la Comercial Mexicana, pero llegado a la tienda se encontró con un libro de obras de H.P. Lovecraft, de más de 650 páginas a la irrisoria can-tidad de 69 pesos y ni tardo ni perezoso lo llevó con él.
Sostiene que retornó a su casa cuando caía la tarde y era noche cerrada cuando volvió a subir al techo utilizando la endeble escalera.
Sostiene Salinas Basave que soplaba un helado viento y que no sin problemas logró conectar la extensión y hacer encender las luces que brillaron hermosas en la noche.
Sostiene Salinas Basave que una vez terminada esta labor, procedió a ayudar a su esposa a colocar en la sala el pinito de Navidad y posteriormente a adornarlo con esferas rojas y doradas, listones de todos los colores y artefactos varios.
Sostiene que invirtieron más de dos horas en adornar el árbol mientras botaneaban ensalada de cangrejo y escuchaban un disco de los Rolling Stones, seguido, a petición de Carolina, de un ejemplar de canciones navideñas a cargo de los tres tenores Domingo, Carreras y Chafarotti.
Sostiene que cuando se fue a la cama estaba aún más molido que cuando salió del concierto de Sla-yer, que se durmió casi enseguida y soñó que vagaba por una calle de Sidney o Melbourne.


Hedor a naftaleno

No me gusta hablar de mi trabajo en este espacio. De hecho la intención de este blog es liberarme de la sobredosis de periodismo y no la de reflejar mi vida cotidiana dentro de este estresante oficio, pero en esta ocasión, como mera medida precautoria, me permito aclarar que el reportaje que publico esta mañana en la portada de nuestro diario, es el producto de muchas semanas de investigación de campo, paciente vigilancia y sabuesa búsqueda.
Confieso que nunca antes había recibido tantas presiones externas para no publicar un reportaje. Por ahora, lo confieso, únicamente lanzamos medio misil. El resto del arsenal fotográfico de mi colega Omar Martínez aquí está bien resguardado y lo arrojaremos cuando consideremos pertinente.
No estoy exagerando, no estoy alucinando, no estoy paranoico, pero lo que publiqué esta mañana no son mamadas y no quedará sin consecuencias. No suelen preocuparme las reacciones negativas de la gente que me llevo de encuentro con mi trabajo: Políticos llorones, empresarios amenazantes, de-mandas por difamación que me hacen los mandados, retiros de publicidad que no me perjudican en lo más mínimo, cartas aclaratorias insultantes, una que otra injuria y paren de contar. Pero la mafia del naftaleno no son mamadas. Embarró las manos de mucha gente en Aduana, PGR, Profeco y Pemex. Una gallina de los huevos de oro, un negocio que por lo menos tuvo que parar sus actividades a consecuencia de este trabajo.
Y es que sepan ustedes teorreícos de mierda, que mientras sus culturales cabecitas deciden el futuro de la literatura del Noroeste en sus desangeladas encuentros de poetas maricones y firman manifies-tos y ensayos que nadie leerá, el trabajo que elabora un periodista suele, si es bueno, tener consecuencias, destruir o trastornar negocios de miles de dólares, hacer rodar cabezas de funcionarios o quitarles el sueño a muchos corruptos, cosa que jamás hará una publicación literaria contracultural. Y ello no suele quedarse así. Las notas periodísticas generan reacciones a menudo negativas y esta será dura, no queda duda. Aparentemente todo está tranquilo, pero hay gente que está en verdad enchilada. Por cierto: ¿Fue casualidad la renuncia del administrador de la Aduana? Solo me resta señalar que si algo sucede, no habrá vuelta de hoja ni tendrán que buscarle mucho: Habrá un espantoso hedor a naftaleno.