Eterno Retorno

Friday, October 24, 2003

Am I Demon?


La Parranda de la Santísima

La Santísima Muerte llegó a la cantina y pidió un mezcal Gusano Rojo. Se tomó el primer vasito sin dar siquiera una chupada al limón embarrado de sal y chile. Después pidió otro, lo vació de hidalgo y exigió el tercero, luego el cuarto, el quinto y el sexto. Los limones intactos. Ni siquiera tocó la botana. Después del sexto vasito, la Santísima tomó su guadaña y se puso a bailar sobre la mesa. No hubo necesidad de rockolla o mariachi. Ni siquiera un músico bajofondero que le hiciera segunda. La Santísima se puso a cantar a capela y su aguardientoza voz se diluyó en la oscuridad de la noche.
Ayer la Santísima Muerte agarró la parranda en Tijuana. Un parrandón de aquellos y aunque esta fiesta lleva muchos años sin bajar su intensidad, la borrachera de ayer sí fue para volver loco hasta el más canchero cazador de nota roja. Seis muertos hubo en Tijuana el jueves 23 de octubre de 2003, fecha en que me tocó hacer guardia en el periódico. Encajuelados, encobijados, levantados y para cerrar con broche de oro la fiesta de la Santísima, un policía ejecutado. La radiofrecuencia de la Municipal parecía una demente esquizofrénica gritando al vacío. Por si fuera poco tuve que ir a investigar el caso de un camión que presuntamente había sido secuestrado por un baje de droga.
A las 10:00 de la noche, cuando estaba parado frente a un cadáver encalzonado con visibles huellas de tortura en su piel fofa, con la cabeza envuelta en una bolsa de plástico negra, arrumbado a un lado de un oscuro camino vecinal en la vieja carretera a Tecate, recordé que la mañana de ese día de seis muertos la inicié desayunando cifras alegres con el procurador de Justicia Antonio Martínez Luna y remojando en un café con leche sus comentarios optimistas sobre la inseguridad en Baja California. Que paradoja; El señor Procurador vino puntualito a desayunar con el Consejo Editorial del Periódico. Sus palabras fueron de confianza, aliento, buenos pronósticos en el combate a la delincuencia. Pero en Tijuana la Santísima estaba otra vez de parranda. Seis muertitos nada más, y eso por no contar otro par de heridos de bala que aparecieron registrados en el parte de ayer. Quiero creer que el Procurador es un buen hombre y siento que está haciendo un mejor papel que sus antecesores, pero la realidad es que poco o nada podrá hacer para frenar la matazón. Cuando en Tijuana la tormenta de balas amaina por unos cuantos días no es consecuencia del trabajo de las corporaciones policía-cas. Sucede simplemente que las armas respiran y dejan de vomitar un momento su fuego redentor antes de continuar con la tormenta de plomo. Cuando la Santísima quiere agarrar la parranda como ayer, no hay poder policíaco ni humano que pueda detenerla. Con el de ayer son 10 policías muertos en la administración de Chuy. Puedo escribir desde este día las palabras que pronunciarán el alcalde y el secretario de Seguridad en el sepelio de mañana. Alto a la impunidad, todo el peso de la ley, justicia a las familias. Se dispararán salvas al aire, sepultarán al agente José Luis Torres Luna en una humilde tumba y dentro de dos meses su familia estará prácticamente pidiendo limosna, pues la administración municipal no es capaz de garantizar un futuro a los desamparados parientes de quién como Torres Luna sirvió once años a la corporación y murió baleado al intentar detener a unos secuestradores.
El aliento de la Santísima Muerte podía respirarse anoche en el aire. Era como si mi nariz percibiera el olor de la sangre que aún no se ha derramado, la que se derramará esta noche, este fin de semana la de estos seres que en este momento están bebiendo una cerveza y comiendo unos mariscos y que dentro de unos días estarán envueltos en una cobija arrumbados en un baldío. La sangre de los que en este preciso instante, tal vez a unos metros de aquí, están siendo torturados y martirizados a punta de batazos. Aquí, en esta misma atmósfera tijuanera que no se define entre la niebla perpetua y el viento de Santana, flotan los pensamientos y los sueños de la próxima víctima, del próximo iluso que no pagará a tiempo el gane de mota, del madrina ministerial indiscreto, del sicario que desparramará el cuerno de chivo, del reportero de guardia que tecleará una insignificante nota de cuatro párrafos donde se hablará de un hombre ejecutado envuelto en cobijas, encontrado en un terreno baldío, en cuyo cuerpo se apreciaban evidentes huellas de haber sido objeto de cruel tortura y cuya identidad no ha sido aún confirmada por la Policía Ministerial. Pan nuestro de cada día en la nueva Tijuana. Escribir la nota sobre un ejecutado es algo tan de trámite como escribir la nota del desayuno de un político- ( Por Daniel Salinas

El cadáver de un hombre fue encontrado ayer por la noche a un costado de la carretera Camino Viejo a Tecate en la colonia La Arboleda.
Vecinos del lugar reportaron el hallazgo a la central de la Policía Municipal minutos después de las 20:00 horas.
El hombre muerto estaba semidesnudo cubierto únicamente por un calzón y tenía la cabeza envuelta en una bolsa de plástico.
En el cuerpo de piel blanca podían apreciarse huellas de tortura y tenía pegados pedazos de cinta adhesiva en las piernas.
Vecinos del lugar señalaron que el cuerpo debió ser arrojado ahí necesariamente después de las 19:30.
Hasta el cierre de esta edición el personal de la Dirección de Periciales aún no identificaba el cuerpo.)

Esta nota se repetirá de manera casi íntegra varias veces durante la próxima semana. Cambiará el lugar y la hora. Lo demás será idéntico.
Sin haber sido nunca un reportero policíaco, me he acostumbrado demasiado a ver muertos.
Y la Muerte, la Santísima Muerte se transforma en algo que de tan cotidiano le agarras cariño, como a ese tío borrachón que se empeda en tu sala. La Santísima está ahí, omnipresente, mirando el ocaso desde su mecedora, jugando arrancones en la Vía Rápida, fumando mota bajo los puentes. Imagino a esta Muerte tijuanera como la Muerte del Luto Humano de José Revueltas, como la Muerte de El Desbarrancadero de Fernando Vallejo. La imagino llena de humor negro y cantando con voz de Chabela Vargas, palmeándote el hombro en medio de una cantina, tomando tu mano en una noche nublada. Muerte, Santísima Muerte, tan buena comadre, tan fiel consejera ¿Qué te da por agarrar tan seguido la parranda? Mira que ya hasta se me está antojando pedirte un trago de tu botella de mezcal.

La Casa de la Niebla

Carolina y yo vivimos en la mismísima Casa de la Niebla. Hacienda del Mar es el lugar dónde nace la neblina. Los amaneceres son fantasmagóricos, envueltos siempre en mantos impenetrables que apenas te permiten ver unos metros adelante. Que decir de las noches. Hoy en la madrugada, manejendo por la carretera libre a Rosarito, ni siquiera las luces altas podían irrumpir en ese muro de fantasmas que bajó a cubrirnos. Y ahí íbamos, a vuelta de rueda, sin ver nada al frente y a los lados, siguiendo tan solo la inercia del pavimento, mientras tarareaba en la mente Strange Highways de Dio. La madrugada apestaba a mar y a sal, mis ojos se cerraban de cansancio, mi cabeza estaba atiborrada de espectros. El Pacífico es un rumor, una deidad omnipresente que se oculta bajo la eterna estepa de nubes y no sabes si tras ese muro de gases se oculta un monstruo o un abismo o un inmaculado más allá dónde puedes hablarle de de tú a las bestias marinas que poblaron la cabeza de los antiguos marineros, esas mismas criaturas que susurran en mi oído en las noches de insomnio e inundan el cuarto con su aliento que huele a océanos ancestrales. Y cuando la caricia del sueño va desbaratando poco a poco los falsos castillos racionales, puedo sentir en mi rostro el vaho de labios de sirena y fauces de serpiente marina. Y todo este alucinaje se atiborra en las neuronas de un ser que habita junto al Pacífico Norte y cuya casa permanece oculta en un caparazón de niebla.

Viejo periodismo y periodismo ejecutivo

El periodismo de vieja escuela me deprime. El estilo ejecutivo me encabrona- ¿No existe una tercera opción?
Los periodistas de vieja escuela tienen la culpa de que este oficio esté tan devaluado, pero los periodistas ejecutivos tienen un pequeñito problema: ni siquiera tienen alma de periodista, pues son ante todo empresarios.
Los periodistas de vieja escuela son entes rascuaches con delirios de grandeza que funcionan como rémoras carroñeras de los políticos.
Los periodistas ejecutivos son solemnes tecnócratas globalifílicos con delirios de mojigato neo con-servadurismo.

Aquí va una descripción muy genérica de estos dos modos de hacer periodismo- Debo confesar que yo me formé dentro de la catedral del periodismo ejecutivo, cuyo domicilio está en Washington y Zaragoza, pero basta salir un poco a la calle a un evento político para ver a los fósiles vivientes de la vieja escuela- Leyendo las aventuras de Saúl Faundez, reitero que uno tiene que tener aunque sea un poquito de viejo periodista, mínimo la sagacidad, el olfato y el cinismo- Pero si te da por ser un viejo periodista por toda la eternidad acabas transformado en un zopilote de siniestros ministerios y mal olientes cloacas policiales. En fin, ahí va mi descripción. Nada personal, conste-

El viejo periodismo- A los periodistas de vieja escuela los delata su desparpajo. Suelen vestir mal y oler peor. Los desayunos de grupos políticos son su paraíso y es el universo en el que se mueven como peces en el agua. Consideran que la nota de primera plana debe ser siempre la declaración de un político. Los viejos periodistas jamás pagarán un desayuno o una comida de su bolsa, pues consideran que para eso están los políticos. Su siempre magra y jodida cartera solo se abre en la madrugada, cuando ya están demasiado pedos para que les duela el codo. En Tijuana los viejos periodistas conducen, irremediablemente y por designio divino, un carro chocolate con placas de California. Sue-len poner en un lugar muy visible algún viejo gafete o una credencial que los identifique como prensa con la que se sienten con derecho a estacionarse en cualquier parte e infringir cualquier norma de tránsito. Les gusta coleccionar acreditaciones de giras presidenciales y elecciones de hace más de 10 años. La regla de oro de su escuela es que el ultra miserable sueldo que reciben en los viejos periódicos para los que trabajan, se compensa con chayotes, regalos y aportaciones diversas de parte de funcionarios de baja ralea y comandantillos corrientes. Por supuesto y también por regla general, los viejos periodistas siempre tienen entre la segunda división de la política uno o varios clientes a los que les hacen chambitas, llámese boletines, fotografías o siembra de grillas diversas. Son por naturaleza marchantes rastreros de publicidad barata y casi todos sueñan con experimentar, al menos alguna vez en la vida, con un pasquín chayotero que a lo máximo llegará a los tres ejemplares de vida. Los viejos periodistas fuman como chacuacos y beben alcohol barato. Casi siempre son mujeriegos, aunque suelen enamorarse de esperpentos y caen seducidos por marranas de calendario. Pese a que se han pasado la existencia con una vieja cámara al hombro, jamás les ha pasado por la cabeza tomar una foto creativa. En sus noches de nostalgia, los viejos periodistas suelen añorar las vacas gordas del idilio priista. Gregarios por naturaleza, les gusta crear asociaciones y decir que pertenecen a un gremio. Por regla general pronuncian aiga y cercas. Sus días más felices son las pedas y posadas invitadas por funcionarios y candidatos. Lo más triste de todo es que los pobrecitos se sienten importantes y creen que en verdad son el cuarto poder, aunque no ejerzan el poder ni en su cuarto (muchos viven arrimados con sus suegras por cierto). Por si fuera poco, tengo la ligera sospecha de que algunos viejos periodistas tienen piojos deambulando en sus despeinadas cabelleras, siempre tan rebosantes de cebo.



El estilo ejecutivo- A los periodistas de estilo ejecutivo los delata su corbata, inseparable compañera que permanece a su lado cual soga atada al cuello o eterno grillete que certifica su perpetua esclavitud.
Los eventos empresariales son su territorio natural y en el se desenvuelven con soltura y propiedad.
Los periodistas ejecutivos sienten un respeto sacramental por las cifras, los porcentajes y las gráficas, ante las que se arrodillan como Moises ante las tablas divinas. Odian los sustantivos abstractos pero caen seducidos ante los números concretos y las encuestas, si bien jamás cuestionan su origen. Suelen creer en los pronósticos macroeconómicos y consideran que dichos indicadores porcentuales definen el desarrollo o atraso social de un país. Los periodistas ejecutivos prefieren las oficinas a la calle. Son serios, un tanto parcos, poco expresivos y sufren horrores para hablar en público. Consideran que los periódicos gringos y El Norte de Monterrey son el non plus ultra del periodismo universal. Los periodistas ejecutivos jamás han leído una obra literaria en sus vidas y sienten un innegable desprecio por las secciones culturales de sus propios periódicos, a las que consideran males necesarios. Para ellos las juntas gerenciales tienen un carácter litúrgico y aman aquellas en las que se presentan gráficas y esquemas en sistema Power Point. Los periodistas ejecutivos, todos sin excepción, votaron por Fox el 2 de julio de 2000 y aunque están un poco decepcionados, los muy ilusos todavía creen que es cuestión de quitarle el freno al cambio. Abominan del pasado priista y disfrutan haciendo leña del árbol caído tricolor, olvidando que en 1990 estaban enamorados de Salinas de Gortari y hasta pidieron su reelección. Los periodistas ejecutivos son católicos practicantes y aman ir de viaje a Estados Unidos. Defienden la reforma fiscal y laboral. Les gusta golpear a los políticos, pero jamás tocarán ni con el pétalo de la rosa a un empresario. Itesm, Cemex, Wall Street Journal son algunos de los nombres sagrados que nunca deben cuestionarse. Hasta ahora, que yo sepa, ningún periodista ejecutivo ha sacado un reportaje cuestionando la absoluta inutilidad de ese artefacto llamado corbata.





Thursday, October 23, 2003

Sí, ya se que con el futbol, o más bien dicho con los Tigres pierdo todo el estilo. Ya sé que me transformo en un barra brava intolerante e irracional que limita su absoluto gozo y su catarsis emocional al desempeño de once hombres vestidos con una camisa amarilla a los que no conoce personalmente.
Pero este Mundo nuestro está hecho de símbolos y alegorías. Yo llevo casi 20 años de basar mis alegrías y tristezas en los éxitos y fracasos de un equipo de futbol. Es algo muy válido y diría hasta digno. Después de todo, nuestras causas, nuestra fe, nuestros ismos no son más que chaquetas mentales, castillitos de aire contaminado. Millones de personas adoran, se encomiendan y matan por un dios al que nunca han visto y cuya existencia, hasta que no se pruebe lo contrario, es una odiosa mentira. Luego entonces ¿Porque extrañarse que algo tan sencillo como un gol de los Tigres pueda generarme una duradera felicidad? Toda felicidad es ficticia y como Borges , por cierto un antifutbolero de cepa, cada quien tiene derecho a elegir sus ficciones. La felicidad que me provoca el futbol es tan ficticia como la que me provoca la literatura o el alcohol. Yo soy muy feliz con mis ficciones y Tigres es mi ficción favorita.

¡¡¡¡¡¡ARRIBA LOS TIGRES¡¡¡¡¡¡¡

3-2 3-2 3-2 3-2

NO QUE NO? A HUEVO, LA FUERZA FELINA BORRÓ A LAS RAYAS, EL VOLCÁN HIZO ERUPCIÓN CON TANTO RUGIDO Y CON 10 HOMBRES, EL ZARPAZO TIGRE LE DESFIGURO EL ROSTRO A LOS JODIDOS PANDILLERILLOS DE PASARELLA.
PARA ESO TENEMOS A SAAVEDRA Y A GAYTAN, PARA ESO TENEMOS AL MEJOR TÉCNICO DE AMÉRICA QUE SE LLAMA NERY PUMPIDO Y A LA MEJOR AFICION DE TODO EL PAIS. TRÁGENSE EL 3-2 RAYADOS DE MIERDA Y CELEBREN SU CULERO Y MEDIOCRE CAMPEONATO ELIMINADOS DE LA LIGUILLA. AHORA EL TÍTULO SERÁ FELINO-

¡¡¡¡¡¡¡¡¡ARRIBA LOS TIGRES¡¡¡¡¡¡¡¡

Pasos de Gutenberg
La sonrisa de Maquiavelo
Maurizio Viroli

Fábula Tusquets Editores

Por Daniel Salinas

El término “maquiavélico” rebasó hace mucho tiempo las fronteras de la terminología de los politólogos para transformarse en una suerte de cliché popular.
Cualquiera que pretenda referirse a un actuar conspiratorio de tintes siniestros despojado de toda moral y remordimiento, no duda en usar el apellido del padre de la Ciencia Política moderna transformado hace mucho en adjetivo.
Y aunque cualquier persona medianamente culta ha leído o por lo menos tiene nociones de una obra como “El Príncipe”, la realidad es que muy pocos se han preocupado por saber quién era en realidad ese florentino llamado Nicolás Maquiavelo.
Nos hemos conformado con saber que es el autor de un texto político fundamental del Renacimiento que ha sido libro de cabecera para estadistas de la talla de Napoleón, Mussolini y Pinochet.
Hay en la historia nombres propios que arrastran la condena de inmortalizarse transformados en adjetivos. Nicolás Maquiavelo y el Marqués de Sade me parecen los ejemplos más característicos.
A Maquiavelo le tocó pasar a la historia como padrino intelectual de oscuros regimenes despóticos, cínicos y dictatoriales. Pero si bien sobran biografías de los gobernantes que han tomado su obra como receta para el ejercicio y conservación del poder, casi nadie se ha preocupado por saber quién era exactamente el autor de esas ideas.
El italiano Maurizio Viroli afrontó la arriesgada tarea de escribir una biografía que mostrara al autor de El Príncipe en su dimensión ideológica, política, humana e histórica.
El resultado es La sonrisa de Maquiavelo, tal vez el retrato más humano que se ha elaborado sobre la figura de este personaje.
Para introducirnos a la figura de Maquiavelo, Viroli nos expone un panorama general de la esplendorosa Florencia del Siglo XV, semillero de grandes sabios y artistas, pero al mismo tiempo ahogada en intrigas palaciegas, luchas de poder, conspiraciones entre familias nobles y amenazas de invasiones extranjeras.
Fue en este entorno en el que nació Nicolás Maquiavelo en 1469, en una tierra fragmentada por el poder de los Médicis en Florencia y los Borgia en Roma.
Desde un principio, Viroli da la impresión de identificarse con la personalidad de su biografiado y busca que el lector vaya sintiendo cierta simpatía hacia Maquiavelo.
El recurso de presentar fragmentos textuales de los diarios y apuntes de Maquiavelo, además de narrar algunos pasajes en tiempo presente en los que el autor cuestiona y reflexiona con ánimo de involucrar al lector, generan una pronta identificación con el personaje.
El Maquiavelo de Viroli no es un oscuro consejero de príncipes siniestros, sino un hombre sencillo, con conflictos sentimentales, ambiciones, miedos y desencantos.
Hay que aclarar que el retrato demasiado humano que nos ofrece Viroli no es en este caso un sinónimo de biografía novelada o novela histórica.
El autor se sujeta en todo momento al rigor historiográfico y expone los motivos que llevaron a Maquiavelo a ser el primero en divorciar a la política de su aristotélica vocación ética y llevarla al terreno de los oficios prácticos que requieren de trucos y mañas para ser desempeñados.
Viroli nos refleja a un hombre que trató de adaptarse en la medida de lo posible a sus circunstancias y busco métodos prácticos para lograr la estabilidad política de Florencia.
Cuando en 1513 Maquiavelo escribe “El Príncipe” o mejor dicho “Sobre los principados”, que es la traducción literal del título original de la obra “De Principipatibus”, lo que pretende es ofrecer su trabajo como una guía práctica de consejos para los nuevos príncipes, en este caso los Médicis.
Luego de diez años como secretario de Los Diez de la Libertad, una suerte de parlamento florentino, Maquiavelo se convierte en un frío analista de las calmas y tempestades que rigen el mundo de la política.
Su ensayo, dice Viroli, es el resultado de su experiencia personal como secretario, pero también de sus múltiples lecturas de clásicos griegos y romanos y de su análisis de la historia antigua.
“Mi finalidad es escribir algo que sea útil a quién lo entienda, por tanto he de dar consejos basados en la realidad, no en la imaginación”, justifica el propio Maquiavelo ante quienes lo acusaron de haber escrito una obra maligna inspirada por el diablo en persona, en la que un escritor impío enseña al príncipe a conquistar y conservar el poder por medio de la avaricia, la crueldad, el engaño y la simulación.
Pero el Maquiavelo de Viroli es ante todo un hombre triste cuya sonrisa tiene mucho más de desencanto que de cinismo, que jamás acumuló demasiado poder, padeció penurias económicas y cuya virtud fue el saber mirar el juego de la política con desparpajo, concepto muy alejado de la ética de Aristóteles y Cicerón, a los que por cierto Maquiavelo admiraba.
Aún así, Viroli jamás renuncia a presentarnos en todo momento a un hombre de familia que acude a la taberna a jugar con sus amigos y que tiene incluso aventuras amorosas.
Al final, la apuesta de Viroli es más que afortunada. Después de todo, las librerías están llenas de biografías de reyes, presidentes, militares y caudillos, pero pocos optan por indagar en la vida de los intelectuales.
La sonrisa de Maquiavelo no solo es una amena biografía que nos permite conocer a este pensador fundamental del que poco se sabe, sino una obra que motiva al análisis de una época que gestó la moderna interpretación de la política, en la que queramos o no, pueden más la sagacidad y la malicia que nos heredó El Príncipe, que la ética legada por Aristóteles.

Wednesday, October 22, 2003

Caósfera

Bienvenidos a la caosfera. Esta mañana todo absolutamente se puso de acuerdo para patearme los huevos. Pero empecemos por los antecedentes. A una velada apacible, le sigue un amanecer caótico.
La noche de anoche fue bella. Cielo claro, estrellas brillantes y un airecito veraniego en pleno octubre nos acariciaba mientras regábamos el jardín. Debo comentar que el pasto ya cubre casi totalmente el frente de nuestra casa. El sábado en Popotla compramos dos enormes macetas que ya están frente a nuestra casa, cada una con su respectivo arbolito ficus. Sobre el jardín hemos colocado tres patitos de madera y en la reja del balcón Carolina ha colgado unas calabacitas de Helloween que se encienden como foquitos de Navidad y brillan en la oscuridad. Ya hemos comprado dulces suficientes para repartir en Helloween, pues la colonia está llena de tepescuincles y damos por hecho que nos van a ir a pedir. Terminamos de regar el pasto y nos dedicamos a preparar una ceviche de delicioso marlin que trajo Carolina de Ensenada. Ahí me tienes desmenuzando el enorme pedazo de pescado mientras Carol picaba los tomates y el perejil. Una botella de Santa Helena blanco, tres chelitas Bo-hemia, un disco de Lacuna Coil (Comalies) un en vivo de Deep Purple, el marlin para chuparse los dedos, el vino fresquecito, sexo delicioso y a dormir como angelitos. Dado que hacía calor, me dormí con una simple camiseta (de la Selección de Brasil para más detalles), pero en la madrugada me estaba cagando de frío, sin embargo estaba tan profundamente jetón, que no tuve a bien taparme o ponerme un pants. Para acabarla estaba teniendo puro sueño psyco. En uno de ellos, estaba yo en la sala de nuestra casa platicando con un don que supuestamente era editor de un periódico chingón de España que por cierto no era El País. La sala estaba a oscuras y yo no encontraba donde prender la luz. Lo más psyco fue que al don se le empezaba a cubrir la cara de sangre hasta que llegaba un momento en que no se le podía distinguir el rostro. Ya no me acuerdo que más pasaba. La tele se encen-dió a las 6:00 (la tele es nuestro despertador). La garganta me dolía machín por la resfriada. Me metí a bañar y luego, con todo el dolor de mi corazón, a rasurarme. Las dos cosas que más me cagan de ser hombre es que te tengas que romper la madre a los 18 años para sacar tu pinche cartilla militar y tener que rasurarme. Odio a muerte los rastrillos, pero ya andaba peor que Robinson Crusoe. Lo más detestable es que con la rasurada pierdes un putamadral de tiempo. En la tele estaban pasando un video de Mars Volta. Yo nunca había escuchado esa banda y me imaginaba que era una mierda tecnoza tipo Jamiroquai o una cagada del estilo, pero con sorpresa descubrí que suena a Led Zeppelin, algo muy raro en estos tiempos musicalmente tan jodidos en que nadie se anima a rasgar una guita-rra como Satanás manda y prefieren zangolotear un vinil poniendo cara de puñetas. Bajamos a la cocina con retraso. Yo me cagaba por un café, pero no encontraba dónde carajos había dejado los pinches filtros. Así sucede siempre que tienes prisa y luego cuando llegó Carolina resultó que estaban en un lugar bien obvio. Total que con retraso y todo, yo me pongo a hacer café, pues mis neuronas están condicionadas a no iniciar el día si no reciben antes una buenísima dosis de cafeína. Total que ahí voy yo con de terco con mi café. Para esto ya eran las 7:30 y a mi me gusta salir máximo a las 7:15. Y ahí vamos en putiza desafiando una neblina típicamente playera aderezada con un sol picante de este que te ciega. Y entonces vino lo bueno: Justo en la salida de Hacienda del Mar (cuya única vía de co-municación con el exterior es una calle angostísima) había chocado una doña con un camión reparti-dor de quien sabe que chingados. La doña era la típica que va en su camioneta a dejar a los tepescuincles con retraso. De seguro iba pendejeando berrendole a los escuincles cosas -como tomate tu quick y arréglate el uniforme- y de pronto MOCOS, que se zorraja de frente con el pinche camión.
La cuestión es que estábamos atrapados en Hacienda del Mar. La única y mínima vía de acceso al mundo exterior estaba tapada. Me bajé en putiza del carro para cagarles el palo y decirles que se borran a la verga pues ya me andaba con la prisa, pero ahí tienes que la doña no se quería mover hasta que llegara el seguro y es que a las doñas se les acaba el Mundo cuando chocan. Los minutos pasaban y ya se había armado una filota de carros. Al ver que la doñilidad no iba a ceder a las presiones me armé de huevos y literalmente agarré monte por un camino de terracería. Bien psyco, puras subidas y bajadas llenas de piedras y bordos, aunque eso sí, con una vista poca madre del Pacífico. Mientras brincábamos entre las piedras y los bordos, pensaba en la urgencia de enviar una petición al Congre-so para exigir la revocación inmediata de todas las licencias de manejo que obren en poder de doñas. Creo que ha habido más de cinco accidentes provocados por atolondradas madres de familia como para sentar una jurisprudencia que les declare incapaces jurídica, física y mentalmente para conducir un automóvil. Anduvimos como 15 minutos por el pinche camino rural hasta que por arte de magia salimos a Real del Mar
Ya estando en la escénica le pisamos a fondo, pero ya pasaban de las 8:00. Lo peor vino cuando lle-gamos a la Avenida Internacional. Pinche atascadero de vuelta de rueda. 25 minutos contados hasta la Vía Rápida. Mientras estaba con el carro parado maldiciendo a Dios, el Universo, el Ayuntamiento y la Unidad Municipal de Urbanización, un par de tecatos sentados en el camellón se inyectaban heroína en sus patas mugientas disfrutando su paraíso opiáceo mientras yo clamaba por la llegada de un ángel exterminador que consumiera en infernales flamas a todos los carros de Tijuana con excep-ción del mío. La Vía Rápida no fue tan lenta esta vez y en putiza llegamos hasta la rampa Cetys. Pero a la hora de dar vuelta a la Ampliación Guaycura ¡Mierda¡ había un pinche mercado sobre ruedas y ahí nos tienes, otra vez a vuelta de rueda. El problema es que el trabajo de Carol es estricto con lo de las llegadas tarde. Eso sí, tiene una prestaciones poca madre, dos periodos de vacaciones al año, días económicos, buen aguinaldo y no son como ciertas empresas que conozco que le dan una patada en el culo a su gente más fiel luego de años de servirles y darles buenos resultados. Pero la cuestión es que son mamones con lo de la llegada tarde, eso sí, ni toleran un minuto. Pero a punta chingazos y todo, llegamos, contra viento y marea. El regreso fue lo mismo. Un tráfico de mierda, una declaración de guerra a las calafias y al final el arribo a esta Redacción. Estaba tan hasta la madre del carro, que me fui en taxi a una cita que tenía con el delegado de Infonavit. Luego caminé desde el Infonavit, ubicado en la Calle Guanajuato de la Colonia Cacho, hasta el Sanborns de la Revo y Ocho y de ahí hasta Madero y Tercera para tomar taxi de retorno al trabajo. Caminar es algo muy chingón. En fin, toda esta serie de contratiempos y hasta mi dolor de garganta se olvidarán si esta noche los Tigres ganamos el Clásico y lo celebro con una mezcaliza- A huevo que sí, vamos a exterminar a esos rayaditos de mierda.

Repitan conmigo: Que Chingue a su madre rayados
Que chingue a su madre el beisbol
ARRIBA LOS TIGRES


Tuesday, October 21, 2003

Sisters, Brothers,
Unite All Satan Lovers


La Madre Teresa, no nos interesa
La tradición, es una maldición
Las jerarquías, son una porquería
Un patriota, un idiota- (Cara al culo LPR-) Gracias al blog Rafradro por recordarme esta bella can-ción-

Incluyo ahora sí la crónica del concierto que escribí para su publicación.

Por Daniel Salinas

San Diego California (PH)

El ataúd volvió a abrirse una vez más y el espíritu maligno de Abigail se encargó de poseer a decenas de seguidores del metal que acudieron al 4&B de San Diego para ver y escuchar a King Diamond en el cierre del festival Bang Your Head 2003.
El controvertido músico de origen danés fue el encargado de poner punto final en la madrugada del lunes a un desfile de bandas que comenzó desde las 15:00 del domingo.
El maratón metalero incluyó agrupaciones de lo más diversas que iban desde un estilo gótico industrial como el practicado por Nocturne, hasta un ultra brutal death metal ejecutado por los sandieguinos de Downspell, que tuvieron a bien regalar a la concurrencia copias de su disco “No redemption”.
Pero las cartas fuertes del festival salieron a escena hasta que cayó la noche; los sandieguinos Cage, viejos conocidos de la escena local, empezaron a rasgar sus guitarras al filo de las 19:30.
Practicantes de un power metal limpio fiel a la escuela clásica de Judas Priest, Cage dieron un buen repaso a los temas de su último material Darker Than Black.
Esta banda, que por momentos recuerda a Iced Earth y cuyo cantante emula el estilo vocal de Rob Halford, no parece ser profeta en su tierra y no ha tenido en San Diego la buena respuesta que le han dado sus fans en Europa.
Luego de la intervención de los sandieguinos, tocó el turno a los texanos Pissing Razors, una banda que practica un estilo rápido y agresivo.
Las canciones cortas con batería machacante y gritos corrosivos al más puro estilo thrash-core que practica Pissing Razors, no consiguieron prender del todo en la concurrencia y su intervención cayó pronto en la monotonía.
Pero a las 10:00 de la noche el escenario estaba listo para recibir a los hombres del Norte, los padrinos históricos del death metal sueco: Entombed.
Este quinteto, liderado por L.G. Petrov y Jörgen Sandstrom demostró en el escenario que la música más extrema no está peleada con el virtuosismo a la hora de ejecutar sus instrumentos.
Con el arma letal que representa tener una batería tan contundente como la de Peter Stjarnvind y los oportunos coros de Sandstrom respaldando a Petrov, Entombed recetó más de una hora de virtuosismo deathmetalero.
Aunque dieron prioridad a temas de su disco Inferno tales como Retaliation, The fix is in o Nobodaddy, los suecos tuvieron a bien repasar canciones de sus obras más célebres como Clandestine, Wolverine y el emblemático Left Hand Path con el que dieron por terminada su actuación.
Faltaba media hora para la media noche y los más de 200 asistentes se amontonaban en torno al escenario aguardando impacientes la salida del hombre más esperado de la noche: King Diamond.
Sobre el escenario ya se había montado una suerte de improvisado cementerio con una reja, una cripta y un ataúd en donde podía leerse el nombre de Abigail.
Los largos minutos de impaciencia acabaron cuando Kim Bendix Petersen, mejor conocido como King Diamond vestido con una capa púrpura y portando su característico sombrero, salió al escenario. Una vez ahí, abrió el ataúd del que sacó un bebé de plástico mientras recitaba las estrofas de “Funeral”, el prologo que introduce su obra maestra Abigail.
Entonces su banda saltó al escenario y de inmediato se escucharon los acordes de Mansion in Darkness que desataron la euforia en el recinto.
Sin mayores preámbulos la banda ejecutó Family Ghost y The 7th Day of July, todas ellas de su disco Abigail, mismas que eran representadas por una chica vestida con un oscuro traje antiguo, que hacía el papel de Myriam, la madre de Abigail.
Para entender a King Diamond es necesario seguir la línea temática de sus álbumes, pues cada uno de ellos narra una historia y sus apariciones en vivo recrean escenas narradas por las canciones.
Abigail cuenta la historia de una bebé poseída por el Demonio que nace un 7 de julio de 1777 y que reencarna en 1845 en el vientre de una mujer llamada Myriam.
Pero el oscuro artista danés también se dio tiempo para repasar temas como “House of God”, “Slepless Nights” y “The Eye of The Witch”, antes de seguir con la segunda representación de la noche, que correspondió a las canciones de su nuevo álbum “The Puppet Master”, en el que King Diamond, haciendo el papel de un viejo titiritero movía con hilos a la misma chica que minutos antes había representado a Myriam.
Para entonces era ya la madrugada del lunes y el recinto parecía inundado por la infinita oscuridad del Rey Diamante.

De libertades y esclavitudes-

A menudo pronuncio estas palabras: - Entre menos pertenencias tienes, menos esclavo eres- No podría afirmar que soy un practicante estricto de este proverbio atribuido a Gandhi, aunque es un hecho que el poseer esclaviza. También las aficiones y los pasatiempos son cadenas crueles que se encargan de desangrar el tiempo, la energía y la cartera de un ser humano. Y en términos absolutamente prácticos, uno puede prescindir de ellas y no pasa nada. La tierra sigue girando y el Sol como quiera nos alumbra.
No puedo evitar sentir cierto placer al constatar que son demasiadas las cosas de las que no soy esclavo. Al ir a un centro comercial son muchísimos más los artículos que no me interesan en lo más mínimo que aquellos que llaman mi atención.
Aunque todos somos por designio divino esclavos del consumo, puedo afirmar con orgullo que soy parcialmente libre y con capacidad de escupir a la cara de ciertos entes capitalistas que tienen bien agarrados de los huevos a millones de seres. En cierta forma soy el peor negocio de muchos vendedores.
Pero claro, también existen ciertas adicciones que me tienen enganchado de las cuales podría ser libre, pero resulta que no puedo...ni quiero.

A continuación, algunas cosas de las que soy libre-


- El cine- Ya lo he dicho antes: El cine no me interesa en lo más mínimo; ni el culto ni el hollywoodense. Si me llevan y no hay otra cosa que hacer, vale, acepto y voy (confieso que muchas veces me duermo) Pero jamás he ido al cine por mi iniciativa. Si alguien me dijera que en todo el tiempo que me quede de vida, así sean 90 años, nunca voy a volver a ver una película, no me mortificaría en lo absoluto. No se nada de actores, directores, oscares o géneros ni me interesa saber un carajo-

La televisión- Repito esta frase una vez más: La única razón por la que una televisión merece ser prendida es para ver un partido de futbol. Si yo viviera solo y en la tele no pasaran futbol, yo simplemente no tendría televisor en mi casa. Toda la tele me aburre. Lo único que me entretiene aparte del futbol son los programas de Animal Planet. Nunca en mi vida he visto un reallity show ni me interesa, tampoco he seguido una serie o una telenovela y los noticieros los veo si acaso por obligación profesional y cada vez soy más desobligado.


La ropa: _La ropa siempre me ha valido madre. La compro por necesidad, pero las marcas me son absolutamente indiferentes. Nunca en mi vida he comprado una corbata (y como dijo Don Teofilito, ni compraré) No me interesa en lo más mínimo la elegancia. Alguna vez tuve el vicio de coleccionar camisas originales de futbol y gastaba dinerales en ellas. Ya me rehabilité y desde hace cuatro años y medio no he comprado una, aunque Carolina siempre me regala en fechas especiales. Eso sí, confieso cierta debilidad hacia las botas Doctor Martínez-

-El turismo comercial:- Nunca he ido a Las Vegas, nunca he ido a Disney, nunca he ido a los Estudios Universal, nunca he ido a Cancún y no me interesa ir en lo más mínimo (bueno, si me regalan el viaje a Cancún puede que lo considere, el de Las Vegas lo vendo). La cuestión es que si me muero sin ir a esos lugares me vale madre. Me interesa más ir a cualquier pueblito de Guatemala o Belice que a Las Vegas u Orlando. No necesito conocerlos para saber que me pondría la aburrida de mi vida-


- El juego- Nunca he ido a jugar a un casino, ni a Viejas ni a Caliente. Una vez un compañero de viaje se entercó en parar en un casino en Syracusse NY y me deprimí horriblemente de ver manadas de ancianos seniles y putas cincuentonas esclavizados en las máquinas. Por supuesto no jugué. Repito una vez más que nunca he ido a Las Vegas ni tengo la más mínima intención de pararme ahí algún día. Soy libre de esta dostoievskiana pasión llamada juego-


El deporte gringo_ La mayoría de los deportes gringos me resultan despreciables. Mi desprecio por el beisbol, ya lo he dicho, es infinito. De todos los juegos es el que más aborrezco y vomito. El box me caga y el golf es el segundo juego que más desprecio después del beisbol. El basquet me gusta mucho jugarlo, pero la cultura negra y rapera que lo rodea provoca que me mantenga alejado de la NBA para no contaminarme. - Una única excepción sería la NFL, pues aunque no soy seguidor, puedo entretenerme con un buen juego de futbol americano y apoyo a los Patriotas de Nueva Inglaterra-

Y aquí le paramos, aunque en realidad son muchas más. Me reconforta saber que mientras millones de personas han invertido demasiados dólares en estos pasatiempos, yo he prescindido de ellos y soy muy feliz. Se puede vivir sin cine, sin tele, sin casinos, sin ropa de marca, sin deportes gringos y pasarla muy bien en este mundo. Pregúntame cómo-


Pero claro, soy un ser que está esclavizado a otras tantas pasiones en las que he gastado (que no in-vertido) miles y miles de pesos- A continuación, un listado de los dueños casi absolutos de mi atención y mi cartera-


Cosas de las que soy esclavo voluntariamente

El futbol- Como miles de millones de seres humanos en todo el planeta, soy un esclavo incurable del futbol. La indiferencia que me producen el resto de los deportes, se compensa con la adicción incurable que tengo por el de las patadas- Es mi única pasión 100% masiva y popular. He viajado cientos de kilómetros, gastado miles de pesos, abandonado labores e invertido tiempo valioso solo por acudir a un estadio. Sacrifiqué noches enteras de sueño para seguir en vivo el último mundial y sería capaz de joderme ahorrando tres años con tal de poder acudir a Alemania 2006. Casi cualquier partido de futbol atrae mi atención y es lo único que me puede mantener unido a una pantalla. Me han dicho que se puede vivir sin futbol, pero yo lo he intentado y no he podido.


Los libros- Todos los días leo, lo hago por compulsión; aunque esté hasta la madre de trabajo y cayéndome de sueño siento necesidad de leer. A donde quiera que voy llevo un libro conmigo. Es un objeto contrafóbico. Si no llevo un libro conmigo me siento como vaquero sin pistola. Tengo una debilidad enferma por visitar librerías, aunque no piense comprar nada. El problema es que casi siempre compro y la realidad es que tengo más libros que tiempo para leer. TusQuets y Anagrama deben nombrarme cliente distinguido. (Ojo; yo soy adicto a las librerías, las bibliotecas y a los libros, no al mundo de la literatura. Ya he dicho que las lecturas me aburren y las presentaciones de libros me resultan insufribles. No pasa una semana sin que ronde por lo menos tres veces por una librería, pero han pasado años sin que vaya a un evento cultural y puedo morirme sin volver a acudir a alguno).


Revistas y periódicos- Complementan el vicio de la lectura y de una u otra forma es algo que está muy relacionado con mi forma de vida. Soy un comprador compulsivo de revistas, diarios y semanarios. (Los locales no los compro, pues aquí en el trabajo los obtengo gratis) Pero casi todas las semanas compro mínimo una revista y a cualquier ciudad donde viajo me da por comprar sus periódicos. Dado que desde hace casi ocho años me dedico al periodismo escrito, mi ritual matutino de cada día de mi vida consiste en leer todos los periódicos, el nuestro y los de la incompetencia. Si estoy de viaje en otra ciudad, compro sus periódicos y los leo a profundidad. Si no lo hago siento que no inicio el día.


El metal- Mucha gente me ha dicho que es una baja pasión y que pongo en evidencia mi deteriorado oído y mi nula sensibilidad. Me vale madre. Desde mi temprana preadolescencia me aficioné a este género con Iron Maiden, Quiet Riot, Twisted Sister y Ángeles del Infierno. Hoy, cuando estoy llegando al final de mis veintes, soy tan aficionado al metal como lo era a mis 15 años y siento la misma emoción al acudir a un concierto o comprar un disco. Escucho metal en la casa, en el carro y en el trabajo, todos los días y si no lo hago me pongo nervioso. Puedo escuchar metal a cualquier hora y en cualquier circunstancia. Muchos de mis contemporáneos piensan que el metal es propio de adolescentes inmaduros y hoy en día están con sus aburridas caras escuchando cosas como Coldplay y Radiohead y me preguntan ¿No mames que sigues siendo heavy? Pues sí, ahí sí que no he madurado y nada indica que vaya a madurar. Géneros y modas van y vienen y yo sigo clavado en la tecla y aunque a veces me propongo comprar menos discos y acudir a menos conciertos no lo he logrado.
¿Hay centro de rehabilitación para metaleros?

Los viajes- La vida vale la pena ser vivida porque siempre habrá una ciudad nueva por conocer. Un viaje justifica cualquier sacrificio. Cuando tengo un poco de tiempo y dinero en mis manos, no lo dudo un instante: El tiempo y el dinero se invierten en viajar. Si existe la posibilidad de hacer un viaje, no me importa sacrificar cualquier cosa. En mi adolescencia viajé mucho alrededor de México, siempre con pocos recursos. Hace siete años exactamente, un 21 de octubre, inicié mi primer mochilazo al Viejo Continente. Nada se compara al placer de empezar a caminar las calles de una ciudad nunca antes visitada, el escuchar un idioma incomprensible, el descifrar la expresión de un rostro extranjero. Con buenas y malas experiencias, nunca me he arrepentido de viajar. Tal vez si juntara todo lo que he gastado en viajes ya hubiera pagado nuestra casa, pero los viajes no los cambio por nada.
Entre más raro e impredecible sea el lugar mejor (Por eso detesto el turismo gringo, pues todo es predecible. Sin haber nunca ido Las Vegas y a Orlando, ya se lo que encontraré en esas mierdas de lugares)


Los vinos- Pues sí, soy alcohólico, un alcohólico funcional que no dice imprudencias, ni acude a antros ni falta al trabajo, ni bebe con compadres, pero alcohólico al fin. Vinos tintos y blancos se consumen cada semana con inmenso disfrute (chilenos y bajacalifornianos de preferencia) Mezcales, tequilas, Jack Daniels y Absolut complementan el paraíso dionisiaco. De las cervezas ya he hablado y aunque no bebo cualquier Tecate, no me resisto a una Guiness , Samuel Adams o Tijuana oscura. Eso sí, detesto los brandys y rones, pero mi cava jamás estará vacía. Una cava vacía es lo más parecido al Infierno que conozco en este humano mundo de pasiones.

Monday, October 20, 2003

El brillo del diamante

Eran las 23:30 de la noche y la espera se había alargado más de lo tolerable. En el escenario, tras el montaje de una reja de cementerio, podían distinguirse unas criptas y un ataúd en donde alcanzaba a leerse el nombre sagrado: Abigail- Amontonados en torno al escenario, unos 200 metaleros gritaban -Diamond, Diamond- impacientes por degustar el manjar que cerraba el maratón que comenzó desde las 15:00 horas. Poco antes, los suecos Entombed habían derrochado calidad en el escenario. Aunque dieron prioridad a los temas de su último disco Inferno, nos recetaron probaditas de Clandestine, Wolverine y el legendario Left Hand Path. Este quinteto de Estocolmo alterna las vocalizaciones con oportunos coros y su guitarreo sonó limpio aún en las rolas más rápidas. Grata impresión la que me dejaron estos legítimos padrinos de la escena sueca. Pero era el momento de ver al Rey Diamante y la impaciencia afloraba. Imaginé que King Diamond saldría del féretro o de una de las criptas, pero para mi sorpresa entró caminando al escenario, con su característico micrófono colocado sobre una cruz de huesos en la mano. Arrojó las flores de la tapa del ataúd y de ahí sacó a un bebé de plástico y mientras lo alzaba en brazos, pronunció estas palabras que sirven como prólogo a la historia más famosa de toda su zaga:

We Are gathered here tonight to lay
to rest Abigail La'Fey.
What we now know was first born dead
on the 7th Day of July 1777.
Abigail must be nailed to her coffin
with 7 silver spikes
One of each am, heart and knees
And let the last of the 7 be drown
through her mouth so that she may
never rise and cause evil again
Who will be the first?"
"I O'Brain of the Black Horseman"

Los músicos saltaron al escenario y sin mayor preámbulo comenzaron a ejecutar con endiablada maestría Mansion in Darkness, seguida de Family Ghost y The 7th Day of July of 1777. Vestido con una capa púrpura, con su característico sombrero de copa y su maquillaje, el Rey Diamante se paseaba por el escenario, mientras una bailarina vestida de negro a la usanza del Siglo XVIII, danzaba poseída por el espíritu de Abigail. Quizá sea en el mejor de los casos un detalle surrealista representar el espíritu del mal puro con un burdo muñeco de plástico al que King Diamond se dio gusto enterrándole cuchillos y pateándolo. En fin, todo es teatralidad y alegoría en este oscuro personaje. Concluida la representación de Abigail, King Diamond nos recetó The House of God, Eye of the Witch, Slepless Nights y luego un par de rolas de su nuevo disco The Puppet Master con representación in-cluida, pues la misma chica que actuaba como la madre de Abigail, la hacía ahora de marioneta. Sostengo que me hubiera gustado ver a King Diamond en un concierto de Mercyful Fate, pero su proyecto solitario rifa. Pocas personalidades del metal son tan hipnotizantes-
Bueno, ya escribiré mañana una crónica oficial para ver si se publica- Por ahora, mejor resumamos los buenos y malos aspectos de este concierto-

Lo bueno-

La presencia de una leyenda como King Diamond-
El perfecto estado en que se encuentra su voz y su banda
Entombed, sus guitarras y sus coros. El death sueco rifa-
La venta de discos de enorme variedad y a muy bajos precios-
Los vasos de Samuel Adams de barril-
Cage, aunque prendieron poco, los sandieguinos me hicieron recordar a Iced Earth, lo cual es mucho decir-
King Diamond se coge una y mil veces a Pavarotti. A él no se la va la voz, respeta más a su público y por si fuera poco, en el 4&B no te da insolación, no hay personas VIP ni se te llena la cara de arena-
-El metal vive y vivirá-

Lo malo-

El sonido de algunas bandas rebotaba horriblemente y los bocinazos taladraban los tímpanos (Eso sí, Entombed y King Diamond corrigieron ese detalle y su sonido fue limpio)
A mi juicio poca gente para ver a una leyenda como King Diamond cuyas presentaciones en vivo no son frecuentes.
Pissing Razors, pese a su furia y rapidez, los texanos no me latieron gran cosa y acabaron por resultar monótonos
Regresar a Tijuana en trolley a la una de la mañana leyendo un libro de satanismo convencional.

En fin, mañana con un poco más de inspiración escribiré la crónica completa- Por ahora, me despido con un fragmento de Family Ghost-

“Hand me that touch and will lead the way
To the secret in the dark
... secret in the dark
Take a look into the vault, the vault"
"The sarcophagus ... of a child
Abigail has been here
for year and years
Still born: Born ... Born ... Born"
"The spirit of Abigail is inside
Your wife
And there is only one way You can
Stop the rebirth of evil itself
You must take her life now"---

Pd- Chinguen a la puta madre que los remilparió todos los snobs que fueron a Pavarotti- No se hagan pendejos seudo aristócratas de pueblo, ustedes no entienden nada de ópera y ni siquiera la disfrutan. Fueron nada más a salir en la foto con el culo parado y ya ven, los timaron incautos, los hicieron pendejos bien y bonito- Ahí están sus mugrosos 600 dólares para hacer largas filas en el desierto, insolarse y ver a un pinche marrano desafinado cuya voz ya anda dando las nalgas y que para colmo deja plantados en la cena a sus comensales Vip (Verry Importan Person, no me hagan reír, la nobleza de rancho con delirios de grandeza)- Seguramente imaginaban que habría un DVD con el eventazo del Siglo, pero con los desafines del gordinflón, dudo mucho que se llegue a editar. Seguramente el tenor querrá olvidar para siempre esa desagradable noche de vergüenza que puso en evidencia el jodido estado de su voz y no creo que tenga ganas de volverse a parar en el desierto. Denle gracias a la soprano que salvó el concierto y bájenle de huevos a sus delirios de high class, pinches cachanillas petulantes. Ni los regios se portan tan mamones en un evento y eso ya es mucho decir. ¡LIVING FOR METAL HIJOS DE PUTA¡ King Diamond rifa ...y prepárense que ahí viene Slayer-

Adopte a un Tigre

¿A quién carajos se le ocurre programar una doble jornada justo en la fecha en que se juega el partido más importante de todo el torneo de liga? Tigres vs Rayados el miércoles. Puta madre, que mala idea. Sin duda voy a estar hasta la madre de trabajo y por si fuera poco estoy forzado a ir a buscar a donde carajos verlo, pues el partido lo trasmite Sky y resulta que en casa tengo DirectTv. Ello me obliga a buscar un bar donde lo pasen lo cual el miércoles será literalmente imposible, pues estará jugándose la puta serie mundial
¿Qué significa eso? Pues que todos los bares de Tijuana estarán prendidos del pinche beisbol de mierda. ¿A quién le importa ese deporte de cagada? Me cagan las culturas beisboleras, simplemente no me identifico con ellas. Ya lo he dicho en otras ocasión, la pasión por este aburridísimo juego es lo único que todavía no logro comprender de la esencia tijuanense. Serie ¿mundial? ¿Pues de que puto mundo hablan? Me interesa más ver un partido de futbol de la liga Romero Manzo que ese pinche juego aburrido y despreciable cuyas reglas ni siquiera me interesa conocer. Solo una vez en mi vida he acudido a un juego de beisbol y no fue por mi voluntad. Resulta que yo estaba cubriendo al entonces gobernador de Nuevo León Fernando Canales quién acudió a inaugurar la temporada de los Sultanes de Monterrey. Me puse la aburrida de mi vida. Por fortuna el Gober no se quedó todo el juego y nos fuimos a tiempo, antes de que me quedara dormido. Estando en Nueva York acudí al estadio de los Yankees en el Bronx, pero no para ver un juego de beisbol, sino para cubrir algo igual o más aborrecible: Una pinche oración patriotera. Fue el domingo 23 de septiembre de 2001 y las buenas conciencias gabachas organizaron una oración colectiva en el pinche estadio en memoria de las víctimas del 11 de septiembre y yo tuve que ir a cubrirla. ?A prayer for America?, ahí nomás con el nombrecito se darán una idea de la calaña patriotera, fascistoide y w.a.s.p. del evento. Los aficionados del beisbol veneran ese pinche estadio como si fuera un templo, hagan de cuenta como si yo hubiera ido al Old Trafford de Manchester o al Maracaná de Brasil, pero para mí ir al estadio Yankee no significó un carajo y más bien me recuerda un instante de insufrible ahuevamiento. En Boston muchos antros y bares se encuentran en los alrededores del viejo estadio de los Medias Rojas. Nunca fui a verlos, pero en los antros de los alrededores se armaban chingonas tocadas y por ello me trae buenos recuerdos, en especial una de Corrosion of Conformity. Además, todo lo que huela a Boston y Nueva Inglaterra me trae la nostalgia de una bella época.
Por lo demás, volviendo al tema del deporte más hermoso del Mundo, solo me resta decir que este miércoles los Tigres debemos borrar a las rayas y tratar de lavar la afrenta de la pasada semifinal.
Somos infinitamente superiores.
Ahora solo debo resolver el acertijo ¿Dónde veré el partido? Si usted, lector de este blog, tiene Sky en su casa le hago una propuesta: Adopte a un Tigre prófugo de la fiebre beisbolera- El Tigre se compromete a pagar todas las bebidas y botanas que sea necesario consumir durante el encuentro y a amenizar la ocasión compartiendo el arsenal de anécdotas de clásicos que hay en su cerebro. El Tigre no se hace responsable por objetos rotos como consecuencia de los eufóricos festejos de los goles felinos. Tampoco responde por agresiones físicas o insultos en caso de mirar en los alrededores una camiseta rayada o algo que se le parezca. El Tigre advierte que en el improbable caso de una derrota, puede caer en un estado depresivo tan crítico, que se recomienda mejor no dirigirle la palabra. Si usted está en posibilidades de tolerar dichos inconvenientes, haga una buena obra y adopte a un Tigre por 90 minutos este miércoles. Le juro que se ganará el cielo con esta noble acción y tendrá la gratitud infinita de este aficionado felino exiliado en tierra beisbolera. Interesados comunicarse a danibasave@hotmail.com.

Periodista o político?

Me narra PG Beas acerca de un amigo suyo que luego de ejercer un periodismo combativo, terminó por ingresar al PAN y al cabo de unos años se transformó en un político siempre acompañado de guarros a bordo de un carro de vidrios oscuros.
En mayor o menor medida, la historia que me platica Beas es una constante en el periodismo mexicano. Grandes periodistas que acaban seducidos por la cartera de algún político. Empiezan por redactarles sus insufribles boletines hasta que llega el momento en que ya están demasiado alejados del periodismo, transformados en actores de la política, ejecutantes de todo aquello que en algún momento combatieron con la pluma.
Tuve tiempo de platicar largo y tendido con el periodista costarricense Eduardo Ulibarri, director del Periódico La Nación de San José. Él menciona como una característica muy propia del viejo periodismo mexicano el maridaje que existe entre la figura del periodista con el político. Aunque se da en todos los países, el descaro con que se ha ejercido y ejerce en México este sucio matrimonio entre funcionarios y seudo comunicadores es vergonzante.
Ulibarri no podía creer que en este país es una práctica común que un periodista que en teoría trabaja o por lo menos recibe sueldo de un medio, sea quien le redacte los boletines y le organice las conferencias a dos que tres cerdos de la política. Lo que le resultaba más increíble es que ni siquiera intenten, al menos por dignidad, ocultar semejante grado de prostitución.
Tampoco me podía creer cuando le platiqué que en los diarios de la incompetencia, los reporteros asignados a la fuente son también los vendedores de publicidad oficial y los negociadores de contratos.
La mayor patada en los huevos de esta profesión es el saber que la mayoría de quienes la ejercen sueñan con transformarse en sirvientes en la nómina de algún funcionario público.
No desean cubrir una guerra desde el frente de batalla, no sueñan con ir a hacer un reportaje a la Antartida ni a los desiertos de Arabia. Tampoco les pasa por la cabeza escribir un libro o lograr que su pluma trascienda por su combatividad o un estilo narrativo propio. No, su mediocre sueño es transformarse en directores de incomunicación social de alguna institución, si se puede del Gobierno del Estado o algún Ayuntamiento, pues que mejor. Si no se puede, pues se conforman con cargarle los papales a cualquier politiquete de cuarta. Para ellos es un triunfo dejar los medios e ingresar a algu-na nómina pública y sentirse parte del corral de la política. Lo peor es que ellos sienten que progresaron.
Las oficinas de comunicación social representan la expresión más acabada del anti periodismo. Es cierto, justo es señalar que hay gente en ellas, no mucha, a la que respeto mucho y cuyo desempeño es sin lugar a dudas ético, pero la realidad es que nada está más alejado de la esencia y la vocación de esta inigualable profesión, que teclear boletines infestados de alabanzas al poder público.
Respeto su trabajo pues alguien lo tiene que hacer y entiendo muy bien las reglas de este juego. Cada quien debe hacer su luchita como mejor se pueda. Lo que no concibo es que en este país los periodistas sueñen todas las noches con transformarse en anti periodistas. Un comunicador de gobierno puede ser un honesto profesionista, un hombre honrado y hasta sincero, pero no es un periodista. Hacer eso no es hacer periodismo, es todo lo contrario.
Uno nunca puede decir de esta agua no beberé. Ya sé que la profesión es ingrata, el hambre canija y los vaivenes de la vida y la economía impredecibles, más cuando uno se dedica al periodismo. Solo puedo afirmar que mi deseo es no trabajar nunca, ni siquiera temporalmente, para una dirección de incomunicación. Sería una humillación difícil de tragar, una certeza absoluta de que el periodismo auténtico es una utopía, una alucinación quijotesca y que la única realidad es el odioso mundo del poder público. Si hay un dios, un demonio o algo parecido, solo le pido que me permita ejercer siempre esta profesión como lo hago ahora en busca eterna de la verdad y alejado del hedor a cloaca pública. ¿Será mucho pedir?