Eterno Retorno

Tuesday, July 08, 2003

Esta mañana tenía demasiada sed de escapatoria. Luego entonces deambulé un buen rato por El Día. Busqué la fuga en la portada de no se cuantos libros y la redención en cada página abierta al azar. Algunas veces en las librerías soy como un lobo frente a un rebaño de ovejas. Todas me parecen suculentas y no me conformo con matar una sola. Quiero largarme del mundo aunque sea un ratito.
Añoré una tarde de absoluta soledad. O una de esas mañanas en que caminaba desde nuestra antigua casa a la Playa El Vigía, en donde permanecía horas sentado en los peñascos.
Tuve una sed abrasadora de viajar. ¿Tuve? Me estoy cagando en deseos de viajar. Subir a un avión, estar en el bar del aeropuerto con un libro en la mano. Iniciar la primera caminata por una ciudad nueva a la que recién he llegado.
Pero miren que soy contrastante- Por momentos imaginé (o deseé) estar en una especie de reclusión. Un arraigo domiciliario de un año en el que mi única alternativa posible a lo largo del día fuera leer y escribir y no pensar en nada más. Síndrome de Alonso Quijano el mío (se enfrasco tanto en la lectura...)


Un par de frases pronunciadas por Miquel Aguirre que ya alguna vez pronuncié yo y que sin duda seguiré pronunciando-

“Un país civilizado, es aquel en que uno no tiene necesidad de perder el tiempo con la política” (Y sin embargo yo pierdo tiempo y energías en escribir sobre ella)

“Aunque ya no esté de moda, yo sigo siendo anticlerical” (y lo seguiré siendo, por los siglos de los siglos, amén)