Eterno Retorno

Wednesday, July 16, 2003

Cuando matan algún aristócrata, su funeral es un nido de hipócritas, nos dice La Polla Records. Y bueno, cuando se muere un músico, le sobran fans- Ahora resulta que todo mundo se rasga las vestiduras por Celia, Compay y Barry.
Por lo que a mi respecta, la música de estos tres personajes me es casi absolutamente desconocida y por ende su muerte me vale madres.
Por mi suegro escuché más o menos a Compay Segundo. No me desagradaba aunque mentiría si dijera que algún día por mi propia iniciativa puse un disco de música cubana. Alguna ocasión, una caliente tarde de mayo, Carolina y yo fuimos a la Casa de la Música en La Habana y tuvimos una agradable tarde de salsa bañada en mojitos. Divertido para una ocasión, bailamos durante horas, pero de ahí en fuera la salsa no es lo mío.
No tengo ni un disco de Celia Cruz ni podría citar ahora mismo una rola suya. Mucho menos de Barry White. Para que me ando con mamadas dándomelas de versátil o universal. Soy sincero al aceptar mi ignorancia y mis limitados gustos musicales.
En cambio, sí era lector de Bolaño y quedaré con una enorme curiosidad por la que hubiera sido su última novela, que ni siquiera será póstuma.

PD-
En diciembre de 2001 murió Chuck Shulinder, el gran padrino del death metal y solo yo lo lamenté. Yo pasé toda mi adolescencia escuchando discos de death metal y en honor a la verdad, su muerte me afectó, pues yo en verdad hubiera deseado que Death siguiera sacando discos, toda vez que son garantía de absoluta calidad.