Eterno Retorno

Tuesday, May 27, 2003

Siempre hay una primera vez. Ayer, después de 10 años de ejercer el periodismo, entrevisté por vez primera a un ministro de la Iglesia por asuntos relativos a su labor pastoral. Tuve que entrarle al quite para cubrir un evento del obispo Rafael Romo Muñoz y por increíble que parezca, una nota que habla sobre el nuevo Plan Diocesano está firmada por un periodista que no solo es radicalmente ateo, sino que se confiesa jacobino y anticlerical. Una especie de combinación entre Plutarco Elías Calles, Nerón y Voltaire. Ya hablaré más profundamente de las razones de mi jacobinismo, aunque discutir de religión es tan estéril como discutir si un clavado en el área es o no penalty. La cuestión es que hablé con el Obispo y fui tan imparcial y tan profesional, que sin duda él no pudo notar que estaba frente a un enemigo declarado de su Iglesia.
También hoy hubo una primera vez. Trás más cuatro años de vivir en Baja California, por vez primera visité la capital de este gran Estado. Aunque usted no lo crea este simple mortal que ha pisado ciudades tan improbables del Viejo Mundo, jamás había sentido el horno del valle cachanilla. Al conducir en medio del desierto, fue inevitable no pensar en Las enseñanzas de Don Juan. Ya platicaré después sobre esta aventura.
Hoy estoy cansado. Demasaido sol, demasiadas horas al volante. Y todavía tengo que ir a Rosarito por Carolina. Hay momentos en que el cuerpo humano se fusiona con el automóvil. Si me dieran a elegir, prefiero la bici o el caballo.