Eterno Retorno

Monday, March 24, 2003


El Mito del Eterno Retorno se consuma perpetuamente en lunes. Tras abandonar el mundo por 3 días, una pantalla y un teléfono me aterrizan de nuevo en el Universo-

Generalmente, la producción bloguita se multiplica en fin de semana. Eterno Retorno en cambio descansa en paz. Lo cual hace formular la siguiente hipótesis: En mis días laborales, yo medio que trabajo y medio que blogueo. El blog es mi mejor medicina contra la sobredosis periodística, que últimamente me afecta más. En cambio mis días de descanso son consagrados, en la medida de mis posibilidades, al más absoluto hedonismo. La computadora, salvo raras excepciones, nunca es encendida.

Resumen puente juarista:

Gozar de tres días libres de las cadenas periodísticas es un tesoro bastante atípico en esta profesión. Por supuesto se fueron como agua, pero en la medida de las posibilidades los disfruté y mientras miles de seres eran inmolados en Medio Oriente, yo logré descansar.

Jueves

El puente comenzó el jueves por la noche. Fui a recoger a Carolina a casa de unas amigas en La Mesa. El ambiente estaba animado y nos quedamos a trasnocharla un rato. Mientras repasábamos el anecdotario regio saltillense (los anfitriones son de Coahuila, hermana república norestense) Carolina y yo tomamos posesión del sonido- Primero, Piazolla (selección de ella) Después, Exploited (selección mía) que al no ser bienvenido, tuvo que mutar de inmediato en The Clash.
Más tarde, una de las amigas calló noqueada por Baco y acabó con la cabeza sumergida en las oscuras profundidades de la ta-za. Ni modo, no todo el mundo puede presumir nuestra resistencia. Retornamos a casa. Breve stop en los tacos de Polo y dado que el sueño aún no me visitaba, me quedé leyendo Perros de Riga hasta las 2:00 acompañado de un Santa Helena recién des-corchado.

Viernes- Reflexiones nihilistas, acciones hedonistas

Cuando la absoluta fatalidad se cierne sobre nosotros y la vibra nihilista se apodera de cada una de la mis neuronas, opera en mí una reacción descaradamente hedonista. Es un hedonismo fatal el mío, ciertamente compulsivo y a los ojos de mucha gente, odiosamente irresponsable.
Ante la sombra irremediable del holocausto, no queda más que disfrutar la vida al máximo, pues es en estos momentos cuando queda demasiado claro y sin ningún afán metafórico, que este puede ser tu último minuto y que lo único que puedes hacer es intentar gozarlo.
Sí, podría parecer odioso flojear, coger, beber y luego comer deliciosamente sobre una cama mientras la tele encendida muestra a seres humanos como tu o como yo mientras son inmolados por los misiles de la democracia. Personas concretas sacrificas en el altar de las ideas abstractas. El mundo se despedazará ante ti y tu ¿Que haces? Nada. Ser feliz y procurar el placer.
Señala Poeta Empírica que a los mexicanos se nos olvida la realidad inminente y que somos como Susanita de Mafalda diciendo: ¡ el mundo está taan lejos¡ En mi caso opera una reacción contraria. Como el mundo globalizado está taaaan odiosamente cerca y como estoy extremadamente consciente de que la fatalidad es tan real e inevitable y de que nuestros esfuerzos por evitarla no sirven de una chingada, lo único que puedes hacer es asegurarte el gozo inmediato, al que tal vez mañana no tengas acceso.
En este mundo eres polvo. Un accidente. Un absurdo total. Nada depende de ti. Una bomba puede borrar tu casa en un segundo y nada podrás hacer. Un loco genocida puede alucinar que hay armas de destrucción masiva ocultas bajo las faldas del Cerro Colorado y que el Maclovio Rojas es una célula terrorista dispuesta a volar la Casa Blanca y en cuestión de horas nos borrarían del mapa, sin importar lo que diga el derecho internacional y millones de pacifistas.
La empresa donde laboras te puede dar una patada en el culo después de largos años de trabajo y enviarte sin escalas a la calle sin que puedas decir pío, como sucedió con algunos compañeros míos en días pasados. . La cosa no depende de ti, otros lo decidirán. ¿Que puedes hacer? Ser feliz en este momento. No hay de otra. Garantiza ti placer inmediato, pues mañana es probable que ya no seas nada. No hay futuro, no hay futuro y si no hay futuro, como chingados puede haber pecado? Cuestionaría el buen Rotten el God save the Queen. Y Efectivamente no hay futuro, ni pecado. Tiene usted razón mister Lydon.
Sí, yo deseaba con toda el alma que el periódico me enviara a Medio Oriente como me envío a Nueva York en 2001. No hubiera pensado dos veces mi respuesta. Y no es demagogia si digo que no me preocupa gran cosa morir. Lo único que me dolería de perder la vida sería despedirme tan anticipadamente de Carolina, pero siempre ha sido mi sueño cubrir una guerra. Yo debería estar ahora mismo en Irak. Pero la respuesta es obvia: En el periódico no hay presupuesto para mandarme y no voy a usar mis ahorros en pagarme el viaje.
Esa era mi única trinchera activa de combate. Poder escribir desde el lugar mismo de los hechos y relatar en carne propia el holocausto al que nos ha condenado el criminal de guerra de la Casa Blanca. Aquí, no puedo hacer nada.
Y mientras nosotros, sobre nuestra cama aún destendida mirábamos a Bagdad arder, mi mente soñaba con una rebelión masiva en Estados Unidos. Sublevaciones de ciudadanos estadounidenses, (anglosajones y protestantes, para que luego no hablen de conspiraciones extranjeras) destruyendo oficinas gubernamentales, luchando contra el ejército y la policía, exigiendo a gritos un juicio político a Bush. Imaginaba que las embajadas de Estados Unidos en 20 países “aliados” fueran destruidas e incendiadas por la población Que ilusos mis sueños. ¿Que haría el guardián de la democracia si el Mundo entero, incluído su pueblo, le declara la guerra? ¿Destruiría el Planeta entero de un bombazo? ¿Nos esclavizaría a todos?
En fin. La mañana del viernes transcurrió con el televisor encendido y un ánimo de Carpe Diem mezclado con el olor de los nardos. Escuché un buen rato el disco de Mötorhead en Hamburgo y Wages of sin de Arch Enemy.

Tarde rosaritense

Al medio día fuimos a la playa. Tostadas de ceviche y cervezas Corona en el Terrazas Vallarta. Después agarramos camino para Rosarito y en plena Carretera Escénica la camioneta me envío un recordatorio de mi desidia recurrente a la hora de llevarla a afinar. Nada grave, pero la visita al taller fue impostergable. En Rosarito habíamos visitado a un mecánico del que solo recordaba su singular sobrenombre: El Diablo. Y así me dirigí a él cuando llegué con mi agonizante vehículo ¿Es usted el mismísimo Diablo? “Sí hijo mío, aquí estoy para que me vendas tu alma”, me habría respondido el siniestro Mephisto.
Pero los mecánicos son los seres más inexpresivos del mundo. Se limitan a asentir o negar si acaso con monosílabos ante mis cuestionamientos sobre la incomprensible naturaleza ontológica de los motores.
Como suele suceder, el diagnóstico arroja toda una saga de desperfectos, achaques y enfermedades terminales que de no ser atendidos en ese momento amenazan con dejarme odiosamente tirado en una oscura callejuela en el día menos pensado.
Entre cambios de aceite, filtros, carburación, la sustitución de una pieza cuyo nombre no recuerdo y la reparación de un tubito roto de aceite, desembolsé mil pesorrios-
Por la tarde comimos calamares, camarones, pescado al mojo de ajo y muchas cervezas en unos mariscos cuyo nombre no re-cuerdo pero cuyo precio era baratísimo.
Por la noche platiqué largo y tendido con mi suegro sobre la naturaleza del arte erótico. Él tiene la semana entrante una expo-sición temática y debe presentar siete cuadros eróticos y duda si debe llevar algo muy atrevido o explícito. Yo le aconsejé que sí, luego de hacer una disertación sobre la odiosa e inventada línea que divide la pornografía y el erotismo (yo soy defensor de la pornografía of course) y hasta me permití leer en voz alta el poema Nocturno de San Juan de Javier Villaurrutia.


Sabbath bloddy Sabbath

No se si amanecí crudo o mal dormido pero el hecho es que me costó trabajo iniciar el día. Por la mañana los últimos estira y afloja con los mecánicos. Después una tarde bañada en cerveza Heineken, la derrota de Tigres contra Morelia y por la noche el retorno a Tijuana. Rentamos una película: El Aro. Imaginé una noche escalofriante y si bien no fue una vasca absoluta como churro.com, tampoco fue la octava maravilla. Últimamente ya no se saben otra que no sean muertitos mal descansados que se dedican a joder al prójimo.



Sunday bloddy Sunday

Hasta ahora reparo en que sábado y domingo tienen sus respectivas canciones que les cargan el adjetivo de sangrientos, aunque no haya punto de comparación entre una rola y otra. Por supuesto, para mi Black Sabbath es infinitamente superior a U2.
Un domingo demasiado dominguero. No hay otra palabra. Bien descansado. Desayuno abundante, lectura de periódico, revistas y Perros de Riga. Supermercado por la tarde y por la noche una película australiana en el ciclo adulto del 22. Cruda, deprimente y muy realista. Fue inevitable que la personaje, una ninfómana pasada de peso, me recordara la idea del sexo que albergaba cierta ex novia. Y la forma compulsiva de fumar del personaje como una forma de curar sus ataques de asma, me recordó mis propias reacciones ante la fatalidad.